El destino de una princesa

By NicoleSLHerrera

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Eleonor vivía una vida común hasta que un accidente de tránsito cambiaría todo. Cuando despierta ya nada es l... More

Antes de empezar...
Capítulo 0
Booktrailer
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Feliz navidad
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capitulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Notita de mí para ustedes❤
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo 77
Capítulo 78
Notita✨
Capítulo 79
Capítulo 80

Capítulo 35

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By NicoleSLHerrera

- No.

Respondió sin siquiera pensarlo, el que Kay le pidiera quedarse hubiera sido un sueño cumplido en el pasado, pero hubo una linea que la apartó por completo de Intravella; ahora el miedo era más grande que cualquier otro sentimiento en su corazón.

- Me disculpo profundamente con su majestad, pero no me es posible aceptar tal petición - el rostro de la joven se puso serio en un instante, la sonrisa desapareció y los ojos alegres fueron reemplazados por unos totalmente serios - Conozco su capacidad, y aunque se bien que si promete mantenerme a salvo, así será; pero siempre va a existir la posibilidad de ser atrapada por mi padre. Y ambos sabemos que lo mejor es no permitirle tener esa pequeña posibilidad.

Kay asintió, lo sabía bien, solo que le debía todo a ella. Tanto el apoyo de Mikhe como el de Alide lo hicieron lo que era. Que no pudiese proteger y mantener a salvo a una de las personas que lo apoyó, solo lo hacía sentir patético.

- Aún soy muy débil - murmuró mirándola con impotencia oculta - Disculpame, no quería hacerte hacer sentir incómoda.

Alide asintió, aunque no pudo evitar que el dolor en su pecho se hiciese presente al haber rechazado la propuesta de Kay.

La plática de ambos terminó allí, ella ya no tenía deseos de decir nada más y él no quería que más palabras equivocadas salieran de su boca.

El baile acabó no mucho después, ambos se despidieron con educación, y antes de que el pelinegro pudiera escoltar a la mujer de vuelta a su lugar, ella salió con pasos firmes en dirección a la gente, para luego perderse de la vista de todos.

La peliceleste no tardo en preguntar cuál sería su habitación, descansar era lo único que tenía en mente y tan pronto obtuvo una respuesta, salió del salón.

- Alide.

La mencionada miró a aquella persona que la llamaba, al girarse se encontró con una sonrisa burlona y una maldad que pensaba, solo se hallaba en su familia.

- Mirate - dijo con el mayor tono de sorna posible - Solo eres una estúpida mujer que aún guarda esperanzas por ser amada. ¿Acaso no sientes ni un poco de vergüenza por como te comportas?

Se podía ver la satisfacción en su tono, Lina se abanicó con gracia y observó a la peliceleste como si de basura se tratase.

Después de ver a esos dos bailando con una sonrisa, solo supo que debía huir de ese sitio, esa tal vez es una de las pocas cosas que lograban afectarla. Con los años, dejó de hacerle caso a varios sentimientos y emociones, pero todo lo que tenía que ver con su hermano, seguían tomando su atención.

Claro que después de ver en rostro desanimado de Alide, no dudo en burlarse un poco y aprovechar para ponerla en su lugar.

La mujer no estaba de humor para tener otro enfrentamiento con la hermana de Kay, aunque permitirle ganar de nuevo solo la haría sentir impotente.

- No eres muy diferente de mí - Alide respondió sin una pizca de temor.

Los ojos de Lina se volvieron oscuros ante este comentario, su agarre sobre el abanico se volvió tan rudo que el objeto termino agrietado. Se mantuvo en silencio mientras trataba de controlar sus ganas de asesinar a Alide.

- Has esperado toda la vida por una mirada del emperador, incluso desde antes de que la reina Liza o yo llegáramos, has esperado por un pequeño trato cariñoso - sabía bien que lo mejor era ignorar a Lina, sin embargo las palabras no paraban de fluir - Puede que mis sentimientos jamás sean correspondidos, pero al menos la persona que me importa no siente repulsión por mí.

Al escuchar su última frase apretó la mandíbula con fuerza, si fuera la niña débil del pasado, habría llorado al oír lo dicho, lo cierto es que aunque no le causaba tristeza, la rabia recorrió por cada parte de su ser.

- No aparentes ser mejor que yo - la cordura se desvanecía y en cualquier momento la magia asesina en su cuerpo saldría - Eres una sucia Lebca, hace mucho que la gente perdió respeto por ustedes, a nadie le importa si son descendientes de celestiales.

- Y aún sí soy una sucia Lebca - recalcó sin vergüenza alguna - Él hombre que amo no mira mi origen - apretó tan fuerte los puños, que sus uñas comenzaron a clavarse en las palmas dejando una marca - Siempre seré más cercana a Kay de lo que tú serás jamás.

Una pelea infantil, así es como podía describirse, pero mientras pudiera mostrar que no le tenía miedo, entonces estaba bien. Lina jamás la haría bajar la cabeza, no cuando ella puso su vida en peligro.

- Ahora, me voy a retirar.

Alide no quería seguir permitiendo que la rubia la afectara hasta ese punto, quiso dar unos cuantos pasos, pero al sentir una leve presión en su antebrazo, supo que la otra persona aún no terminaba su palabrería sin sentido

- Es grosero retirarte antes de que te concedan el permiso.

Quería presionarla aún más y que recordara bien cuál era la posición de ambas. Puede que ella fuera una princesa de un reino caído, pero seguía siendo parte de la familia imperial de Intravella; en cambio, Alide, no era más que una esclava que fue rescatada por un príncipe sin apoyo.

- Lady Lina, deje de comportarse como una niña pequeña, dejemos este incidente a un lado, tanto usted, como yo, no tenemos poder suficiente para enfrentarnos.

Allí erradicaba otra diferencia entre las dos, Alide había perdido todo su poder, y ella, ella había ganado un gran cantidad de magia, con la que muchos no podrían ni empezar a soñar, claro que esto no debía revelarse, al menos no ahora. Tendría que aguantar un poco más, no faltaba mucho, pronto se desharía de esa estupida princesa, y con eso, ella tendría la libertad para deshacerse de todo lo que se interponía en su camino.

Quiso decir más, solo que los pasos de la lejanía le recordaron que cualquiera podría escuchar y ver, no podía equivocarse.

Alide no dijo más, aquella figura conocida la hizo sentir tranquila, así que no tardó en acercarse con una leve sonrisa. Lina por su parte, siguió su camino, había perdido todo interés de estar en aquella fiesta, así que solo volvería a su habitación para descansar.

***

Fiama no estaba segura de que había sucedido, en un momento los vio platicando con una atmósfera serena, y al segundo siguiente ninguno se dirigió palabras, ni siquiera volvieron a mirarse.

Al menos esto no fue visto por Lina o al menos eso pensaba; mientras ellos bailaban con una gracia inalcanzable, la rubia pareció no soportar la cercanía de ambos, salió dando grandes zancadas hacia la primera salida que encontró.

Al volver junto a Fiama, la seriedad se desprendía por todo el cuerpo del emperador.

- Mikhe, ve con ella.

No hacía falta decir más, el caballero asintió y se fue tras la peliceleste.

Fiama miró a Kay, jamás lo había visto tan animado como ese día, pero en tan solo unos segundos, su rostro se había vuelto casi igual al Kay que había conocido cuando llevaba meses de nacida. Y no estaba de más decir que eso la asustaba, ciertamente ella no tenía un cariño especial por el pelinegro, pero prefería su comportamiento de ahora, que el desinteresado de antes.

Carraspeó tratando de llamar su atención.

- Su majestad. Le importaría llamar un carruaje para que pueda volver, es momento de que vaya.

La realidad es que sería mejor alejarse de ahí, después de todo, la idea de que Kay y Alide bailarán, había sido de ella.

Además estaba cansada y ya habían pasado muchas cosas esa noche, y tampoco tenía intenciones de lidiar con el mal humor de Kay.

- Yo mismo te llevaré.

Al voltear en su dirección su mirada se suavizó.

La culpabilidad apareció, no era tan fuerte, pero allí estaba. Aunque la satisfizo ver a Lina corriendo fuera del salón al no soportar tal escena, al ver como había acabado todo, se preguntó si había hecho bien; hasta ahora Alide le agradaba, pero aún no podía concluir si aquella mujer podía representar un peligro para su existencia. Y además, tenía muchísima curiosidad por el pasado de estas personas, saber de que modo estuvieron involucrados Mikhe y Alide en la juventud de Kay podría tener sus ventajas.

- ¿No le molesta tener que acompañarme?

- No.

"Es la persona más cortante de este mundo"

Recordó entonces a la personita que se encontraba a su lado, no le había prestado demasiada atención mientras trataba de planear una breve venganza contra Lina. Tampoco había mucho que hacer, a su lado estaba esa pequeña rubia, con ojos dulces y hablando como si su vida dependiera de ello.

- B-bueno - carraspeó un poco nerviosa, aunque sin saber porqué - Evan, te veré otro día - mostró una sonrisa, solo que no era sincera, al menos no como solía mostrarle.

El pequeño no tenía idea de cómo reaccionar, ni mucho menos, que decir. Él aún no quería dejar ir a la princesa, apenas había tenido un poco de su tiempo, tal vez era egoísta, pero aún quería estar otro poco a su lado, aunque viendo la incómoda mirada en ella, era obvio que quería retirarse.

- Y a ti también, lady Arabella, espero verla en otro momento.

Sería demasiado grosero no incluirla, claro que mientras más lejos de la rubia se mantuviera, mejor. Pero de verdad le gustaría poder crear un lazo con ella, el problema es que Arabella también se había convertido en un peligro para su vida, y no sabía si le sería posible ser cercanas.

Era demasiado difícil vivir así, temiendo de todo y de todos, extrañaba el tener la libertad de antes y la confianza que solía dar a otros sin tanto temor. Extrañaba su vida anterior.

- Si, espero verla pronto, prima imperial.

- Y yo, princesa.

De algún modo, le dejaba mal sabor de boca tener que dejarlos solos, pero este día había sido uno de los más agotadores de su vida y un merecido descanso no estaba demás.

Le dio un último vistazo a la pareja infantil y el corazón se le contrajo. No le daba miedo si Evan se enamoraba de Arabella tal y como en el libro, pero si le asustaba no poder proteger su vida, ese pequeño ahora era su amigo, y no quería verlo sufrir por un amor no correspondido y mucho menos que muriera por alguien que no estaba dispuesto a dar más. Siempre pensó que quien más merecía el cariño de la protagonista, era Evan. Y ahora que lo conocía más de lo que pudo ver en un libro, el sentimiento era mucho mas fuerte.

Quería protegerlo.

La pelirroja no dijo más, dió una media vuelta y salió del lugar, aunque dejando una orden clara en Beth, no podía dejar solo a Evan. Estaría bien, pues sería escoltada de vuelta por el mismo Kay, el hombre más poderoso del imperio.

El niño quiso detener a Fiama, sintió como si hubiese hecho algo mal, aunque era obvio que no, pero la actitud de la princesa fue diferente de como suele tratarlo generalmente.

Miro a la pequeña rubia que estaba a su lado, y solo pudo pensar en que ella había ocasionado el cambio de Fiama, claro que en ningún momento fue grosera, es solo que la princesa parecía insegura al verlos juntos.

- ¿Lady Arabella no va a regresar? Su madre se ha retirado ya, no es bueno que este sola - dijo mirando con suavidad.

La rubia apenas cayó en cuenta de que Lina no estaba por ningún lado, estando junto a su prima y al caballerito de ojos fucsias, no había reparado en la desaparición de su madre.

Le sonrió a Evan con su usual dulzura - Esta bien, no estoy sola. Sir Evan está conmigo.

El castaño trató de negarse, el también estaba un poco cansado, apenas volviera el señor Mikhe, él se iría, solo asistió a aquella fiesta por Fiama, pero ella ya se había retirado, así que no tenía nada más que hacer. Estaba pensando que tal vez la escolta de la princesa podría llevarlo a su casa para poder descansar, pero tampoco quería aprovecharse de la persona que le estaba brindando su compañía y seguridad.

- No yo... - se calló al instante, no sería bueno negarse, aquella niña también era una noble, más que eso, ella también era una princesa, aunque de un reino caído, tenía el mismo título que Fiama, no podía ser irrespetuoso.

- Entonces, pediré a alguien que lleve a la joven señorita de regreso.

La intervención de Beth fue como una salvación para Evan, era claro que estaba incómodo por tanta confianza por parte de Arabella. El pequeño le lanzó una mirada de agradecimiento a la mujer, quien le sonrió de regreso.

La rubia quería decir más, estaba disfrutando de su tiempo con Evan, él era una de esas pocas personas que la hacían sentir cómoda, además, tenía una extraña sensación en el pecho, como un vacío difícil de descifrar.

Solto un suspiro, el niño le gustaba, sin dudas era dulce y un caballero en todo el sentido de la palabra, pero no era tonta, había notado como miraba a su prima, sus ojos se volvían brillantes con solo tener a la princesa Fiama en el campo de visión, ella podía decir sin duda alguna que él gustaba de la princesa, y tenía cierta necesidad por verlo feliz. Aunque también podía decir que el corazón se le encogía al ver la cercanía entre el castaño y la pelirroja.

Todas esas emociones y sentimientos la hicieron sentirse un poco abrumada, tal y como había dicho Evan, lo mejor era retirarse.

- Espero volver a ver a Sir Evan pronto - no mentía, ella realmente quería ser su amiga.

- Pienso lo mismo, Lady Arabella.

Aunque la respuesta de Evan era más de cortesía, sus palabras hicieron que la niña se sintiese feliz.

Después de que Arabella se marchara, Evan fue llevado sano y salvo a la residencia de caballeros, agradeció por la compañía de Beth, y nada más cambiarse de ropa, cayó rendido en su cama.

- Creo que hice enojar a la princesa - murmuró contra su almohada y una expresión de pesadumbre - Hablare con ella mañana, le pediré disculpas... aunque no se muy bien porque... - susurro antes de cerrar sus ojos. Con esos pensamientos terminó por dormirse con la imagen de esa dulce damita que le había robado el corazón.

***

Fiama podía sentir como caía en el sueño, ni bien se montaron en el carruaje, sus párpados se hicieron más pesados de lo usual.

Kay la observaba de vez en cuando, solo se podía oír el galope de los caballos y las ruedas girando contra el suelo.

De alguna manera, estar allí a solas con Kay no estaba siendo tan incómodo para Fiama como en otras ocasiones, eso podría deberse al cansancio en su cuerpo, estaba tan concentrada tratando de no quedarse dormida, que no pensó tanto en aquella mirada perteneciente al emperador.

- Duerme.

Al oír esa voz sería, solo atinó a levantar un poco su somnoliento rostro, topándose entonces con los ojos del pelinegro.

- Es de mala educación - respondió ella tratando de reprimir un largo bostezo.

- Duerme, realmente no deberían importarte tanto los modales con la edad que tienes.

"Mi edad mental debería ser suficiente para contradecirlo, pero mi propio cuerpo me incapacita de hacerlo" penso un tanto cansada "Quiero crecer pronto, no puedo seguir así"

- Puedo aguantar - murmuró en voz baja, sus ojos casi terminaban de cerrarse y el sueño se terminó de apoderarse de su cuerpo - Caminaré... hasta mi habita... ción...

Y sin poder hacer más, terminó dormida. Kay no dudo en tomarla, la levantó en el aire con ayuda de su magia y la acomodó en su regazo; no le gustaba la idea de que durmiera en ese asiento no tan suave. Claro que esto solo era una excusa, el hombre no quería admitir que le gustaba tener a su hija en brazos. Le molestaba cuando otros lo hacían, sobretodo Ryu, pero a ella parecía encantarle que el forastero la cargara, en cambio con él, solo sabía poner mala cara.

¿Cual era la diferencia entre él y Ryu?
El forastero fue repudiado por su familia, se convirtió en alguien sin una Patria a la cual regresar, no tenía riquezas, ni nada parecido. Además el mismo intento volverse más paciente y amable, pero nunca era el elegido.

Así fue con Liza, ella nunca lo escogió; en muchas ocasiones se arrepintio de haber sido tan egoísta, si no hubiese cumplido las peticiones de una mujer mentalmente inestable, entonces su vida sería otra. En ese punto, ya estaría casado con Alide, tendría una reina que lo apreciaría en todos los sentidos, y así mismo, el la cuidaría de todos aquellos que la dañaron en el pasado.

Pero cuando conoció a aquella hermosa mujer, con el cabello tan rojo como la sangre, con esa delicada piel y un carácter tanto fiero como dulce, olvido todas esas promesas que alguna vez hizo. Estaba claro que eso era su culpa, debió alejarse de Liza tan pronto notó su extraña actitud, es solo que, estaba embelesado con ella, se había enamorado de su hermosa apariencia, pero pronto todo se le vino en contra, aquella a la que amo, terminó por despreciarlo de varias maneras.

Nunca dudo de que ella llevo su odio hasta la tumba.

Suspiró, muchas veces se preguntó porque había sido tan tonto, y se imaginó como habría sido su vida si no hubiese cometido todos esos errores.

La pequeña en sus brazos se removió, acomodó un poco su cuerpo hasta que volvió a quedarse quieta, con esa respiración suave que le producía tanta calma.

Sin darse cuenta, una sonrisa se formó en un instante.

Ahora ya no pensaba tanto en el pasado, en estos momentos estaba algo nostálgico por la aparición de Alide. Sin embargo, ya no tenía deseos de cambiar el pasado, porque entonces no habría podido conocer a la niña que desacomodo su vida de varias maneras, aunque al principio sentía un odio profundo hacia ella, las cosas eran tan diferentes. Claro que no todo le gustaba, la pequeña princesa no estaba dispuesta a llamarlo padre, ni siquiera lo consideraba su progenitor, aún así su relación ya no era tan mala.

A diferencia de Liza a quien siempre quiso monopolizar, con Fiama había una diferencia enorme, con que la niña estuviera segura y feliz, parecía ser suficiente, inclusive si no lo trataba como un padre.

Suspiro un tanto cansado, sus ojos comenzaban a cerrarse y no tardó mucho en caer dormido.

***

- Su majestad.

Al oír el llamado abrió sus ojos con prontitud, una breve ventisca un tanto fría lo recorrió, no tardó en divisar a la mujer que se hacía cargo de la princesa.

No había sido por mucho, pero sintió que había tenido la mejor siesta de su vida, por primera vez se había permitido descansar, sin pensar en si era atacado o no.

No tardó en recordar a la pequeña en su regazo, aún la tenía envuelta en sus brazos, la cabeza de la niña descansaba cómodamente contra su pecho, le gustaba eso, por primera vez no estaba tan a la defensiva cuando él la cargaba, o al menos así lo veía el emperador, no estaba seguro de cuándo la princesa estaba cómoda y cuando no.

Al verla tan tranquila, supo que no debía despertarla, además de que la había tomado sin permiso, claro que había hecho eso mismo en otras ocasiones, pero por ahora solo quería que durmiese bien. La agarró con firmeza, sin perder su toque amable, ella se removió por un breve instante, para seguir perdida en sus sueños. El hombre se bajó con cuidado del carruaje y sin decir nada ante las miradas de los sirvientes, llevo a la princesa a su habitación.

Camille le siguió de cerca, aunque el emperador daba varias señales de querer tener un buena relación con su hija, la mujer desconfiaba mucho, ya no quería que su pequeña princesa sufriera. Esa niña se merecía todo lo mejor del mundo, y sin dudas, Camille no permitiría que la felicidad le fuera arrebatada a Fiama con facilidad, no como sucedió con Liza.

Los ojos de desconfianza no pasaron desapercibidos para Kay, siendo el hombre más poderoso del imperio, podría castigar con facilidad la insolencia de aquella mujer, solo que herirla de cualquier manera lograría que Fiama se alejará aún más de lo que ya estaba.

Sin notarlo, llegó pronto a la habitación de la pelirroja, le daba un poco de molestia tener que separarse tan pronto de la niña, había pasado muy poco tiempo con ella, pero al menos esta vez, las cosas habían sido más tranquilas entre ellos dos.

La depósito con cuidado sobre la cama y le dedico una mirada antes de girarse para salir, dio unos cuantos pasos antes de detenerse.

- Que ella me espere, mañana vendré con lo que prometí - y siguió su camino.

La mujer sintió su curiosidad crecer, aunque solo dijo un 'entendido', se preguntó qué era lo estaba sucediendo entre la princesa y el emperador; sacudió la cabeza, ella no debía meterse demasiado en los asuntos de sus amos, no le correspondía a menos que ellos decidiesen contarle.

Suspiró, mientras miraba a la niña, acarició el cabello de la niña y la observó, ella era demasiado hermosa, tanto como un hada, incluso más. Se inclinó y besó con cuidado la suave mejilla regordeta y llena de un color rosa.

- Asegúrese de no hacer más locuras hasta que esté recuperada.

***

Que ondaa! xd
Se que ha pasado mucho tiempo (muchisiiiiimo tiempo) desde la última vez que actualicé, pero hay una buena explicación para eso.

Primero, quiero que sepan que no tenía planeado dejar la historia por tanto tiempo, pues esta vez las circunstancias no fueron la falta de ideas para los capítulos ni nada parecido.

Tristemente varios familiares muy cercanos y queridos para mi se enfermaron de covid, al principio fue solo uno, pero tristemente varios contrajeron la enfermedad, y obviamente no podía dejarlos desatendidos; mi familia es grande, pero muchos viven lejos, y yo tuve que hacerme cargo de cuidar a dos de ellos, en todo este tiempo han tenido mejoras importantes, aún tienen camino por delante, sin embargo, la meta no esta muy lejos.
Lo bueno, es que esto ya no interferirá con las actualizaciones, que volverán a su regularidad.

Les agradezco a todos los que han esperado por esto, yo también estoy muy emocionada por regresar y seguir con la historia de estos personajes que tanto amo, también una disculpa por no haber dejado un mensaje antes como había dicho, todo fue muy repentino, solo podía pensar en la responsabilidad de cuidar a quienes me importan.

En todo caso hemos vuelto y con muchísimas más ideas, se viene lo bueno mi gente ☺

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