Capítulo 55

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Después de aquel ambiente en el que ambos cayeron, algo más pareció quebrarse, una pared que parecía más bien hecha de un vidrio frágil.

A pesar de que Ethani se retiro, de haber dado un paso atrás, la línea ya había sido cruzada y no importaba si fuera o no con intención, algo había cambiado.

Y para mantener su propia mente ocupada comenzó a ayudar a Ervi en su negocio, el hombre tenía una librería, así que también podía pagarle de esa manera el hospedaje y la comida que recibían.

Pronto varias jovencitas y mujeres mayores del pueblo se acercaron al local, solo iban para mirar a Ethani y para obtener una oportunidad de hablar con el terminaban llevándose un par de libros, así que la popularidad del lugar creció de inmediato.

Ignis no sabía muy bien como actuar ante la poca interacción con Ethani y eso hizo que un incómodo sentimiento se instalara en su pecho. Al mirarlo irse junto con el dueño de la casa su expresión cambiaba por una de inconformidad. No había pasado nada malo hasta donde ella sabía, quería obtener una respuesta y al recordar solo pensaba en lo cómoda que se sintió estando tan cerca del joven, tenía deseos de repetir ese momento y sin embargo, desde que aquello ocurrió fue que el comportamiento de Ethani se volvió de esa manera.

- Hermana Illia - la llamo Ninel con una mirada llena de compasión, no le gustaba ver la obvia tristeza en los ojos de la joven mujer, se sentó junto a ella y la abrazo suavemente - Mi hermano enserió es un tonto...

No lo creía tanto de esa manera, más bien no estaba segura de porqué la menor estaba insultando a Ethani, aún así, le hizo sentir un poco mejor que ella dijera esas palabras.

- ¿Que debería hacer? - necesitaba respuestas y quien mejor para dárselas que una humana que tendría una mejor idea de cómo lidiar con esas emociones.

Ninel a penas levantó la mirada y al notar los ojos expectantes de la mayor, entendió que debía ayudarla. No es que ella fuera una experta en relaciones, ciertamente no tenía ningún tipo de experiencia y después de ver como las pocas relaciones cercana a su vida fallaban, no tenía muy claro el tema, aún así, debía averiguar como ayudar a ambos, pues de alguna manera, la armonía que transmitían juntos era la más maravillosa que había presenciado en su corta vida.

- Preguntemosle al señor Ervi si podemos ir mañana con ellos a ayudar en su tienda - propuso de inmediato, pasar el día separados por completo no ayudaba en nada, así que lo primero que debía hacer era acercarlos.

- Claro - asintió sin entender muy bien el porqué haría tal cosa, al menos hasta que a su cabeza vino la idea de pasar más tiempo junto a Ethani.

Y así fue, a la mañana siguiente ambas jovencitas se acercaron al dueño de la casa y rogaron con la mirada el poder acompañarlo, viendo a dos hermosas chicas queriendo salir un rato no pudo negarse y ante la mirada incrédula de Ethani los cuatro caminaron hacia la librería. Tan solo a unos minutos de abrir el local, las personas comenzaron a llegar, algunas jovencitas se acercaron al lugar esperando con seguridad poder tener una oportunidad con el joven de ojos plateados.

Ethani por su lado trabajaba con seriedad, trataba lo más posible de no verse involucrado con unas damas solteras, las trataba con amabilidad, pero no sonreía ni trataba de verse amistoso y además con Ignis en la tienda, su mente estaba un poco caótica.

Le dió un vistazo a su hermana quien lo miraba de reojo y en un instante logró descifrar las intenciones tras esa sonrisa llena de diversión. Pronto cada una comenzó a caminar con algunos libros entre sus brazos y los acomodaba en las estanterías dependiendo de su género, autores y año de creación.

Ignis observó asombrada la cantidad de libros que se extendían frente a ella, jamás imagino que a los humanos les gustará escribir tanto, pero también resultaba algo fascinante. Estiró sus dedos tratando de dejar un libro de pasta dura y un color verde oscuro, y pronto se dió cuenta de que su altura no era suficiente, el sitio donde debía acomodarlo se encontraba en el punto más alto.

El destino de una princesaWhere stories live. Discover now