El destino de una princesa

By NicoleSLHerrera

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Eleonor vivía una vida común hasta que un accidente de tránsito cambiaría todo. Cuando despierta ya nada es l... More

Antes de empezar...
Capítulo 0
Booktrailer
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Feliz navidad
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capitulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Notita de mí para ustedes❤
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo 77
Capítulo 78
Notita✨
Capítulo 79
Capítulo 80

Capítulo 39

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By NicoleSLHerrera

Ese viaje estaba siendo más agotador de lo que creía, su magia era consumida con facilidad, así que ir a pie era su mejor opción y más ahora que sabía que tenía detrás a alguien cruel. Reservar su energía era lo mejor, no sabía cuándo volverían a atacarlo. Decidió entonces ocultar toda su magia, esto era algo que había aprendido en su familia; en el entrenamiento desde muy joven aprendió a sobrevivir sin magia fue algo que le enseñó. La presencia de su energía disminuyó hasta llegar a cero y con eso, localizarlo no sería tan fácil. Se podía decir que ahora era como un humano normal y corriente.

El sonido de una llamada llegó hasta sus oídos, era extraño pues tan solo ayer había recibido una por parte de Kay. Es claro que ese hombre tenía algo importante que decir, si no, no lo estaría llamando, tal vez había encontrado a quien deambulaba por el palacio haciéndose con la información importante.

En cambio, la imagen que recibió le devolvió todas sus energías, solo ella era la única que podía hacerlo sonreír de la manera en la que lo estaba haciendo.

- ¡Ah! ¡Tío Ryu! - su dulce voz llena de alegría fue como un duro golpe a sus sentidos.

¿Por qué le parecía que habían pasado milenios desde la última vez que habló con ella? El cabello rojo y esos hermosos ojos que reflejaban genuina felicidad. El mismo se vió contagiado por lo que ella demostraba, no estaba seguro de porqué quería llorar.

- Mi hermosa princesa... - susurró casi con la voz cortada, no podía evitar sentirse sentimental.

El rostro de Fiama se distorsionó, y los ojitos contentos se aguaron en un instante, y su labio inferior en un puchero le dió un pinchazo a su corazón. Unas pocas lágrimas se resbalaron por esas mejillas regordetas y solo pensó en volver para apaciguar esa intranquilidad que le había creado con su partida.

- ¡Me alegro que estés bien! - lloriqueó sin poderlo evitar, no empezaría a llorar justo cuando estaba contactando con este hombre que tanto la cuidaba, pero el nudo en su garganta causó su quiebre - ¡Te extraño mucho tío Ryu!

Ni el mismo sabía que se había convertido en alguien tan especial para Fiama, ahora ya podía confirmarlo, y esas lágrimas solo aumentaron sus deseos por protegerla de cualquiera que tratase de hacerle daño. Era inconcebible como podía existir gente que buscaba dañar a una criatura tan tierna y dulce como Fiama. Ella era todo lo que estaba bien en ese mundo.

- Mi querida princesa, el honor más grande que he tenido en la vida es que derrames lágrimas por mi. Te juro por Darrash que volveré a tu lado sin importar que.

Las lágrimas se detuvieron, esos bonitos dientes perlados fueron visibles una vez más al tener las comisuras levantadas. La niña asintió al oírlo - Asegurate de volver a mi lado, tío Ryu. Te estaré esperando.

Eso calentó su corazón, ella confiaba en él, no podía permitirse fallar de ninguna manera, debía asegurarse de regresar.

- ¿Cómo es posible que mi hermosa princesa esté llamando? ¿Cómo te encuentras? ¿Has tenido algún problema con ese hombre? - no quería arremeter con tantas preguntas, de hecho tuvó que silenciarse a la fuerza, pero tenía tantas ganas de saber lo que estaba pasando en su vida.

La niña reía encantada al ver que Ryu estaba bien y que tenía la misma energía de siempre, sin duda él era la motivación que necesitaba para asegurarse de estar bien.

- Tuve una reunión hoy con el emperador, estuvimos hablando y me prestó su comunicador después de que le comenté sobre la falta que me hacías, dijo que podía hablar contigo Tío Ryu, aunque no por mucho tiempo - se burló indiscretamente de la inconformidad que expresó Kay.

- Parece que no es una completa pared de hielo, al menos sabe rendirse ante tu encanto - el pareció más tranquilo al verla expresarse de una forma un tanto juguetona, es cierto que la idea de que forme un lazo con Kay le molesta, pero también sabía que sería bueno para ella - ¿Cómo está todo desde que me fui?

Fiama no tardó en platicar cada cosa y detalle que había ocurrido desde que se fue. Las expresiones de Ryu variaban, entre curiosidad, enojo y diversión, la verdad es que había pasado mucho y no quería ni imaginar todo lo que podría pasar después de que completara su travesía, le daba un poco de tristeza perderse de todas estas cosas. Y su mayor temor, era que Fiama lo fuera a olvidar, de alguna manera, le asustaba mucho que eso pudiera pasar; ella es solo una niña, el rostro de el podría perderse entre todo ese mar de caras que seguían apareciendo. Debía respirar hondo, era una cosa tonta, si pensaba tanto en ello, solo atraería malas energías, Fiama no lo olvidaría, de ningún modo eso pasaría.

La niña le platicó más que nada del plan que había para sacar a Luah de ese endemoniado lugar donde lo tenían.

Y por un instante el rostro de Ryu se volvió serio. Le fue un poco raro cuando Evan se acercó a Fiama, él conocé y entiende que es un buen niño, aún así, no podía evitar sentir celos y ahora, ¿aparecía otro de la nada? Una vez que volviera, se aseguraría de que no se atrevieran a sobrepasarse con la pequeña pelirroja, no iba a permitir que ninguno de esos dos cruzaran los límites.

- Mi hermosa princesa, ahora esos dos son niños, pero algún día se transformarán en hombre y eso los convertirá en lobos, debes tener mucho cuidado en la cercanía que tengas con ellos, de preferencias, es mejor que no los tengas cerca - advirtió con algo seriedad y rectitud.

Fiama no podía creer lo que estaba escuchando, trató de apretar los labios para no reír tan abiertamente, algo que fue imposible al ver la expresión solemne que mantuvo Ryu al decir esto.

- Eso significa que también debo mantener distancia del tío Ryu, porque también es hombre, eso significa que también es un lobo - acusó con la diversión bailando en su tono, solo quería molestarlo un poco.

Ryu se quedó callado por un momento sin saber que responder a eso, no lo pensó mucho cuando le dijo aquello, aunque no tardó en declarar un nuevo argumento.

- No puedes hacer eso, yo estoy fuera de esa lista. Porque soy quien te cuida, así que no puedes alejarte de mi aunque quieras.

La niña soltó carcajadas más fuertes después de eso, no tenía ni un solo argumento a su favor, aún así, ya no dijo más, poder reír así le hacía falta de vez en cuando; a veces era muy asfixiante todo lo que sucedía a su alrededor, por momentos solo quería olvidar todos los problemas y Ryu parecía lograrlo.

- Creo que ya es hora de que me vaya, aún hay mucho que hacer, pero volveré a pedir prestado el comunicador para hablar contigo tío Ryu.

- Llámame siempre que lo necesites, lo tendré cerca y estaré listo para escuchar cualquier cosa que tengas por decir - aseguró con una leve sonrisa.

Esas eran el tipo de cosas que le gustaba oír, podía estar más calmada ahora, Ryu siempre sabia como hacerla sentir mejor.

- Gracias tío Ryu.

La comunicación terminó y por unos instantes se quedó silencio, una lágrima silenciosa resbaló por su ojo. No tenía idea de que estaba tan acostumbrado a su presencia, claro, ya había hecho viajes antes, pero no tan largos. Limpió con rapidez el camino húmedo que quedo y sonrió, al menos ella estaba bien, eso es lo que le importaba.

- No te preocupes, querida princesa, voy a estar de regreso muy pronto.

***

Fiama sentía más aliviado su corazón, no se imaginaba sin hablar con el hombre que tanto la había cuidado desde su primer año de edad. Agradecía que Kay hubiese propuesto la idea de hablar con Ryu.

Estuvo muy confundida cuando él preguntó si se sentía sola, tenía una respuesta clara y era que no, tenía a la gente que le importaba rodeandola todo el tiempo. Supuso que el único que le hacía falta fue Ryu, así que no dudó en mencionarlo, pero no esperaba que el emperador mismo le fuese a entregar un comunicador para hablar con él, aunque en ningún momento dejó de fruncir el ceño, es claro lo mucho que le afecta que se lleve tan bien con Ryu.

- Si que son extraños.

Kay se había mantenido fuera en todo momento, decidió que no quería ver como la emoción de ella aumentaba al ver al forastero o como sus ojos se veían brillantes y llenos de paz.

Entendía que, ese hombre se había convertido en una de las personas más importantes para Fiama y si, ya no estaba dispuesta a presionarla para tratarlo a él como un padre, entendía que no la cuidó ni la trató bien desde el nacimiento, al menos ella no sabía esto, si no, seguro que lo odiaría por todo lo que hizo.

Dejó de pensar en lo disgustante que era todo eso, al entrar una vez más por esa puerta, se encontró con una sonrisa suave, y esos bonitos ojos claros y limpios le decían lo agradecida que estaba con él. Era justo la expresión que no quería mirar, ella estaba feliz... y Kay no había sido el causante.

Lo estaba pagando, el hecho de no ser reconocido como padre por su propia hija se lo habia buscado él, y aún así, no pudo evitar pensar en lo hermosa que se veía en ese estado de ánimo. Esa pequeña niña se había convertido en lo más importante de su vida; él no lo sabía, no tenía ni idea de cuándo fue que sucedió, cuando el interés por algo nuevo, se convirtió en lo único por lo que valía la pena vivir.

- Gracias, su majestad por hacer esto por mi. Lo aprecio mucho - la pequeña entregó el comunicador de inmediato mientras se volvía a sentar frente a él - Por cierto, contestando más claro a su pregunta. No me siento sola, estoy bien como estoy. Tengo a la gente justa y perfecta a mi lado.

Kay le sonrió de forma tenue, casi ni se notó, pero su semblante se veía más tranquilo después de oír aquello.

- Eso es bueno - contestó, como siempre, no tenía mucho que decir.

La pelirroja por otro lado, estaba un poco curiosa, Kay sin duda no era el tipo de persona que preguntaba por cosas así de la nada, había un motivo detrás y tal vez tenía una idea de que se trataba.

- Su majestad - le llamó con suavidad y con ojos un tanto vacilantes - ¿Fue la tía imperial quién le dijo que me sentía sola?

No tuvo que recibir una respuesta, la mirada de Kay lo dijo todo, la niña soltó un resoplido que le hizo perder toda la gracia elegante, aún así, le sentó muy bien, se veía infantil, algo de lo que generalmente carecía.

- Voy a ser sincera con su majestad - empezó a hablar un poco más despacio como para que Kay se acostumbrará un poco a lo que estaba por decir, le preocupaba un poco la forma en la que pudiera actuar - ... A mi no me agrada Lina - no uso honoríficos esta vez, debía reducir su forma de expresarse si buscaba ser tomada más enserio - No me gusta cuando se me acerca, cuando me habla y mucho menos cuando me mira. No le diré a su majestad como actuar, no tengo ese derecho, pero si puedo decir de mi parte, que no me gusta tenerla cerca. No pienso fingir más.

La claridad de sus palabras mostraban que estaba siendo lo más honesta posible, y era fácil captar que a ella le interesaba que su bienestar no se viese afectado, lo que esta bien; en el mundo en el que ahora vive, si no es egoísta con su propia vida, sería destruida con mucha facilidad.

Por unos instantes Kay se mantuvo en silencio. Luego le preguntó algo que no esperaba.

- ¿Si ella estuviera lejos, eso te dejaría más tranquila?

- Lo haría.

Kay dejó un asentimiento que no supó como tomar, pues no dió una respuesta clara. Más bien después de eso la despidió y le dijó que no olvidara llevarle la información con todo lo relacionado sobre los Lenner.

Claro que eso la dejó confundida, no sabia si esa respuesta le traería problemas o beneficios, pero no importaba como fuera, lo enfrentaría.

Tan pronto ella salió pidió a Mikhe que entrara para pedir la opinión de su caballero, más como amigo, que como un asesor.

- ¿Qué es lo que piensas?

- No quiero sonar grosero, su majestad. Estoy de acuerdo con la princesa - contestó sin arrepentimiento alguno - Conoce cuál es mi opinión sobre su hermana.

- Lo sé. La mía es igual.

- Si es así, no debió traerla en primer lugar. Usted sabe que muchos de los problemas que tuvimos en el palacio empezaron por ella - Mikhe no podía ni decir el nombre de la antigua princesa de la familia - Que no le haya intentado hacer daño hasta ahora, no es porque sienta aprecio por ella.

- Es por su madre.

Al oír la mención de aquella mujer, Mikhe se encogió un poco, sin embargo, le dió la razón.  Kay ya no quería hacer que su caballero se sintiese incómodo, por lo que no siguió con el tema.

- He pensado sobre escribirle a Nein.

Mikhe no tardó en levantar la mirada y sus ojos se entrecerraron, no estaba enojado, más bien curioso.

- ¿Qué piensa decirle?

- Tal vez, podría plantearle la idea de llevarse a Lina al norte.

- Tiene un basto territorio que usted mismo le concedió. Aunque no se si él esté de acuerdo.

- Lo sé... siempre me fue difícil hablar con mi hermano.

***

|Día 122 de la Luna Rafse, año 553.

Después de pasar días investigando que hacer para detener todos estos crímenes de odio, la solución más clara había llegado por fin y fue gracias a uno de los mejores usuarios de fuego que hubiese conocido, el Príncipe Andrew, mi hijo más amado.

No sé si está bien decir esto, amo mucho a mis otros hijos, pero el cariño y respeto que siento por Andrew es aún mayor, siempre ha sido mi más grande orgullo.

El consejo hizó una reunión, había que tratar esto de una vez, controlar y arrestar a todos esos hombres y mujeres que estaban aterrorizando a nuestro continente, las opiniones eran desiguales, las voces se escuchaban de todos lados pero sin ninguna opinión que valiera la pena y nadie estaba de acuerdo con nadie, lo único que buscaban era un beneficio propio.

Hasta que llegó Andrew con una propuesta que no solo dejaría en claro su posición por acabar con todo este daño, incluso si con eso él mismo terminaba mal.

'Hay que hacer una purga general de los magos de fuego'

Fue algo impactante de escuchar, la sala quedó en un silencio sepulcral que más de uno quiso mantener. El ministro Entian se opuso de inmediato y clasifico la idea como cruel e innecesaria, ¿por qué debían pagar los inocentes por los actos de los culpable?, y yo no dude en secundarlo. No había modo de que aceptara una decisión tan horrible como acabar con todos por los pocos asesinos, mi propio hijo era un usuario de fuego, yo no podía aceptar algo como eso.

Así mismo, otros no tardaron en tomar su lado, y como era de esperar, la mitad estaba de acuerdo y la otra no. Algo que me hizo enojar, me molestaba tener que depender de las ideas de otros imbeciles inclusive si pensaban igual a mi. Ser emperador no me dejaba con el mayor poder, más bien, era como si otros pusiesen controlarme con mucha facilidad.

Con eso solo pensé en lo incompetente que era como el padre del imperio, si no también en lo inútil que era como padre.

Andrew, para dar fuerza a su propuesta nos platicó que hacia unos pocos meses empezaron a aparecer ciertos síntomas preocupantes. El control sobre su magia era difícil de describir, aveces le era complicado utilizar el fuego, ya fuera por la cantidad que producía o la efectividad que tenía. Dijó que su contacto con el espíritu del fuego se había reducido considerablemente.

Agregó que aún había una posibilidad de detener todo eso y no debía desperdiciarse. Habían muchas más vidas que salvar y tenía razón, pero mi corazón se rompía cada vez más, al saber que era lo que se debía hacer, porque con aquellos magos, también tendría que irse mi hijo y no es lo que yo quería.

Pedí un tiempo de dos semanas y aunque algunos no estuvieron de acuerdo, tuvieron que ceder, necesitaba encontrar algo que me ayudara con toda esa locura y que de algún modo, fuese mi esperanza para que mi hijo viviera.

Me aseguré de cruzar portal tras portal e ir con aquellos dioses que creaban un vínculo entre nuestro mundo y el supremo; no sirvió de nada, ninguno supo darme una razón de porque estaba sucediendo todo esto. Y era simple, el supremo les había prohibido indicar quién o que estaba detrás de todo. Al parecer, los humanos debíamos hacernos cargo de nuestros problemas con la capacidad y dones que nos fueron brindados.

Por primera vez, creí seriamente que Darrash era un incompetente y malvado ser. Estas eran el tipo de decisiones que un humano no debería tomar.

Regresando a la capital, me encontré con una gran cantidad de humo que aparentaban ser nubes y una gran llamarada que era detectable desde la lejanía, se extendía frente a mis ojos. La dirección nos llevó al palacio imperial, que se incendiaba sin que los magos pudiesen hacer algo.

Las personas corrían enloquecidas y fuera me encontré con algunos de mis hijos.

Nadie sabía como habia empezado todo, más bien, solo indicaban que el fuego se extendió con demasiada rapidez como para tratarse de un incendio común.

La decisión que debía tomar en el momento correcto y que detuve, ahora me estaba pasando factura. Los gritos de varios sirvientes y de mis otros hijos, concubinas, mi reina y la emperatriz, veían del interior, todos los que no lograron salir murieron calcinados en el interior.

Recuerdo haber visto a una figura salir de entre todo ese caos, con una mueca distorsionada, medio en burla y con una mirada sádica. Andrew me miró directo a los ojos y aceptó toda la culpa.

El hijo que siempre fue amable con su madre, con sus hermanos y con los siervos del palacio, se regodeaba de su sufrimiento. Explicó lo bien que se sintió deshacerse de todos ellos y del enorme placer que le produciría matar a más gente.

En ese momento tuve que tomar la más dura decisión.

Levante mi mano y con un golpe certero de mi magia que se encontraba envuelta en ira y tristeza, le apunté al corazón. Fue tan rápido que ni yo mismo fui capaz de reaccionar. Solo entendí lo que había pasado cuando la sangre hizo un charco a su alrededor y cuando los jadeos de dolor se detuvieron.

Después de eso, el fuego se apagó y con ello llegó mi orden, la cual debía ser acatada por todos.

Había que deshacerse de todos y cada uno de los magos de fuego, no importaba raza, sexo, edad o creencia, todos debían desaparecer.|

Sin duda, este tipo de cosas no las esperaba, el emperador Akergin se deshizó de su propio hijo y no solo eso, ordenó una limpieza general. De algún modo, esto le había afectado un poco. Dejó el pergamino a un lado y se sentó lo más recta posible.

"Todo esto me asusta..."

<<El temor es parte de todo Fiama, si queremos entender que paso, hay que saber todo desde todos los angulos>>

La niña suspiró, es cierto que se sentía mejor por estar informada, solo que algo extraño empezó a aparecer en su pecho al leer esto.

"Me asusta terminar con ellos. Sin control sobre mis poderes y exterminando a todos los que mi importan"

<<No pasará, no dejaremos que eso pase>>

La niña asintió leve y dejó de pensar demasiado en eso, mientras más se deje llevar, más peligroso sería.

Como en ocasiones anteriores Kay se mantuvo a una distancia adecuada, observando a la pequeña, podía ver el temor que comenzaba a crecer en su interior, eso es lo que quería detener en un inicio. Aún así, sabía bien que ella no se detendría, seguro que obtendría una respuesta a lo que buscaba.

Tan pronto terminó, le entregó a Kay el pergamino, y con ello también recibió la noticia por parte del emperador. Ese día comenzaría el ataque a los Lenner.

Todo estaba preparado y nadie tenía permitido fallar.

***

Ahora , se viene lo shido xd
Bueno, lo único que espero es que todo salga bien y puedan sacar Luah de allí, ese chiquillo solo necesita amor, comprensión y ternura 🥺🥺

Ya he leído por ahí que le gustaría tener una maratón de la historia, y pues con lo mucho que han apoyado la historia, no puedo hacer más que complacerlos, así que tendremos una maratón la próxima semana, y si, lo van gozar como no lo pueden imaginar 😂

Eso es todo mi gente, ya saben que si algo que les inquiete pueden escribirme, sin miedo, no muerdo xd

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