Capítulo 35

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- No.

Respondió sin siquiera pensarlo, el que Kay le pidiera quedarse hubiera sido un sueño cumplido en el pasado, pero hubo una linea que la apartó por completo de Intravella; ahora el miedo era más grande que cualquier otro sentimiento en su corazón.

- Me disculpo profundamente con su majestad, pero no me es posible aceptar tal petición - el rostro de la joven se puso serio en un instante, la sonrisa desapareció y los ojos alegres fueron reemplazados por unos totalmente serios - Conozco su capacidad, y aunque se bien que si promete mantenerme a salvo, así será; pero siempre va a existir la posibilidad de ser atrapada por mi padre. Y ambos sabemos que lo mejor es no permitirle tener esa pequeña posibilidad.

Kay asintió, lo sabía bien, solo que le debía todo a ella. Tanto el apoyo de Mikhe como el de Alide lo hicieron lo que era. Que no pudiese proteger y mantener a salvo a una de las personas que lo apoyó, solo lo hacía sentir patético.

- Aún soy muy débil - murmuró mirándola con impotencia oculta - Disculpame, no quería hacerte hacer sentir incómoda.

Alide asintió, aunque no pudo evitar que el dolor en su pecho se hiciese presente al haber rechazado la propuesta de Kay.

La plática de ambos terminó allí, ella ya no tenía deseos de decir nada más y él no quería que más palabras equivocadas salieran de su boca.

El baile acabó no mucho después, ambos se despidieron con educación, y antes de que el pelinegro pudiera escoltar a la mujer de vuelta a su lugar, ella salió con pasos firmes en dirección a la gente, para luego perderse de la vista de todos.

La peliceleste no tardo en preguntar cuál sería su habitación, descansar era lo único que tenía en mente y tan pronto obtuvo una respuesta, salió del salón.

- Alide.

La mencionada miró a aquella persona que la llamaba, al girarse se encontró con una sonrisa burlona y una maldad que pensaba, solo se hallaba en su familia.

- Mirate - dijo con el mayor tono de sorna posible - Solo eres una estúpida mujer que aún guarda esperanzas por ser amada. ¿Acaso no sientes ni un poco de vergüenza por como te comportas?

Se podía ver la satisfacción en su tono, Lina se abanicó con gracia y observó a la peliceleste como si de basura se tratase.

Después de ver a esos dos bailando con una sonrisa, solo supo que debía huir de ese sitio, esa tal vez es una de las pocas cosas que lograban afectarla. Con los años, dejó de hacerle caso a varios sentimientos y emociones, pero todo lo que tenía que ver con su hermano, seguían tomando su atención.

Claro que después de ver en rostro desanimado de Alide, no dudo en burlarse un poco y aprovechar para ponerla en su lugar.

La mujer no estaba de humor para tener otro enfrentamiento con la hermana de Kay, aunque permitirle ganar de nuevo solo la haría sentir impotente.

- No eres muy diferente de mí - Alide respondió sin una pizca de temor.

Los ojos de Lina se volvieron oscuros ante este comentario, su agarre sobre el abanico se volvió tan rudo que el objeto termino agrietado. Se mantuvo en silencio mientras trataba de controlar sus ganas de asesinar a Alide.

- Has esperado toda la vida por una mirada del emperador, incluso desde antes de que la reina Liza o yo llegáramos, has esperado por un pequeño trato cariñoso - sabía bien que lo mejor era ignorar a Lina, sin embargo las palabras no paraban de fluir - Puede que mis sentimientos jamás sean correspondidos, pero al menos la persona que me importa no siente repulsión por mí.

El destino de una princesaМесто, где живут истории. Откройте их для себя