Louis va como castigo a un campamento militar, y quizá no deba llamarlo castigo cuando conozca a uno de los soldados, uno de ojos verdes y cabello largo. No uno cualquiera, por supuesto, es el mismísimo hijo del coronel.
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REPETIR
Harry presionó un beso en la parte posterior del cuello de Louis, metiendo una de las pequeñas almohadas debajo de las caderas de Louis y rápidamente tirando de sus bóxers hacia abajo y fuera de sus piernas, dejando su camiseta puesta para el ligero frío en el aire.
—¿Listo, precioso?
Cuando recibió un asentimiento, empujó su dedo en el hueco en la base de su columna, antes de separar sus mejillas y gemir audiblemente.
—Joder, Lou.
—Sorpresa, ¿no? —Louis se rió, empujando su trasero hacia la cara de Harry.
—Mierda, sí.
Louis se había afeitado. Harry pasó un dedo por el lugar más íntimo de Louis, viéndolo estremecerse.
Rápidamente salió de la cama para agarrar su lubricante. Cubriendo tres de sus dedos, pasó uno sobre el borde de Louis y rodeó el agujero.
—Eres tan precioso, y tan mío. —Observó con asombro mientras abría y cerraba los puños alrededor de la sábana.
—Joder, Harry, hazlo antes de que llore.
Louis gimió, y Harry empujó suavemente hasta la mitad, escuchando el hermoso aliento que soltaba el chico abajo.
—Más, más. Harry.
Louis empujó hacia atrás en su dedo, hasta que estuvo en el nudillo. Se quejó, así que Harry empujó otro dedo lentamente, girándolo hasta que rozó la próstata de Louis. Él dejó escapar un gemido.
—Joder, ahí, de nuevo.
Continuó aplicando presión en el lugar, agregando un tercer dedo, hasta que la camiseta de Louis se adhirió a él, ligeramente húmeda por el sudor y estaba haciendo surcos contra las sábanas, tratando de conseguir algo de fricción en su miembro.
—¿Estás listo, ángel?
Harry retiró sus dedos, frotando sus manos sobre las nalgas de Louis y extendiéndolas, mirando su delicioso lugar rosado, listo para tomarlo.
—No te v-vayas.
Louis gimió incoherentemente, deslizándose sobre sus rodillas, mientras Harry se sentó para apoyarse en la cabecera, quitándose los bóxers y revelando su dura erección. Louis flotaba sobre él, mientras se arreglaba y se alineaba con la entrada del soldado, antes de hundirse lentamente sobre él.
—Estás tan apretado, Lou. ¿Cuándo fue nuestra última vez?
Las pupilas de Harry se ensancharon, llenas de lujuria y amor mientras miraba al hermoso chico rebotando suavemente en él, hundiendo sus uñas en los hombros fibrosos del teniente.
—Hace una semana, tonto. —Louis giró las caderas.
Harry se empujó contra él, Louis dejó escapar un fuerte gemido. Después de un rato, Louis se volvió un poco descuidado con sus movimientos, comenzando a girar sus caderas alrededor de Harry, en lugar de moverse hacia arriba y hacia abajo.
