OCÉANO
—Harry, ¿quieres seguir? —Susurró Louis, sentándose a su lado y frotando su hombro.
El teniente asintió con la cabeza; A pesar de todo el miedo por el que debía estar pasando, todavía parecía anhelar concentrarse en las palabras de su novio.
—Sí, estoy bien. —Se las arregló para soltar.
—No luces bien.
—Estoy perfectamente bien, Lou.
Louis frunció el ceño y alisó el cabello rizado de Harry. Él también estaba sudando ahora; pudo ver que las gotas se acumulaban en su sien.
—¿Son los barcos de allí o el océano? —Preguntó, tratando de permanecer lo más casual y despreocupado posible. Después de todo, si se asustaba, no podría lograr nada.
Harry miró a través de los ojos entrecerrados y murmuró:
—El océano.
Y pareció darse cuenta de que Louis estaba escuchando cada una de sus frases, así que continuó.
—Es grande y aterrador. Cualquier cosa podría pasar, Lou, y pensé que era un miedo que solo tendría durante la guerra, pensé que podría manejarlo si no estuviera en el agua, pero...
—Amor, ven.
Louis se inclinó hacia adelante y plantó un beso en la mejilla de Harry, luego la alisó suavemente con su pulgar.
—No deberías tener que obligarte a hacer este tipo de cosas, podemos volver.
Respondió, inclinándose contra el cuerpo de Harry y envolviendo sus brazos alrededor de él. Para un hombre tan bien formado, era estresante para él que esta fuera su perdición; que odiaba los océanos, de todo lo demás en el mundo a lo que se enfrentaba.
Pero Louis podía entenderlo. El océano era grande y un poco aterrador, y si el barco se averiaba, se perdería en el mar. Tal y como le contó que ocurrió en una de las misiones.
Sin embargo, no le dijo nada de eso a Harry.
Entendería el miedo, pero no haría nada para empeorarlo. En su lugar, volvió a besar a Harry en la mejilla, ignorando a la gente que se arremolinaba y tomando fotografías de las vistas en el agua.
Por ahora, por el momento, eran solo ellos.
Harry no quería que Louis sintiera que había desperdiciado su dinero en esto, con el pequeño barquito alquilado. Después de todo, Louis había tratado de ayudarle tanto, y Harry quería asegurarse de que también se divirtiera.
—La isla tiene un bar, ¿no?
Cuestionó. Harry lo miró con curiosidad antes de asentir con la cabeza, y Louis sonrió.
—¡Vamos a emborracharnos, entonces! Así, cuando regresemos, ¡estarás demasiado borracho como para asustarte!
Harry parpadeó una vez antes de soltar una pequeña sonrisa. Él también se rió, escondiendo su boca detrás de sus manos, y preguntó.
—¿Estarías... Realmente bien con eso, Lou? ¿Yo, borracho y tú teniendo que cuidarme?
—¡Me gusta cuidar de ti! Simplemente no tengo la oportunidad de hacerlo a menudo porque a ti te gusta cuidarte solo.
Aunque de todas formas te preocupas por mí, Harry pensó.
Él se inclinó hacia Louis, abrazándolo y devolviéndole todos los besos anteriores.
—Me preparas el desayuno por la mañana y te aseguras de que me levante a tiempo para ver mi programa favorito. Doblas mi ropa cuando soy demasiado vago para hacerlo. Tú te encargas de revisar todas las facturas y las tonterías financieras.
—Te voy a enseñar cómo hacerlo.
Advirtió Louis. Eso solo hizo que Harry gimiera y lo abrazara más cerca, y Louis se rió.
—No actúes así ahora que conoces mis planes, señorito. ¿Qué harías si tuviera que irme a algún lado?
—Yo te seguiría. —Murmuró.
Louis sabía que él también lo haría. Harry nunca se quedaría atrás y le permitiría ir solo. Hicieron todo juntos; incluso si incluía el peor miedo de Harry es atravesar el agua.
—El punto es...
Continuó Louis, lo que le permitió a Harry hundir la cabeza en su pecho, y quizá admitiría que le encantaba la sensación. Harry era efectivamente el novio grande y fuerte al que le gustaba que Louis se acurrucara en él, y Louis amaba cuando solía ser al revés.
—Me preocupo por ti todo el tiempo. Y te he cuidado borracho antes.
—¡Pero aquel día fue Año Nuevo! ¡Eso no estaba planificado!
—Te gusta hacer cosas no planificadas.
Louis besó la parte superior de la cabeza de Harry y luego alisó su pelo hacia atrás, el cual estaba creciendo poco a poco.
Harry se quejó de nuevo y murmuró.
—Me gusta hacer cosas no planificadas juntos.
Odio tener que informarte, pero uno de nosotros debería estar sobrio a pesar de todo. Y me conoces a mí y a mi regla sobre emborracharme en lugares desconocidos. Me niego a hacerlo.
Louis se rió, agarrándose a la ropa de Harry mientras el bote se sacudía un poco y cuando el capitán del pequeño bote comenzaba a dar instrucciones y horarios.
Louis escuchó, sabiendo que ahora estaba a cargo de su pequeña salida, y con cautela ayudó a Harry a bajar del bote y a tierra firme.
Él parecía mucho mejor ahora que podía alejarse del mar. Sostuvo la mano de Louis y se aclaró la garganta, buscando instantáneamente una barra con los ojos.
—¿Lou? —Murmuró mientras él y Louis atravesaban el camino de cemento, pasando por pequeñas tiendas locales de mercados de pescado y artesanías.
—¿Sí?
Louis miró a su novio, su asustado, fuerte y valiente novio, y sonrió ampliamente. Harry le devolvió la sonrisa.
—¿Te he dicho que te amaba hoy?
—No, pero sospecho que escucharé mucho eso cuando te emborraches.
—Vamos, un paso más, amor.
Al final Harry no se emborrachó, bueno, quizá un poco, lo suficiente para ver a un par de ángeles con ojos azules que le tomaban de la mano, guiándolo en la arena, tocando el agua con la punta de los dedos de los pies.
—Louis, espera.
Su pulso cada vez era más acelerado en el interior de su esófago, comenzando a ahogarlo por voluntad propia.
Y esperó, se quedó totalmente quieto, besando por todo el rostro del teniente, haciéndole reír un poco como si fuese un niño pequeño recibiendo cosquillas en sus costados.
—¿Qué haces?
—Calla, con mis hermanas funcionaba.
Solo eso hace que el corazón de Harry se acelere pero por otro motivo, ya no hay un huésped en él llamado temor, ahora solo hay algo que rima, y es amor.
—¿Mejor? ¿Quieres dar un paso más? ¿Nos vamos a casa?
El tan sólo mirar la profundidad del océano miles de recuerdos instalaban en su mente, como si los viviese una y otra vez, incesantes. Apretó su agarre de manos en las de Louis, siendo la única señal que el soldado necesitó para alejarse de la orilla.
—Harry, volveremos otro día, has dado un paso muy grande, amor. —Le felicitó, besándolo suavemente en la frente, poniéndose de puntillas sobre la húmeda arena.
—Lo siento, esto fue un fracaso.
—Lo has intentado, ¿sabes cuánto significa eso?
El teniente negó, decepcionado consigo mismo.
—Cuando te sientas preparado podremos volver e intentarlo, ¿vale? No pasa nada, Harry, te lo prometo.
—¿Y si vuelvo a tener miedo? —Sonó realmente como un niño pequeño, aquel que aferra a su madre para que no le deje solo en la oscuridad de la noche en su habitación.
—Pues nos iremos de nuevo, hasta que lo consigas. No porque no puedas hacerlo ahora significa que nunca lo harás, estoy muy orgulloso de tí, Harry.
—¿De verdad?
Aquellas perlas esmeraldas ciertamente iluminaban más que la luna sobre sus cabezas, Louis se permitió perderse en ellas unos segundos, antes de besarlo dulcemente, el agarre de Harry posándose en su cintura.
—Siempre estaré orgulloso de tí. Eres mi novio, mi amigo, mi teniente, el amor de mi vida.
Harry trago fuertemente, fundiéndose en el único océano que no le aterraba, en el de los ojos de Louis.
—Pero eres un ángel, tienes muchas vidas, ¿lo seré de todas?
—Quizá le pida un favor al cielo y que te deje un hueco, ¿no?
Están tan cerca que Harry puede ver el contorno de las pecas en las mejillas de Louis y sentir la risa justo debajo de su piel, que Louis apenas está conteniendo.
Siente a Louis acercándolo, puede oler el sudor de su cuello por la tensión del momento y sentir los suaves mechones de su cabello, haciéndole cosquillas en la frente.
Harry está tan embobado que se inclina y besa a Louis. Sus labios se congelan al sentir el toque de Harry, como si fuese la primera vez, su cuerpo entero detiene todo movimiento molecular.
Sus ojos dejan de ver. Su corazón deja de latir. Se siente increíble, la forma en que Harry besa, como un temblor, un suspiro y una caricia, todo mezclado, desenfrenado y emocional, depositado directamente en la boca de Louis.
Louis nunca ha sido besado así. No sabe qué hacer con él, al recibir este regalo totalmente inesperado. No responde, no se mueve, no se atreve a respirar.
Harry sigue besándolo como si fuera la cosa más bella del mundo, y pone su mano alrededor del cuello de Louis para acercarlo, mordisqueando el labio inferior de Louis y lamiendo su boca.
El soldado ha mantenido los ojos abiertos, pero los ojos de Harry están cerrados y está dando pequeños suspiros de satisfacción. Pero de un momento a otro, se separa.
—¿Louis?
La cara de Harry es lo más parecido a un rayo de sol por la luminosidad que desprende. Sus labios están rojos e hinchados por los besos, y su piel se ha vuelto pálida.
—Vayamos a Doncaster. Vamos a conocer a mi familia.