Capítulo 48

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Había pasado una semana y Lyceth al menos ya estaba más tranquila. Recibió fotos de su primer nieto, las llamadas de sus hijas aumentaban y esto le alegraba el día un poco. De vez en cuando relee la carta que Zack le tenía preparada. A veces observa el álbum de fotos para recordar buenos momentos.

Hoy salió a tomar un poco de aire fresco. Llegó hasta donde recordaba su "sueño" de la bruja. Continuó caminando hasta llegar donde Zack murió. Tomó un par de flores y las dejó en esa área. Regresó un rato más tarde a la casa. Se quedó mirando las fotos que tenía en un estante. Luego sintió la patada del bebé.

Ella sonrió y se sentó en el sofá. Comenzó a acariciar el vientre y sentía a su bebé. Después miró a su lado. Le pareció presenciar a Zack por un instante. Luego recordó el día en el que están buscando nombres antes de que nacieran las gemelas. Tenía claro que sería varón y lo llamará Fabián, como hubiera gustado Zack. Después le comenzó a hablar.

Luego fue a la cocina a preparar su comida. Después decidió ver un poco de televisión y colocó el vídeo que le prepararon en el día de su cumpleaños. Añadiendo al final el día de su boda. Cuando culminó el vídeo, solo sonrió. Fue a su habitación a ducharse y a quedarse en su habitación.

Se quedó profundamente dormida. Cuando abrió sus ojos estaba en otro lugar muy distinto a su hogar. Parecía estar en una torre por el patrón de ladrillos que había en el techo. Sus manos y pies estaban amarrados con cintas de cuero. Parecía estar acostada sobre una mesa.

Xio se estaba acercando con una bandeja hacia donde estaba Lyceth. Colocó la bandeja en otra mesa. Poco a poco ella colocaba utensilios. Esto estaba incomodando a la demongel. Por eso intento romper la cinta pero Xio hizo que estas le quemaran las muñecas.

-¿Qué hago en este lugar?-pregunta Lyceth tomando aire.

-Hoy nacerá tu bebé.-responde mientras se colocaba unos guantes.

-No. No está en su tiempo aún...-la bruja cubrió su boca para que no continuara hablando.

-Verás no me interesa que nazca bien o mal. Tengo una orden, un trabajo, y el objetivo es quitarte el bebé. Después de todo quien lo cuidará le dará una especie de ayuda para que se desarrolle muy bien.-le cuenta mientras afilaba un cuchillo.

-¿Quién te dio la orden?-pregunta molesta.-¿Quién te va apagar tanto para que cometas esta locura?

-Tú lo conoces muy bien. Es todo lo que diré, tengo derecho de proteger su identidad.-responde colocando unas tijeras en la mesa.

-Déjame ir.-le pidió enojada.

-Oh Lyceth. No, no, no. Esto no funciona así.-se acerca a donde ella está.-Por más que intentes que el miedo hacia a ti entre en mí - se agacha a su rostro.-no lo lograrás.-le entierra el cuchillo en su vientre.

Lyceth gritaba a todo pulmón por el inmenso dolor. La bruja comenzó a bajar el cuchillo por todo su vientre hasta abrirlo lo sufiente. Al quitar el cuchillo Lyceth se desangraba mucho. Xio metió sus manos para buscar el bebé, luego lo tomó y cortó el cordón umbilical. Lyceth veía a penas a la criatura.

Xio buscó una sábana para envolverlo luego de bañarlo. Lo más raro para Lyceth era que el bebé no había llorado. Ella dejó una lágrima caer y su vista cada vez se veía borrosa. La bruja salió hacia afuera para hacer la entrega. Le entregó el bebé al hombre que se le acercó.

-¿Está muerto?-preguntó el hombre.

-Sí.-responde la bruja.

-No importa, el niño de todas formas iba a morir.

-¿Qué le hará?-pregunta con los brazos cruzados.

-Es apocalípto ¿Qué esperas?-pregunta con una sonrisa diabólica.

-Onu.-exigió respuesta.

-Le daré algo parecido a lo que tengo.

-¿Poder?

-Inmortalidad total.-toca la frente del bebé y le transfiere poder.

Gracias eso, el bebé comenzó a llorar.

-Ya debo irme.-dice el hombre.-Aquí tienes tu paga.-le da una bolsa llena de riquezas.

Lyceth con su sangre quemó las cintas de cuero, se levantó pero cayó. Era inmenso el dolor que tenía. Comenzó a arrastrarse por el suelo para encontrar una salida. Llegó a un pasillo donde habían varias brujas, las cuales comenzaron a delatar la. Lyceth sacó sus alas e intentó volar.

Sudaba y sudaba. Por suerte la herida cerró pero el dolor no se había ido. Comenzó a volar por el castillo hasta toparse con Xio. La bruja sonreía de oreja a oreja. Lyceth comenzó a aletear hacia atrás pero, la bruja le lanzó una poción.

Esta poción la llevó a otro lugar. La traslado al país de Japón. Allí cayó en manos de una anciana hechicera. La señora cuidaba de la demongel mientras ésta esta inconsiente.

Onu llevó al bebé con él al infierno. Con el pasar de los meses lo entrenaba. Hizo que creciera como las gemelas. Siempre sus entrenamientos eran en base a torturas o a ciegas. Quería crear agilidad, rapidez y fuerza en él. El niño nunca recibió aprecio, cariño o amor. Por eso, su corazón puro se hizo cenizas.

Estuvo un largo año en práctica y Onu creía que estaba listo para ponerlo en práctica. Creía que era tiempo dejar salir al monstruo que creo. Dejar libre aquel que solo traerá caos y perdición para muchos. No le cambió el nombre, le dejó el mismo que le iban a nombrar. Onu fue a la habitación del joven de cabello castaño, tez blanca y de ojos cafés.

-¿Estás listo para salir al mundo real?-pregunta Onu.

El chico no respondió, solo guardó su espada y otras armas. Lo miró fijamente, se colocó la capucha de su abrigo y asintió.

-Necesito que comiences con un favor que te pediré. Después puedes hacer lo que quieras, serás libre.-no le dirigió palabra alguna.-Bien. Quiero que sigas este mapa. Aquí están las especificaciones de lo que debes hacer.-le entregó el mapa.-Adiós, Fabián.

El chico continuó caminando hacia lo lejos hasta llegar al portal e ir al mundo real.



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