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LA ROSA

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LA ROSA

Harry apaga su teléfono cuando las notificaciones llegan a ser demasiadas.

Hay unas cuarenta llamadas perdidas combinadas de Niall, Liam y Zayn; hay textos de su padre, de los entrenadores, de soldados. No hay rastro de Louis en los lugares posibles de entrenamiento del campamento. Como si hubiera desaparecido.

Harry se imagina que es una señal para que él también desaparezca.

No es que no lo haya pensado. Por supuesto, pero todas sus fantasías tuvieron lugar con Louis; irían a Hawái o Jamaica.  Desaparecerían en las montañas, donde serían libres y felices.

Pero descubre que Louis no ha salido de la cama cuando va a recoger sus cosas, cuando el reloj no marcaba ni las seis de la madrugada. Ahora, solo quiere quedarse ahí, observando ese pequeño bulto entre las mantas. Acurrucado en sí mismo, con un brazo abrazando la pequeña almohada que sustituye el cuerpo del teniente, con su olor.

Sus finos labios que tanto besó durante la noche, entreabiertos, soltando ronquidos que hacen sonreír a Harry.

No quiere irse, no quiere ver a nadie más, no quiere tener que irse, no quiere imaginarse a Louis despertando y llorar porque se ha ido sin despedirse.  Ni siquiera quiere su casa, ni a su perro, ni a la habitación de su infancia.

Solo quiere a Louis. ¿Cómo se supone que va a vivir sin Louis? Harry se sumerge en otro ataque de sollozos.

Se da cuenta, sin fuerzas, después de su llanto, de que no ha comido bien desde la cena de Navidad.  No hace nada al respecto;  simplemente lo reconoce en silencio.

Y termina el llanto ahí, al menos por el momento. Apoya suavemente sus nudillos en las sábanas, tapando a Louis mientras deja un último beso en su mejilla, porque ya sus labios los había memorizado.

Mi ángel, tienes que volar alto aquí, ¿vale? No bajes al infierno, porfavor.

Cuando el soldado despierta, no hay más que una cama medio vacía, algunas prendas de ropa sobre la cómoda y el Sol haciendo presencia levemente, no deberían ser las siete de la mañana, supuso Louis

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Cuando el soldado despierta, no hay más que una cama medio vacía, algunas prendas de ropa sobre la cómoda y el Sol haciendo presencia levemente, no deberían ser las siete de la mañana, supuso Louis.

War Camp | L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora