Louis va como castigo a un campamento militar, y quizá no deba llamarlo castigo cuando conozca a uno de los soldados, uno de ojos verdes y cabello largo. No uno cualquiera, por supuesto, es el mismísimo hijo del coronel.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
DERROTA
No estaba seguro de cuánto tiempo había pasado desde que fue secuestrado, no había ventanas para ver el sol y hacer un seguimiento de los días, y a veces una hora se sentiría como una eternidad si fuera una hora en la que los hombres decidieran entrar y someterlos a algún tipo de tortura.
Comenzó a ponerse psicológico recientemente: en lugar de simplemente quemarlos, azotarlos, rociarlos o golpearlos, uno de los hombres sostenía una pistola contra una de sus cabezas y obligaba al otro a hacer algo humillante.
Esas fueron las únicas veces que se les soltó de los grilletes, pero eso no compensó las cosas que se vieron obligados a hacer.
La mayoría de las veces, la tortura psicológica no sería necesariamente dolorosa: una vez obligaron a Louis a bailarles, obligando a Harry a abrir los ojos.
Todavía no habían usado la jaula de la esquina y estaban comenzando a especular sobre para qué se usaría. Nada bueno, obviamente, pero algunas de sus conjeturas eran peores que otras, y mientras intentaban jugar con sus miedos, ambos estaban aterrorizados por la jaula al costado de la habitación.
El tiempo pasó más lento en la habitación.
También estaba forzado: se sentía antinatural, como si el tiempo avanzara cojeando y ocasionalmente se desviara solo para retrasar su paso.
—Harry.
Dijo Louis un día.
—¿Has notado que siguen un patrón?
La cabeza de Harry colgaba hacia abajo y miró hacia arriba lentamente, parpadeando. Cada vez que Louis veía su rostro, se parecía cada vez menos al Harry que siempre había conocido. Esta nueva criatura era débil, hambrienta y, sobre todo, vacía.
Los ojos de Harry habían perdido el brillo que jamás habían tenido, y parecía muerto por dentro.
—No. —Dijo Harry, apenas audible, antes de dejar caer la cabeza de nuevo.
—Harry.
Harry levantó la cabeza de nuevo, sus ojos casi cerrados.
—Hacen torturas físicas tres veces seguidas y luego esperan un rato y luego hacen las cosas psicológicas. Podemos saber cuándo esperar qué ahora. Como, lo siguiente es físico, y luego tenemos un descanso, y luego psicológico.
Harry parpadeó y no dijo nada.
—¿Harry?
—¿Qué? —Harry preguntó suavemente.
—Eso es algo bueno. —Dijo Louis lentamente.
—Vale.
Louis miró al chico al otro lado de la habitación, buscando en sus ojos cualquier rastro de Harry.
