Capítulo 21

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Xiomara buscó su capa y salió al bosque. No creía posible su inmunidad al fuego. Llegó hasta el cementerio del bosque encantado. Despertaría el fantasma de su madre para hacerle preguntas. Se arrodilló en su tumba y la invocó.

-¿Qué quieres malcriada?-le pregunta su madre, con su rostro cubierto y vestida de negro.

-Madre. Es un gusto también.

-Explicame ¿para qué me necesitas?

-¿Cuántos viajeros del tiempo existen?

-Antes uno, ahora dos.

-¿Entre ellos hay un muchacho?

-Claro, la otra es la difunta esposa de Onu.

-Tu enemiga, Denaile.

-Ni la menciones.-cruza sus brazos.-El muchacho se llama Damian, es un demongel.

-No parecía Damian. El muchacho que vi era distinto, incluso más joven.

-¿Habrán tres? Imposible, es difícil obtener ese poder especial.

-Nunca quiso decirme su nombre, al parecer es descendiente de Charlotte.

-La demongel.-abre los ojos.

-¿Qué sucede con ella?

-La profecía, se está cumpliendo. Aquella mujer protegida por otros, dará a luz una criatura que será como el mismo diablo. Morirá y resucitará como la loba de la luna sangrienta. Blanca, enorme y poderosa. Matará para obtener sangre por el ritual hecho por ti.

-Así que nunca me equivoque.-susurra.

-Madre ¿es cierto que en esa noche los muertos revivirán y los demonios saldrán?

-Es cierto y ella podrá decidir quién vive o muere.

-Prepararé un trato. -se levanta del suelo.

-Alto. No puedes hacer un trato para cambiar el futuro.

-Puede matarme, puede matar a cualquiera.

-Puedes manipularla con un hechizo y escribirlo en un papel como si fuera un trato.

-Debo preparar mis cosas, le daré una visita.

-Hoy no Xiomi. Ni mañana, te darás cuenta cuando será el momento perfecto.-Xio asiente y camina a su palacio, el fantasma desaparece.

Xiomara se coloca en las escaleras y llama la atención de todas.

-Hermanas, he hablado con mi madre. Debemos estar atentas, la profecía se hará real y tenemos que tener por seguro nuestra protección. Por ahora no enfrentamos amenaza alguna, en el futuro nos toparemos con la destrucción.

-De hecho.-el chico del espejo salió detrás de Xio.-Yo ocasionaré la destrucción, lo de Charlotte es solo el comienzo.

-¿Qué haces aquí? -pregunta susurrando.

-Es un gusto volver a verte.-sonríe diabólicamente.

-¡No!-Xio despierta agitada.-Solo fue un sueño, uno muy malo.-observó las velas que brillaban por el fuego que las adornaba.-¿Por qué no?-toca una llama y se quema.-Todo fue un maldito sueño. El muchacho, mi inmortalidad y... la profecía.-camina a la biblioteca del palacio.-Bien.

Comenzó a buscar el libro de las profecías. Encontró el apartado de hombres lobo y una imagen de una mujer parecida a Lyceth. Comenzó a leer con cuidado, tenía razón al respecto de la profecía. Le sorprendió el último párrafo decía: "Uno de sus hijos, el último, será la destrucción de todos". Xio cerró el libro y buscó la caja de los tratos. Estaba intacta, buscó el trato que hizo para Alen acerca de Lyceth. Decía: "Al nacer la criatura, la mujer morirá y el vampiro obtendrá sus fuerzas." Suspiró y decidió dejarlo como estaba escrito.

Fue a ducharse, vistió un vestido rojo y unos tacones negros. Se sentó enfrente del espejo a cepillar su cabello. Recordó el sueño, cuando apreció el chico castaño. Respiró profundo y cubrió el espejo con una de sus sábanas. Salió a caminar por los pasillos, observó una sombra en las paredes.

-¿Qué quieres Onu?

-Asegurarme que estés bien.-aparece a su lado.

-Es muy gentil de tu parte, pero tengo cosas por hacer.

-Escucha, sé que hay algo que te está molestando. Se nota en tus ojos y como respiras.

-Genial. Estoy siendo perseguida por la profecía a través de mis sueños. Creo que no volveré a dormir bien.-sonríe de lado continúa caminando.

-También he tenido sueños extraños. De un muchacho.

-¿Casualidad?

-Me preocupa Xio. Incluso pude ver una imagen hermosa sobre el mundo en unos años.

-¿Cómo era?

-Caos, muerte y destrucción. Habían personas que se auto destruían Xio. Era increíble.

-Yo vi que el muchacho me acosaba por su poder de viajar por el tiempo.

-¿Otro viajero? Imposible.

-Sí, lo mismo pensé.

-Por eso consigue destruir el mundo. Viaja por el tiempo para quedarse con todo y así ser quien gobierne la Tierra.

-Él pide mis tratos.

-A mí, su libertad.

-O Dios mío Onu. Nuestros sueños son avisos e incluso visones. Él nos está advirtiendo.-Onu se le queda mirando y se comienza a reír.-¿Qué sucede contigo?

-No deberías preocuparte.-desaparece.

-Imbécil.-susurra y va a su habitación.

Se sienta enfrente del espejo y comienza a ver el reflejo del chico castaño. Traga saliva e intenta no desesperarse.

-Hola Xio.

-Tú ¿Quieres mis tratos? ¿Destruir al mundo?

-Veo que recibiste mi mensaje. -arquea una ceja.

-Te doy los tratos por ser inmortal, convertirnos en amigos y que no termines matándome.

-Claro, en el futuro tú y yo seremos grandes amigos. Ahora, quiero los tratos de todo el mundo. Menos de estas personas.-le entrega una lista pequeña.

-¿El propósito?

-No voy alterar mi pasado ni tu futuro. Sería horrible cambiar las cosas.

-Bueno, no te ves tan acosador como en los sueños.

-Eso.-ríe un poco.-Tranquila me gusta jugar con la mente de otros. Es fantástico. -le guiña el ojo.-Ya debo volver a mi tiempo actual. No le digas a nadie de esto.-le dice amenazante.

-Lo prometo.-el chico desaparece.

Xio se sentía mucho más tranquila. Tenía claro lo que haría a partir de ahora. Por otra parte, Alen contaba las horas. Deseaba que fuera la batalla para acabar con varias vidas. Alina entró a su habitación y lo abrazó.

-¿A hora qué quieres?-pregunta Alen.

-Te volverás loco.-él la empuja.-Papá morirás por ansiedad. Todo el tiempo tomas la hora.

-No es tu asunto.

-Janina quiere hablar contigo.

-Di que puede pasar. En cuanto ella esté aquí, te largas.

-Hola abuelo.-entra la pequeña con una apariencia de ocho años.

-Jani.-saluda.-¿Qué se te ofrece?

-Mamá dice que dentro de un mes creceré un poco más. Luciré como ella y todo es si continuo bebiendo la medicina.-sonríe tiernamente.

-No es medicina, es una poción.

-Quiero pelear.-sonríe malvadamente.

-Lo harás, muy pronto.

Mi ProtectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora