Capítulo 5

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Sus párpados estaban cerrados y respiraba con tranquilidad.

La nodriza le miraba con tristeza, le recordaba a su hijo, cuando era así de pequeño, él ahora ya tenía casi cinco años, pero ella podía recordar perfectamente sus primeros meses de vida, fue del mismo tamaño que la princesa.

En el segundo que una lágrima cayó por sus ojos se alejó de la cuna, ya había sido advertida, ella no debía encariñarse con la niña.

— Ella solo es una herramienta para que la joven señorita escale al trono imperial.

Repitió monótona, justo como su novio le dijo, pues esa era la frase que debía grabarse para poder soportar y olvidar los sentimientos de "madre" que nacían cada que sostenía a la dulce princesa entre sus brazos.

— Solo una herramienta.

Susurro antes de salir de la pieza, pues aún tenía mucho trabajo que hacer.

La pequeña se removió.

Lo único que sus ojos captaban era una profunda obscuridad.

— Tus enemigos ya están listos. No falta mucho para que te hagan caer.

Era esa voz, hablo tan de repente en los sueños de Fiama que la niña solo se removió.

“¿Quién eres?...”

— Eso no es importante por el momento princesa. Deberías estar pensando en cómo salir de los problemas que marcarán tu vida.

Era suave, pero estricta. Fiama no sabía de quién se trataba, aún así lo resolvería después, esa persona tenía razón, tenía que averiguar cómo hacer para deshacerse de aquel aprendiz que pretendía hacerle tanto daño.

“No puedo ni moverme a voluntad. ¿Qué debo hacer?”

— Recuerda lo que sucedió cuando fuiste atacada. Debes despertar tus poderes o sin duda morirás ante ellos.

“Planean usar magia negra en mi, tengo entendido que la única magia que puede enfrentar algo así, es la magia blanca”

Recordó que en el libro se le explicó a Arabella como funcionaban tanto las magias principales, como las secundarias.

— La magia blanca puede enfrentarla.

Respondió de acuerdo al comentario de la niña.

— Pero no puede destruirla.

“¿A qué te refieres?” Fiama estaba confundida.

— La magia blanca la puede desaparecer, pero siempre quedan rastros que siguen en el ambiente. Tú, que has sido enviada por el ser infinito eres mayor a esa fuerza.

“No lo entiendo. ¿Podrías ser más clara?”

— Has sido bendecida con la magia que destruye magias. Debes dejar que fluya por todo tu cuerpo y alma. Si fallas, ellos sellaran tus poderes y podrán hacerse con lo que no les pertenece. La única persona de la que puedes depender, es de ti misma.

La voz dejo de ser tan clara, comenzaba a desaparecer.

“¿Que sucede?” pregunto Fiama, al oír el sonido distorsionado.

— No puedo permanecer demasiado tiempo en el mundo terrenal. No podré volver a hablar contigo en mucho tiempo. Tendrás que guiarte por ti misma.

Aquella a quien le pertenece esa voz se sintió apenada por no ser de más ayuda.

— El Supremo es muy estricto con sus órdenes, no puedo quedarme más.

El destino de una princesaOnde histórias criam vida. Descubra agora