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SECRETO

No, no y más no. Jamás. En lo absoluto. Sólo negación era lo que rondaba la mente del teniente cuando su hermana le ofreció la posibilidad.

Un tres de diciembre María Styles había sido ascendida a teniente por su labor como mentora, y en ser la única mujer del módulo de mujeres en tener tantos récords, desde escalada hasta nado. Todo ello en su día antes de su cumpleaños.

¿El problema, según Harry? Iba a celebrarse en el módulo de mujeres y él, por supuesto, debía ir, aun sabiendo lo que provocaba con posar un pie en aquel terreno. Cientos de mujeres rogando por su atención, ofreciéndole un rato divertido en sus habitaciones. Ese era principalmente el motivo de su negación.

— ¿Es que no puedes dejar de ser un engreído por un día? ¡No todas se mueren por ti, Harry!

Gruñe su hermana, cruzándose de brazos al igual que él.

Parecían sacados de una película cómica a ojos del resto, pero María ciertamente comenzaba a hartarse de su actitud a tan solo tres horas de la cena. Tenía prisa, tenía que ducharse y ponerse el maldito vestido negro y maquillarse, no tenía tiempo que perder.

—¿Qué pasó con Alice, Samantha, Ruth y Eva la última vez? ¡Oh espera! ¿Qué pasó cuando fui contigo a ayudarte a una prueba?

Ella suspira, sabiendo que tiene solo un poco de razón.

—Intentaron besarte, sí.

—¡Las cuatro a la vez, María!

Rió dentro de su amargura, y aquello fue horrorosamente cómico, hasta el punto de dolerle a ambos el estómago de reírse.

—Sólo espera a que me den la medalla y luego te marchas. —Suplica, haciendo un puchero casi irresistible con sus labios. Harry pretende oponerse, pero se encuentra negociando.

—Déjame llevar a Niall y Liam, entonces me quedaré toda la cena.

Abre sus ojos verdes de par en par, dando saltos de alegría y besando cada esquina del rostro de su hermano, haciéndole sonreír con incluso el hoyuelo.

—¡Te quiero, te jodidamente quiero!

Le besa decenas de veces más, sin ser demasiado consciente de lo que está aceptando, pero nada le importa, su hermano estará allí. Se ríen hasta separarse, dándose cuenta de que quedan menos de tres horas y están perdiendo el tiempo.

Antes de que Harry pueda poner un pie fuera de su habitación y huir, su hermana le toma de la muñeca.

—Louis.

Su cuerpo se sacude sin siquiera ser consciente, pero María lo es, y sonríe, confirmando cualquier duda que estuvo formulandose los últimos días. El interrogante es característicamente visible en los ojos de Harry, juntándose al nerviosismo que el solo pronunciar ese nombre le causó.

—No me mires así, ese chico es mi amigo ahora, avísale también, le quiero allí.

Harry se ríe, siendo consciente de lo que el diablo que tiene como hermana está haciendo.

—¿Por qué debería hacer eso, María? —Cuestiona, alzando la ceja derecha de manera incluso graciosa.

—Así que no te da tan igual como dices. —Le dice en el mismo tono, levantando la misma ceja casi telepáticamente.

Son tal para cual.

—Yo aviso a los chicos, tú a Louis, o no hay trato.

Intenta negociar, aferrándose a la mínima posibilidad de no tener que hablar con el ojiazul después de lo ocurrido en los baños horas atrás.

War Camp | L.SWhere stories live. Discover now