Capítulo 61

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- Eso es absurdo - renegó Ryu con molestia - No hay forma de que Liza sea una descendiente de ese dios. ¿Como podría ser eso cierto? - cuestionó tratando de encontrar el sentido a todo eso - ¿No dices que él desprecia a los humanos? ¿Entonces como podría... mezclar su sangre con seres a los que considera insignificantes?

- Es cierto que Liel los desprecia - concordó el dios con tranquilidad, imaginó que sus últimas palabras confundirían al hombre - Pero también sabe que es fácil manejarlos, en este mundo son una raza dominante, es bueno darles un uso, al menos según su forma de pensar.

Todo era cada vez más y más confuso, pero de igual forma, se volvía más claro.

- Explícame.

- Bueno, lo que descubrí tiempo después de la muerte de Ethani, fue que hubieron dos humanos implicados, como ya te comenté, el olor de un Hient también estaba en la escena de su muerte - observó como Ryu asentía y no detuvo su explicación - Y el otro pertenecía a Rizi.

- La que estuvo apunto de casarse con Ethani ¿no?

- Así es - podía sentir la rabia en su pecho, más se aguanto, no era momento para dar comentarios sobre la clase de persona que eran los que asesinaron a Ethani - Ellos fueron los primeros humanos en caer bajo las garras de Liel. El olor de los Hient venía del segundo hijo de la casa, quien tuvo que hacerse cargo de todo; creció presionado por su familia luego de la muerte de su hermano mayor, el chico terminó odiando a la familia de Ethani debido a las dificultades que tuvieron que pasar después. Rizi en cambio nunca olvidó su rencor hacía Ethani por su rechazo y también por ser la razón de que una diosa la dejara sin una mano.

- Como su objetivo también era Ethani, entonces fue por eso que Liel los uso - concluyó con rapidez, algo que pudo confirmar en la mirada de Leigha.

- Así es, introdujo en ambos una pequeñísima parte de su alma, además de un parásito para usarlos a su conveniencia, sabía que si quería un nuevo contenedor para Ignis, lo mejor era mezclar los genes que dejo ella con unos de él - pensó en lo turbio que era aquello, nunca supo como definir a Liel, tal vez como alguien obsesivo, no encontraba algo que se le acoplara mejor, y aún así, parecía quedarle pequeña aquella palabra. Suspiró - Te revelaré como es que ellas son descendientes de Liel y así mismo, como están relacionadas las regresiones con ellas.

Antes de la batalla en el continente vacío, Hakary conoció a la mujer de quien se enamoró, Sue. Era una joven preciosa con una personalidad dulce. Sue había sido abandonada por su prometido quien la dejó por una mujer de más poder, ella estaba embarazada en ese momento. Hakary no dudó en convertir al niño en suyo, uso su magia para cambiar los genes del padre por los de ella, siendo una mitad celestial no fue difícil hacerlo. Luego de eso, Hakary junto a un par de Siory comenzaron la construcción de Intravella, inició como un pueblo pequeño, pero con los años creció y se convirtió en un reino prospero. Hakary delegó su poder sobre su esposa, la reina Sue, para luego ir a enfrentar a Liel y morir en el proceso. Las noticias llegaron a Sue con la ayuda de los pocos dioses que sobrevivieron, ella se encargo de educar a su hijo como un gran gobernante y heredó grandes poderes debido a los genes que Hakary depósito en él. Luego de un par de generaciones, el reino se convirtió en un gran imperio y se mantuvo custodiado y protegido por la sangre de los Croix.

Liel en cambio, necesitaba saber si alguno de sus dos descendientes sería apto para el contenedor de Ignis. El joven Suballius Hient creó su propio clan, luego de matar a un dios y bañarse en su sangre tal y como lo hizo su hermano, descubrió que su poder aumentaba. Dejó el apellido de los Hient que ya no le aportaba nada y se dió a conocer en adelante como Suballius Lebca. Las personas comenzaron a unirse a su clan y no sólo se dedicaban al asesinato de dioses, empezaron a secuestrar a las deidades para procrear con ellos y traer celestiales al mundo, querían alguien tan capaz y fuerte como Hakary, alguien que les ayudaría a poner por debajo a cualquier reino, a cualquier ejército que quisiera enfrentarseles. Tomaban a al menos cinco o seis dioses por año, de esa manera no habría ningún tipo de desequilibrio. Poco les duró la ambición pues los niños que nacían de esta situación, nacían enfermos, moribundos y en los pocos casos donde se veían sanos, su magia era la de un humano normal, no sabían explicar el motivo por lo que esto sucedía. No hasta que Liel les dió a conocer la razón, los dioses maldecían su sangre, aunque estuviesen tan debilitados, ellos usaban lo poco que tenían de poder para enviar un veneno creado de su odio hacía los humanos y así después morir. Aunque bañarse en su sangre aún era útil. La gente alrededor del mundo no sabía de esta situación. Los Lebca comenzaron a crear medicinas, alimentos y hasta accesorios con lo que quedaba de los dioses, se enriquecieron a costa de su sufrimiento. Esto sucedió durante unos cuantos siglos, hasta que llegó la coronación de una descendiente de de Hakary, ella desenmascaró lo que estaban haciendo los Lebca y no solo llegó la destrucción para ellos, si no también el repudio para ellos. Claro que algunos escaparon, era un clan que vivía en las montañas así que aquellos que huyeron, tomaron los registros que pudieron y tuvieron que obligarse a vivir una vez más entre la gente común. Mucho tiempo después, cuando el padre de Kay estuvo a cargo del poder, debido a todas las irregularidades en su gobierno y al poco importismo que prestaba a aquello que no fuera joyas y dinero, los Lebca resurgiendo una vez más. Esta vez, sabiendo que los dioses maldecían su sangre, contrataron a una sacerdotisa que era bastante ambiciosa y buscaba un alto rango en la iglesia, hicieron un trato, ellos serían sus ayudantes, debían deshacerse de gente que le estorbaba en su camino y ella haría un ritual de purificación para que los niños nacieran sanos y con sus poderes activos. Y durante años, lo hicieron, varios niños nacieron, entre ellos Alide.

El destino de una princesaWhere stories live. Discover now