2 - El tiempo es siempre ahora

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Las horas se suceden, una tras otra en la casa que hace unos años era de los Blanxart y ahora es de los Ventura. Apellido del cabeza de familia: Manuel. La climatología en el exterior ha empeorado. Será una Nochebuena muy fría y también, con toda probabilidad, un día de Navidad helador. Paloma divisa la calle, ahora desierta por una de las ventanitas, a la vez que aprieta sus antebrazos con sus manos cruzadas sobre el pecho. Desde que saliera en la mañana, su hermana adoptiva no ha regresado y sabe que ese retraso no es habitual en ella.

Hace rato que Dídac en la compañía de Baldomero Martín, herrero, vecino e íntimo amigo de Manuel, han salido hacía el mercado a la búsqueda del joven matrimonio y todavía no han regresado. El mal tiempo se recrudece en el exterior e incluso ya ha comenzado a oscurecer, y la andaluza nota como una extraña zozobra se apodera de sus sentidos. Esa demora le provoca malos presagios. Distraída en sus cavilaciones, ni siquiera es consciente del alboroto navideño que tiene tras de sí. Luz, despreocupada como solo puede serlo una niña, juega con sus amigos Flavio y Esteban. Hijo y sobrino de su buen vecino Baldomero. Su esposa Alma intenta distraerles para que no noten el nerviosismo creciente que se vive en la casa: -Paloma, niña... ¡Ven aquí con nosotros! –Le vocea la mujer, pues no se ha movido del lado de la ventana en horas. Se acerca hasta ella y le susurra al oído para no ser escuchada por los chiquillos: -No los traerás a casa antes porque permanezcas en este lugar, niña. Es mejor que vengas junto al fuego y esperes allí. Los churumbeles acabarán por darse cuenta.

-Es que es tan raro que Almudena no haya regresado. Solo iba a comprar un buen capón para la cena. Dijo que iría con Manuel y que no tardaría. Y, ¡Fíjate! Fuera ya es casi de noche y no han vuelto. Y, ¿si les han asaltado? Llevábamos ahorrando mucho tiempo para este día. Almudena quería agasajar con un buen banquete a su hermano. ¡Es muy extraño, Alma! ¡Muy extraño!

-¡Lo sé, niña! –Le responde su amiga, que animosa y con la intención de quitarle hierro al asunto, aduce: -Pero, ya verás cómo todo tiene una explicación lógica. Seguro que aparecen muy pronto y resuelven el misterio. ¡Anda! Vamos con los niños e intenta alegrar esa carita, que Luz no se dé cuenta de nada.

........

Una hora más tarde, el catalán y el chispero regresan a la casa. Ninguno de los dos ha dado con el paradero del matrimonio, y en sus rostros se refleja tanto el desasosiego como el helor del invierno que atenaza sus cuerpos haciéndoles temblequear. Se acercan hasta el fuego que chisporrotea cargado de nueva leña que las mujeres se han encargado de atender, y calientan sus manos, enrojecidas y ateridas. El herrero aprovecha que los niños juegan en la habitación de Luz y comenta: -Hemos recorrido medio Madrid y no hemos hallado rastro de ellos. En «La Cárcel de Corte» nos han dicho que Manuel y Almudena salieron de allí, poco después del mediodía, y que iban alegres. Comentaron que iban a la Plaza de la Cebada. Pero, los comerciantes que conocen a Almudena nos han dicho que no había aparecido por allí.

Blanxart sigue calentándose las manos a escasas pulgadas del fuego, y su mirada áurea se torna rojiza por efecto de las llamas, y también por la incertidumbre que le embarga. ¿Dónde se habrá metido la pareja? Esa desaparición no es algo natural, y tampoco buscada por el matrimonio, eso lo presiente.

Paloma hecha una madeja de nervios inquiere: -Y, ¿Qué podemos hacer? ¿Dar aviso a la guardia?

Su vecina niega con la cabeza: -Esta noche nadie nos haría caso, niña. Es Nochebuena. La mitad de los guardias están borrachos y la otra... ¡anda de meretrices! Y además disgustaríamos a Luz en una noche tan especial. Lo mejor será que cenéis con nosotros y esperemos con calma, a ver si aparecen a lo largo de la noche.

........

Animados por sus vecinos, deciden cenar con ellos. Pero no abandonan la casita. Sus amigos traen de la suya, situada justo enfrente, las viandas que van a comer y todos se disponen alrededor de la gran mesa para dar buena cuenta de ellas.

El Gato Negro (The Black Cat) [Adam Driver]Where stories live. Discover now