Capítulo 7

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Los aliados del grupo SANGRIENTO estaban en una reunión importante. Su líder, Alen, les informaba que debían mantener a la chica como habían acordado. En medio del secuestro habían herido a Lyceth para colocarle un micro dispositivo en su corazón. Ellos lo colocaron para controlar y tener la ubicación de Lyceth. Una de los aliados del grupo, fue a la habitación en donde estaba Lyceth dormida. La vampiro tomó asiento y la chica que dormía se estaba moviendo, al parecer estaba despertando. Lyceth abrió los ojos, los mismos eran color negro y después se tornaron en un café oscuro.

-¿En dónde estoy?-pregunta sentada en la cama.

-Tranquila, estás en casa. Todos estamos felices por tu regreso, Charlotte.

-¿Mi nombre es Charlotte? ¿Esta es mi casa? ¿Quién eres?

<<Perdió la memoria, excelente.>>-pensó Hallie.

-No te preocupes, soy Hallie. Detrás de esa puerta se encuentra tu baño y el vestuario que utilizarás en la bienvenida.-le indicó.

-Como sea -rueda los ojos.-¿Qué esperas?-le pregunta a Hallie.-Me estorbas y necesito prepararme.

<<No es ella, actúa diferente. Debe ser su demonio.>>-se dice a sus adentros Hallie.

-Perdona, Charlotte, ya me retiro.

-Es para ahora.-le dice chasqueando los dedos.

Hallie sale de la habitación y Lyceth sonríe. Va al baño, se ducha y prepara para la bienvenida. Recogió su cabello, se maquilló y utilizó un labial rojo. Lucía un vestido blanco, un par de guantes elegantes, color negro y los tacones del mismo color. Salió de la habitación y bajó las escaleras elegantemente, como una reina. Su mirada mataba a todos por dentro, su seguridad y belleza quemaba las almas. Alen esperaba al final de las escaleras a la chica y le brindó una mano. Ella la tomó y ambos continuaron hasta el centro del salón.

-Todos sabemos porque estamos aquí celebrando.-dice él mirando a la chica.-Nuestra amiga ¡a vuelto!-grita levantando una copa como victoria.

Todos gritaban un "sí" y levantaban sus copas. Sonreían mientras bebían y Lyceth salió a la parte trasera del palacio. West la siguió y ella lo observó. Lyceth se sentó en el borde de la fuente de agua. Se quitó los guantes y los colocó en el suelo. Delicadamente se quitó los tacones y colocó sus pies en el agua fría de la fuente. Acariciaba sus piernas sensualmente y miró en dirección a luna. Cerró sus ojos para que unas manos tocaran su cintura. Ella de su vestido sacó un cuchillo y se lo enterró a West.

-Maldita perra.-dice escupiendo sangre.

-¿Qué dices?-pregunta en forma de burla con una mano cerca de su oreja para escuchar.

-¡West!-le llama la atención Alen.-¿Te encuentras bien?-le pregunta a Ly.

-Me enfurece que existan personas tan estúpidas.-dice tomando sus cosas y saliendo para ir a su habitación.

-Charlotte, no te enojes.-dice Alen tomándola del brazo.-Es tu fiesta, disfruta mientras me encargo de West.

-Si uno de tus bastardos intenta tocarme, juro que les arrancaré la cabeza y estarán de decoración en la entrada del palacio.-sube su mentón como autoridad y se va caminando.

Alen y West quedaron solos. El líder toma a su consejero por cuello. West queda contra el borde de la fuente, mientras Alen lo miraba amenazante.

-Se supone que eres mi fiel consejero, mi amigo. No heches todo a perder, West. Si su memoria regresa, perdemos la guerra y la oportunidad de ser invendibles.

-Damian es su gemelo, hermano gemelo. Son iguales Alen ¿por qué tanto el interés hacia la chica?

-Te equivocas, pueden ser hermanos gemelos pero no son del todo iguales. Por cierto ¿en dónde está Damian? No estuvo presente en el comienzo de la ceremonia.

-Su hija no estuvo presente.

-Esos dos seres, son un par de malcriados que piensan en sexo antes que su vida.-dice soltando a West y caminando molesto hacia el salón.

Mientras, Alina y Damian estaban besándose debajo de un árbol en el bosque. Ellos comenzaban una guerra de lenguas y una mezcla de alientos. Alina colocó sus pies alrededor de la cintura de Damian. La chica acariciaba el cabello del chico intentando de provocarlo un poco. En segundos ella sintió un mal estar proveniente de su estómago.

-Detente Damian.-dijo la pelinegra empujándolo.

-¿Qué sucede Alina?-le pregunta curioso.

La chica se voltea y vomita a un costado del árbol. El chico recoge el largo cabello de la chica y a la vez tenía sospechas. La pelinegra limpia su boca y se voltea para mirar a Damian. Ella respiró profundo y abrazó al chico. Damian sale del abrazo, camina hacia atrás y adelante para luego mirar de frente a Alina.

-Te noto diferente.-comenta Damian.

-¿A caso estás diciendo qué...?

-Alina, desde ahora lo digo. Si tu padre se entera le dices que estuvistes con otro. Como sea, yo no lo quiero.-culmina y va al palacio.

-Damian.-dice la chica cayendo de rodillas y llorando.

El chico entró al salón y colocó su mano derecha en el rostro. Claro, olvidó que había una bienvenida. Quitó su mano y pasó entre la multitud hasta chocar con una chica que llevaba un vestido blanco. Pidió disculpas para en segundos encontrarse en el suelo. Observó la sombra de un hombre e imaginó quién era.

-¡Qué!-le dijo Damian.

-Pedazo de bueno para nada.-le responde Alen.-Yo no te crié para que estuvieras acostándote con mi hija.-le recalcó.

-¿Eso era todo?-pregunta Damian en un tono burlón y se levanta del suelo.-Para que le quede claro, señor anciano, no es mi culpa que su hija sea una diosa.

-Hijo de perra.-se molesta y empuja al chico a donde estaban las escaleras.

La multitud se voltea y observa a Damian que sangraba. Todos lo miraban con ansias de beber su sangre.

-Maldición.-dice observando la sangre.

Varios vampiros sacaron sus colmillos y Damian se levantó para huir. Él se paró en el barandal de las escaleras y sacó dos armas de plata.

-Si se me acercan, mueren. Así de sencillo.

Varios retrocedieron.

-Maten lo. -dice Alen mientras salía con Lyceth al bosque.

-Si lo matan, me matan a mí. -dice Lyceth apareciendo detrás de Damian.-Si muero, todos mueren. Tienen la opción A y B ¿cuál prefieren?

Todos daban un paso hacia adelante. Alen se alteró y comenzó a caminar entre sus aliados. Lyceth tomó a Damian por su camisa y...

Mi ProtectorWo Geschichten leben. Entdecke jetzt