Capítulo 3

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Todavía seguía confundida.

En su cabeza no cabía la idea de que podía usar magia y muchísimo menos que era una usuaria de fuego.

Cierto era que en ese mundo la magia era común, los magos y las brujas eran conocidos por todas partes, no importaba de que estrato social fueras, si podías usar magia ya era un logro maravilloso, además de que gracias a eso, tanto ricos como plebeyos tenían la oportunidad de estudiar en la prestigiosa academia de magia Reddenthor, o también era posible contratar hechiceros ya especializados para entrenar a la persona en cuestión.

Todo eso era fantástico.

Pero para Fiama no fue así.

Es decir, en el libro realmente no se decía específicamente si ella era una bruja. Claro que ella fue asesinada en un ritual para obtener más poder y magia no conocida, pero era por el hecho de que era una descendiente directa de la familia real, más nada.

De hecho lo que más la asustó era saber que ella era una usuaria de fuego, porque en una revolución contra un emperador del pasado todos los usuarios de esta magia fueron eliminados por quién regía el país en ese momento. Y poco después de eso los que nacían con este poder fueron desapareciendo hasta que nadie fue capaz de poseerlo, se dice que fue un hechizo impuesto por los dioses y espíritus de Everlate, un castigo por desafiar a aquellos que han sido los protectores de esas tierras desde el inicio de los tiempos. Por lo que en varios tantos de milenios no volvió a aparecer alguien con esta habilidad.

Y ahora resulta que ella era una usuaria de esta magia.

"Esto es una total mier... Aghh la verdad es que ya ni quejarme sirve de algo..." se comento a si misma abatida "¿Por qué no puedo ser una bebé normal cómo lo fui en mi otra vida?... ¿Por qué tengo que ser la hija de ese psicópata?... ¿Que fue lo que hice mal para terminar así?" soltó un suspiro pesado, no le gustaba nada lo que acababa de pasar.

Lo único bueno fue que pudo pegarle un buen susto a ese idiota que ahora tenía por padre.

De tanto pensar ni siquiera se había dado cuenta que ya no estaban en su habitación, sino en un extraño cuarto con una piedra circular sobresaliendo en el mismo.

El hombre que cargaba a la pequeña criatura aún no podía creer lo que sus ojos vieron, de hecho se pensaba que solo lo imagino, ¿y es que quién no pensaría lo mismo? El había visto las flamas salir del cuerpo de la niña sin control, con furia. Claro que toda su vida deseo ver a alguien con esta habilidad perdida, pero que apareciera de la nada le dejo sin palabras... ¿Sería que los contratistas de Everlate decidieron levantar el castigo por causar daño a sus tierras?¿Empezarían a nacer más bebés con esta grandiosa y a la vez peligrosa habilidad?

Ya lo sabrían ahora, tan pronto se pusieran en contacto con esos místicos seres.

Fiama solo vio como la acercaban a la bola de piedra sin saber que pasaba y fue entonces que la piedra se convirtió en un cristal brillante que pareció absorberla por completo.

Nada paso durante minutos, la niña solo estaba ahí. Cómo en un espacio vacío flotando.

Entonces apareció el cruel hombre que trato de matarla hace no mucho, obviamente el miedo recorrió a la pequeña, que no pudo evitar mirar esos ojos.

Vio que tanto el anciano con barba al estilo Dumbledore que la llevo a ese lugar se colocó a un lado y él emperador al otro lo que hizo que Fiama se asustara.

"¿Que están tratando de hacer estos tipos?... Más le vale que no me hagan daño... ¡Juro que si llegan a tocarme un solo cabello los asesinó!"

Ambos levantaron la mano derecha y con la palma abierta totalmente recta apuntaron a la bola de cristal, una suave corriente de color verde cubrió la bola.

Después un brillo intenso cegó a todos por un instante.

Una figura emergió del brillo y con una voz grave dijo:

- Han convocado al dios Belkariu - al escucharlo Kay camino para que pudiera ser visto, ambos conectaron su mirada y el ser divino prosiguió - Solo el gobernante puede preguntar cualquier hecho que suceda aquí en Intravella.

- Soy Kay Lot de la Croix, descendiente de la bruja original Hakary - respondió Kay - Desde miles de años los magos con el don de control del fuego se extinguieron después de la Guerra Torabica, pero hoy he presenciado que ESA niña - señaló a la pequeña Fiama - Ha adquirido esta magia perdida y deseo saber el porqué.

El dios dió un par de vueltas analizando a la pequeña, podía sentir la gran cantidad de energía mágica que emanaba de su cuerpo, una cantidad absurda y que seguía creciendo con el pasar de los segundos.

- Como respuesta a la incógnita del emperador, puedo decir que esta pequeña fue elegida para un plan mayor del dios Darrash, dios de todos los mundos. Solo ella será capaz de utilizar el fuego y controlarlo a su antojo. Si el emperador la mantiene a su lado podrá vivir con mucha seguridad y su reinado será el más reconocido de todos los tiempos, pero si hace lo contrario y la mantiene alejada ella estará destinada a morir jóven - los presentes miraron asombrados a la figura de la princesa. Si no fuera porque tenía la mentalidad de un adulto no estaría igual de impresionada que los demás.

- ¿Quieres decir que puedo ir en declive si la mantengo alejada de mi?

- En respuesta a esta pregunta, puedo decir que no, su reinado seguirá tal como está.

- Entonces, puedo deshacerme de ella si me place - comento para si mismo.

Belkariu conocía bien a Kay, desde que ascendió al trono supo el gran gobernante que era, justo y leal, pero sin ignorancia, es por eso que el ver su actitud cruel con respecto a la niña nacida de su propia sangre lo dejo anonadado.

- El dios Darrash, supremo entre todos, deja esta decisión en sus manos.

"Osea que sea lo que sea yo soy la única que la pasará de los mil demonios... Esto es un total y absoluta BOLA DE CACA... ¿Por qué carajos tengo que ser yo la que muera y la pasé de la mierda mientras todos los demás viven su maldita vida cómodamente?" desde que llegó a ese lugar no había parado de maldecir, pero en estás circunstancias era peor.

- Agradezco al dios Belkariu por su cooperación.

- Me retiro - sintió un poco de lastima por la niña, pero no dijo más, el no podía entrometerse en los planes del supremo, por lo que desapareció de nuevo en una luz brillante

El destino de una princesaWhere stories live. Discover now