Una cálida sonrisa | Naruto F...

By -Ayof-

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Después de tantos problemas y prejuicios hacia el clan Uchiha, se decidió entre los altos mandos llegar a una... More

PRIMERA PARTE
PROLOGO
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
CAPÍTULO 40
CAPÍTULO 41
CAPÍTULO 42
CAPÍTULO 43
CAPÍTULO 44
CAPÍTULO 45
CAPÍTULO 46
CAPÍTULO 47
CAPÍTULO 48
CAPÍTULO 49
CAPÍTULO 50
CAPÍTULO 51
CAPÍTULO 52
CAPÍTULO 53
CAPÍTULO 54
CAPÍTULO 55
CAPÍTULO 56
CAPÍTULO 57
¡Estoy emputadisimo!
CAPÍTULO 58
CAPÍTULO 59
Entro en Hiatus
CAPÍTULO 60
TERCERA PARTE
CAPÍTULO 61
CAPÍTULO 62
CAPÍTULO 63
CAPÍTULO 64
CAPITULO 65
CAPÍTULO 66
CAPÍTULO 67
CAPÍTULO 68 (L)
CAPÍTULO 69
CAPÍTULO 70
CAPÍTULO 71
CAPÍTULO 72
CAPÍTULO 73
EPÍLOGO
AGRADECIMIENTOS
EL HOMBRE PÁJARO

CAPÍTULO 12

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By -Ayof-


El día de hoy sería completamente diferente, según sus presentimientos de Naruto. Después de tantos años de estar en la academia, y desde los dos exámenes que había reprobado, hoy se sentía preparada para convertirse en una Kunoichi. Su sonrisa enorme decoraba con devoción su rostro mientras corría en dirección a la academia, con el afán de demostrarle a sus profesores y a sus compañeros lo fuerte que ella era.

Derrapando, llegó a su salón de clases, donde la mayoría ya estaban sentados en sus lugares. Ignoró las miradas que le dirigieron por su llegada tan ruidosa, y se fue a sentar en su lugar al que compartía con Sakura y Sasuke. Era bastante malo ese lugar para Naruto, pero era el que Iruka le había asignado desde ya hacía cinco años. Se sentó rápidamente mientras Sasuke rodaba los ojos con exasperación. Con el pasar de los segundos, su emoción no se disipaba mientras esperaba a que llegara Iruka y Mizuki.

Cuando los dos profesores entraron, toda el aula se quedó en completo silencio esperando las ordenes de los dos Chunin. Los dos dieron una mirada evaluadora mientras cargaban una pila de papeles cada uno. Poco a poco, Iruka fue pasando una prueba escrita a cada alumno. Naruto gimoteo en su mente, pues las pruebas escritas eran las peores para ella, pues no le gustaban las demás materias que impartían. Vio las preguntas que se formulaban, y se sintió un poco intimidada a que no pudiera responder bien las preguntas. Vio a su costado a Sakura y a Sasuke, los cuales parecían completamente inmersos en las preguntas.

Pasaron cuarenta y cinco minutos para que todos entregaran su examen, y Naruto fue la última en hacerlo. Se regañaba a si misma mentalmente por no entenderle a la mayoría de las preguntas, pero ya nada podía hacer, pues la prueba ya había sido entregada. Nuevamente se fue a su lugar a esperar la siguiente prueba, la cual era de Taijutsu, lo que la hacía feliz debido a que ella era buena en esa parte. Tal vez no al grado de Hinata, pero si mejor que las demás. Sonrió para sí misma mientras veía los combates de los varones, los cuales siempre eran más entretenidos que el de las niñas, pues a pesar de que suene despectivo, las niñas no les gustaba pelear, a menos que Sasuke les ordenara, pero claro, eso nunca paso o pasaría.

Cuando fue su turno, peleo contra Ino, la cual la miraba con una mirada retadora. Ino después dijo que pelearía por el honor de Sasuke, pero a este no le importaba en ningún sentido, ignorando dicha declaración. Naruto se sintió mal en sus adentros, pero decidió ignorar aquello y mejor se enfocó en su pelea. Fue algo tardado, pero Naruto la logró vencer con un golpe en el estómago, derribándola al instante. Naruto vitoreó orgullosa de sí misma y después se fue a sentar con Shikamaru para observar los demás combates.

—Lo hiciste bien —murmuró Shikamaru.

—Lo sé. ¡Soy absolutamente increíble! —exclamó triunfalmente al aire mientras Shikamaru solo cerraba los ojos

—Eres muy ruidosa, ¿lo sabías? —habló con desgano Shikamaru.

—Oh vamos, yo sé que te agrado de esta forma —se acercó a él y le pellizcó una mejilla— ¿Verdad shikamaru?

—¡Oye, eso duele! —dijo dolorido mientras intentaba apartar la mano de Naruto de su mejilla.

Cuando los combates acabaron, todos regresaron al aula por la última prueba, la cual era la más difícil para Naruto. Ninjutsu consistía en tres pruebas de los jutsus que se les enseñaron durante la academia. Debías presentárselos a los profesores y ellos analizarían si los hacías bien o no. Las tres pruebas eran: sustitución, henge y clones. La sustitución consistía en usar el jutsu del mismo nombre y cambiarte de lugar con algún objeto de la habitación. El henge era un jutsu en el cual, uno debía cambiar su apariencia con alguien más o con un objeto, dependiendo de que tan bien se vea, te califican. Y por último, los clones, los cuales eran creados a base de un jutsu e imitaban tu apariencia, aunque estos no fueran físicos, simplemente ilusiones creadas a base de chacra.

Mientras nombraban a todos los alumnos por la letra del apellido (de la A para la Z) Naruto cada vez se sentía más nerviosa. Ella era de las ultimas porque su apellido era Uzumaki, por lo que iba detrás de Sasuke, mientras que Ino era la última debido a que se apellidaba Yamanaka. A penas iban en los de apellido con L y Naruto ya estaba hecha un manojo de nervios. Contaba cuantos quedaban para que ella pasara, pero veía a muchos que salían con sus bandas ninjas ya puestas, y eso al menos, la reconfortó.

Pasando a la habitación donde todos estaban haciendo su pruebas, Naruto vio de frente a Mizuki y a Iruka, los cuales esperaban su prueba. Ella con determinación, se sustituyó con una silla de allí, y cuando lo hizo vio como Iruka anotaba algo en su libreta. Exhalando el aire de sus pulmones, empezó con la segunda fase, la cual fue el henge; se transformó en ella misma pero de grande, una leve variación de un jutsu que había creado. Iruka simplemente arqueó una ceja, pero pronto volvió a apuntar algo en su libreta. Apretando en puños sus manos, reunió su coraje y preparó las señas de sus manos para lograr el ultimo jutsu, los clones. Cuando terminó de hacerlo, volteó a su costado y allí palideció, pues su clon era pálido y sin forma de sostenerse. Parecía solo un saco con forma de Naruto.

Salió de la sala cabizbaja y no quiso volver al aula donde estaban sus compañeros. Se fue directamente al patio de salida y se sentó en el columpio que siempre usaba. Su mirada se fue directamente a sus pies mientras se sentía mal consigo misma por no haber aprobado su examen de graduación. No pasó mucho para cuando los padres de todos llegaron, pero ella estaba tan ensimismada que no se dio cuenta de ello hasta que escuchó susurros. Los ignoró y mejor se quedó allí en su lugar mientras intentaba retener las lágrimas de frustración que luchaban por salir.

Cuando estaba por retirarse a su casa, fue llamada por Mizuki, el cual le dijo que había una prueba secreta en la cual, podía convertirse en una ninja y así podría estar en un equipo gennin. Ella sin pensarlo, aceptó la prueba y pronto Mizuki le dijo lo que tenía que hacer ese mismo día durante la noche.

//

Hiruzen gruño en su mano mientras razonaba en el cómo Naruto había logrado robarse el pergamino prohibido del edificio. Ese pergamino contenía jutsus de muy alto calibre, y que, podían ser muy peligrosos su alguien sin experiencia los intentaba utilizar. Por ello, ordenó que todos fueran en busca de Naruto para que devolviera el pergamino a su lugar. Todos los Jounin y Chunin fueron en su captura, entre ellos Iruka.

Cuando pasaron alrededor de dos horas, por fin la encontró en el claro del bosque que crecían en el rio Naka. Ella al verlo le sonrió con brillantes mientras el gritaba que había logrado obtener un jutsu poderoso y que ahora se podía convertir en una kunoichi. Iruka se había confundido ante esa respuesta, pero pronto apareció Mizuki, el cual aclaró el problema. Dijo que había engañado a Naruto para que robara el pergamino, y cuando esta estaba por huir, dijo algo que Iruka temía que soltara.

—¿¡Sabes por qué te odian Naruto!? —exclamó Mizuki mientras veía a Naruto desde la rama de un árbol.

—¿Qué... qué dices? —tartamudeó.

—¡Vamos, has notado esas miradas que siempre te dan! ¿¡Acaso nunca te has preguntado el porqué de ello!? —una enorme y siniestra sonrisa se extendió por su rostro—. Te lo contaré justo ahora Naruto.

—¡Mizuki, no lo digas, es un secreto! —gritó horrorizado Iruka.

—Hace doce años, el Kyubi atacó la aldea y mató a miles de personas en ese momento, pero el cuarto Hokage lo detuvo, pero no lo mató, pues los demonios no mueren. Él lo encerró en una recién nacida. ¡En ti yace el Kyubi Naruto! ¡Tú eres el Kyubi que mató a miles de personas, entre ellos los padres de Iruka! ¡Él igual te odia Naruto!

—¡No le hagas caso Naruto! —bramó Iruka.

—En un momento te mataré maldito demonio asqueroso —la forma retorcida en la que lo dijo Mizuki hizo sentir miedo en Iruka y Naruto.

Rápidamente lanzó un Fuma Shuriken, el cual iba justo a la cabeza de Naruto, pero esta no hizo nada para impedir que este lograra su objetivo. Iruka sin dudarlo, se lanzó para proteger a Naruto, la cual estaba atónita viéndolo. Escupió sangre cuando las navajas del Shuriken se clavaron en su espalda media.

—¿Por... qué lo hizo Iruka... sensei? —preguntó en un susurro Naruto.

—Porque al igual que tú, sé lo que es crecer solo. Yo no soy nadie para juzgar a una niña que siempre ha intentado darlo todo —dijo entre gruñidos Iruka, manteniendo a raya el dolor en su espalda.

—¡Qué bonito, un imbécil protegiendo al demonio! —masculló con diversión Mizuki— pero es una lástima que lo hayas hecho Iruka, planeaba dejarte vivir, pero ahora, te mataré.

—¡Corre Naruto, llévate el pergamino y dáselo al Hokage! —le gritó Iruka a Naruto, y esta se echó a correr.

Mizuki no dudó, y fue tras Naruto con la intención de asesinarla lo más pronto posible y así, quedarse con el pergamino que Orochimaru le había pedido. Iruka no podía quedarse allí y dejar que Mizuki matara a Naruto, por lo que rápidamente fue hacia allá.

//

Con la respiración agitada, se escondió detrás de un árbol mientras intentaba calmarse y analizar lo que Mizuki le había dicho. Las lágrimas escurrieron de sus ojos cuando se dio cuenta de que en verdad ella podía tener el Kyubi en su interior, pues eso respondía a esas dudas que había tenido desde ya hacia un tiempo. Frunció los labios mientras apretaba con más fuerza el pergamino entre sus brazos. Escuchó pisadas y pronto se puso alerta ante cualquier ataque.

—Así que... ¿por qué la proteges? —escuchó la voz mórbida de Mizuki.

—Porque ella es...

—Vamos, debes odiar al demonio que asesinó a tus padres Iruka, no me mientas, yo sé la verdad.

—Es cierto —eso rompió a Naruto, la cual ahogó sus sollozos en el pergamino—, odio al demonio, pero Naruto no es uno. Ella es una niña que ha sufrido a causa de uno, y no permitiré que eso continué.

—Vaya, entonces te mataré primero y después iré por la niña. —Mizuki tomó otro Fuma Shuriken y estaba a punto de lanzarlo cuando Naruto apareció en el medio de ambos.

—¡Si tocas a mi maestro, te mato! —bramó con odio en su tono.

Pronto cientos de clones aparecieron en estelas de humo. Los árboles y el suelo se tiñeron de amarillo y naranja. Mizuki río ante lo que él consideraba una estupidez, pero pronto empezó a flaquear cuando los clones hicieron ruido al caminar. Sus ojos se abrieron cuando se dio cuenta que los clones eran completamente sólidos. Todos los clones se abalanzaron en contra de Mizuki y empezaron a golpearlo hasta dejarlo inmóvil y con varios huesos rotos.

Iruka sonrió levemente y calmó a Naruto despeinándole el cabello. Ella simplemente se dejó llevar, y comenzó a llorar frente a Iruka, el cual simplemente la abrazo en lo que se calmaba. Pasaron pocos minutos, e Iruka los separó y vio a Naruto con una sonrisa sincera. Le pidió que cerrara sus ojos, y ella obedeció. Sintió que su frente ahora portaba algo rígido, y cuando abrió los ojos, notó que Iruka no traía su banda ninja. Este le sonrió y llevó la mano de Naruto en su frente, así pudiendo palpar la placa metálica con el logo hundido de Konoha. Ella nuevamente se soltó a llorar mientras abraza con fervor a Iruka. Los dos se quedaron esperando a que llegaran los demás y se llevaran al inconsciente y lastimado Mizuki.

//

Pasaron varios días después de que se convirtió en una gennin, y aún rebozaba de alegría. Estaba completamente feliz y solo faltaban dos días para que le dijeran en que equipo quedaría y con qué profesor Jounin estaría bajo su tutela. Pero hubo algo que la inquietaba; cuando le dijeron todo lo del engañó de Mizuki a Hiruzen, este le dijo al último que debía venir después de tres días para hablar de un asunto de suma importancia. Ella seguía confundida, pero sobre todo ansiosa, pues ese día era justo hoy, por lo que no podía dejar de imaginar que cosa sería tan importante.

Se arregló con su vestimenta normal. Su trajecito naranja, el cual era un pantalón de tela gruesa y flexible junto a una chamarra, ambas de color naranja. Tomó su banda ninja y se la puso en la cabeza con orgullo. Salió corriendo con rapidez en dirección al edificio Hokage. Ignoró a la gente y corrió con más fuerza para llegar lo antes posible a la oficina de Hiruzen. Se saltó a la recepcionista cuando llegó al edificio y fue directamente a la oficina del Hokage.

Ni siquiera tocó la puerta y pasó como si no importara a la habitación, pero se quedó un poco sorprendida de ver a Itachi y aun hombre bastante extraño a su lado. Hiruzen suspiró cuando la vio entrar de aquella manera, pero no pasó mucho para que le diera una sonrisa leve.

—¡Hola viejo! —saludó alegremente Naruto— ¿para qué me llamaste?

—Bueno, hay un asunto que debemos resolver. —Caló el humo de su pipa mientras veía con detenimiento a los dos jóvenes frente a él.

—¿Eh? —expresó confundida Naruto.

—Te presentaré a los aquí presentes —señaló Hiruzen al mayor—. Él es Fugaku Uchiha, y el que está a su costado es su hijo mayor, Itachi Uchiha.

—Ya conocía a Itachi —dijo con simpleza Naruto.

—¿Enserio? —dijeron al mismo tiempo Hiruzen y Fugaku.

—Nos conocimos hace un par de años en un claro en el que entrenaba junto a Shisui. Ella había estado observando nuestro entrenamiento y cuando la encontramos, decidimos llevarla a casa —contestó la duda de los dos Itachi.

—Bueno, eso nunca me la habías dicho —mencionó Fugaku viendo a itachi con los ojos levemente más abiertos.

—Esto será difícil de explicar, y mucho más para Naruto —expresó Hiruzen mientras dejaba su pipa en el cenicero—. Hace un tiempo, hubo algunos inconvenientes entre un clan y Konoha —dijo mirando a Naruto totalmente, a lo que ella frunció el entrecejo— por lo que el Daimyio del Fuego, el cual está sobre mi poder político, me ordenó que hiciéramos un acuerdo para establecer esa paz entre el clan y la aldea.

«Mierda, esto es malo. ¿Enserio Naruto será mi...» pensó con escalofríos Itachi mientras veía a Hiruzen con los ojos muy abiertos.

—¿Por qué me cuentas eso viejo? —cuestionó curiosa Naruto mientras se cruzaba de brazos.

—Bueno, pues ese acuerdo te incluye a ti para aliviar la paz en la aldea —miró a los ojos de Naruto mientras sentía la culpa carcomerlo—. Eres alguien muy importante para Konoha, aunque no lo parezca, y el Kyubi solo acentúa más ese peso. Con solo el hecho de vivir Naruto, tienes más poder que la mayoría del concejo de ancianos que gobiernan a los civiles.

—¡Soy tan impresionante! —gritó a todo pulmón Naruto.

—Ja, ja, ja. Así es Naruto —dijo Hiruzen antes de volver a ponerse serio—, pero hay algo que debes saber muy bien. Ese peso no era suficiente como para que solo tu palabra hiciera un cambio, y me lamento tanto de haber recurrido a esto, pero Naruto el acuerdo es algo que cambiara tu futuro en muchos aspectos.

—¿Qué es? —cuestionó angustiada pensando lo peor, como dejar de ser un kunoichi o no comer ramen.

—El acuerdo más fuerte siempre incluye a una persona de los dos bandos. Para ser más específicos, un hombre y una mujer, pues con ellos, se puede hacer un acuerdo duradero y una alianza que no debe romperse por el bien de los dos bandos —dijo refiriéndose a lo que sucede con la mayoría de los casados.

—No entiendo nada —dijo resignada Naruto.

—El acuerdo más fuerte y con más peso a lo largo de la historia de la humanidad, es un matrimonio entre ambos bandos importantes. Ofrecen a alguien importante de diferentes sexos y se les casa para la paz.

El rostro de Naruto adquirió una forma pensativa antes de que todo encajara en su mente. Su boca se desencajó y sus ojos se abrieron más de lo normal. Miró a Hiruzen, y este con su expresión les respondió a todas esas dudas. Sus lágrimas empezaron a caer por sus mejillas. Itachi simplemente clavó sus uñas en sus palmas mientras sentía la mano de su padre en su hombro como símbolo de reconfortarlo.

—Tú, Naruto Uzumaki, y tú, Itachi Uchiha, están comprometidos por el bien del clan Uchiha y de Konogakure —dijo con voz firme Hiruzen.

Naruto salió corriendo de la oficina si mirar al frente, dejando algo atónito a Fugaku y triste a Hiruzen. Itachi no sabía ni que hacer por él mismo. 





NOTA DEL ESCRITOR:

OK, wattpad está extraño, pues me puso toda la historia en cursiva, lo bueno es que lo corregí. solo les quería poner un video para que sepan quien es Paganini, pues es uno de mis compositores favoritos, y por ello lo puse en este fic :D

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