Capítulo 26

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Los días se hacían largos para todos. Las noches se convertían eternas. Zack no regresaba a la casa desde una semana. Su estado era preocupante para todos. Tan siquiera volvía para ver si sus hijas estaban bien.

Jessie las cuidaba con Jackson. Ahora ambos eran inseparables. Mayormente en las noches hacían turno para verlas. Mientras, Christian tenía encerrados a Helder y Damian en otra habitación. No los dejaría ir hasta lucir confiables.

-Vamos ¿Nos dejarás aquí encerrados como un par de esclavos?-Helder rompe el silencio.

-Si es necesario toda su vida, sí.-responde serio.

-Valla. Si que sabes hacerte el rudo.-ríe.

-Cuando sea el momento adecuado, los dejaré salir. Por ahora, se quedarán aquí.-se va de la habitación.

Aunque no se note, Christian sufre por dentro. Siempre que tiene oportunidad entra en la habitación donde Ly descansa a desahogarse. Mientras tanto, se hace el fuerte. Fue hasta la cocina y bebió un poco de agua. Catherine entra y toca su hombro.

-Cat, no quiero verte.

-Bien ¿Hasta cuándo continuará tu juego Chris? Estoy harta de que me evites, que me odies en silencio y tal vez me desees lo peor. Perdona por no decírtelo.

-Llevabas años sin decirme la verdad ¿Por qué Cat?-grita su pregunta.

-Quiero que tomes esto en mi posición ¿si? No es fácil llevar la carga de la verdad.-se va de la cocina.

Christian lanza el vaso de cristal, haciéndolo trizas. Alen estaba en su palacio festejando. Luego, Alina llega entre la multitud y grita el nombre de su padre. Pregunta por su hija, él no responde. Ella sube las escaleras y lo toma por su cuello.

-¿Dónde está?-pregunta otra vez, el doble de furiosa.

-Murió.-responde y ella lo suelta asombrada.

-Te dije que si moría, tu ibas a cobrar.-saca sus colmillos.

-No lo creo.-la sostiene por su cuello.-Bastantes líos te haz metido. No me sirves, para nada. Así que...¡West!

-Alen.-aparece a su lado.

-Lleva a Alina a la habitación de la tortura. Que sufra hasta morir. -West cumple el deber.

Alen continuó con la celebración. Bebió hasta cansarse y hablar con su gran amiga.

-¿Qué quieres?-pregunta Xio mientras arreglaba sus uñas.

-Contarte mi victoria.

-Fantástico. Murió la demongel y aún viven sus hijas. Que victoria Alen...

-¿Hijas? Espera, sobrevivieron...

-Claro, tu mocosa nieta intentó matar a las gemelas; pero se hizo trizas. Todo porque le hizo daño tocar la sangre de Lyceth. Que locura ¿no?

-Debo matar a las niñas. Serían una gran amenaza para nosotros.

-Las únicas grandes amenazas para ti son: Onu, Lyceth y yo.

-Tengo una amenaza menos.

-En teoría.

-¿Qué me ocultas Xio?

-Nada. Estoy respondiendo como debo.-sonríe de lado.

-Escúchame bien bruja desgraciada. Si por tu culpa muero, te llevo conmigo al infierno.

-Créeme. Lo último que quiero es ver tu imperio caer.-le guiña un ojo.-Así las brujas reinamos y los vampiros no.-desaparece del espejo.

Alen tomó en cuenta las palabras de Xio. Comenzó a pensar cómo podría atacar a las brujas de magia negra. Zack continuaba en su tristeza en donde Lyceth se sentó a charlar con Jessie. Las flores eran bañadas por su llanto y sufrimiento. Helder escapó, se acercó a su hijo.

-Deberías volver.-le comenta preocupado.

-Vete. Si pude superar tu muerte, de seguro puedo superar el hecho de que vallas. No te necesito Helder.

-Soy tu padre, llámame como se debe.

-Te llamo por tu nombre ¿si? No quiero saber de ti por ahora.

-Sé que he sido un cretino. Lo reconozco por completo. Solo quiero que vuelvas como un hombre y te ocupes de tus hijas. Te necesitan Zack.

-Quiero alejarme de lo que me hace daño.

-Ellas no tuvieron culpa Zack. Son inocentes. Tal vez el destino de Lyceth era este.

-No. No lo era. Cuando supe que ella era mi otra mitad, vi todo un futuro. No una muerte.

-¿Le diste tu...?

-Sí, la convertí o eso al menos creo.

-No pierdas la fe entonces. Regresa, come algo y cuida de tus hijas. Al menos enorgullece a Lyceth, recuerda que es un ángel y demonio. Puede observarte donde quieras que estés.

Zack se levantó y camina en dirección a la casa. Todos al verlo le preguntaron si estaba bien. Él solo asintió y buscó a las pequeñas. Las encontró en su habitación descansando. Sonrió paternal y les besó la frente. Fue a su propia habitación, se duchó y buscó algo de comer. Al terminar fue a echarle un vistazo a Lyceth.

Se acercó, agarró una de las sillas que habían cerca y se sentó al lado de ella. Tomó con delicadeza su mano. Le daba acaricias leves e intentaba no llorar. Besó la mano y le susurró en el oído "te amo". Luego se marchó para brindarle los cuidados a las gemelas.

Ellas lucían tiernas además, tenían el parecido a su madre. Zack tomó primero a Bethany, la alimentó y sacó los gases. Hizo lo mismo con Brithany. Se podían distinguir muy fácil, porque Brithany era más pequeña que su hermana. Zack se quedó dormido en en el pequeño sofá.

"¿Qué me ocurre?
Siento ardor por todo el cuerpo. Es muy doloroso. Grito y lloro internamente. Siempre se aproximan recuerdos a mi cabeza. El último, cuando vi a mis pequeñas. No siento ninguna extremidad. Al parecer lo que lleva mi cuerpo es un gran vacío.

Siento que algo consume todo lo que tengo adentro. Quiero despertar y que todo esto acabe de una vez..."

El cuerpo de Lyceth cambiaba. Su tonalidad de piel regresaba. Las marcas y heridas desaparecían. Todo lo físico volvía a la normalidad. Adentro, un par de huesos volvían a unirse. Las venas afectadas se reparaban. Aún queda trabajo para el interior de su cuerpo.

Katya estaba en el palacio de Alen. Él la mantenía oculta. Los amigos de Zack regresaron en cuanto se acabó la batalla. Helder volvió a la habitación donde debería estar y Damian sufría en silencio. Sabía lo de su hermana y le dolía.

Jessie estaba feliz al tener devuelta a su amor. Ellos estaban en un árbol sentados. Se besaban y miraban. Demostraban cuanto extrañaba uno al otro.

-Jess.-dice Jackson mientras tomaba aire.-Nada volverá a separarnos. Nada.-ella lo mira y asiente.-¿Para siempre?

-Para siempre.-responde y rodea su cuello con sus brazos.

-Lamento no estar contigo por mucho tiempo.-besa sus labios levemente.

-Eso no importa. Lo que importa es que estás conmigo y no volverás a irte.

-Por eso te tengo una propuesta.-ella lo mira sorprendida.

-¿A qué te refieres?

-Vamos de vacaciones a donde quieras y te casas conmigo.

-Jack ¿estás jugando?-el niega con la cabeza y le muestra un anillo.-O por Dios, Jack.-dice llorando de felicidad.-Claro que sí.-lo besa.

Tal vez no todo es tristeza...


Mi ProtectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora