|•42•|

11.3K 1.1K 311
                                    

Despierto con la luz del sol, JungKook sigue junto a mí, su hombría golpea contra mi estómago, me siento caliente de nuevo, mucho más que ayer y si él realmente se cree que hoy, por poder hablar, mis ganas de quererle dentro de mí disminuirán está muy equivocado.

—JungKook. — susurro en su oído, mientras me muevo lentamente, quedo sobre él, a horcajadas, ya que ha quedado boca-arriba, abre sus ojos asustado al sentir mi roce sobre su entrepierna. —¿Porqué ayer no me diste más? — pregunto, lamo su cuello, lo muerdo levemente y muevo mis caderas sobre su virilidad.

—Aysel, así me lo pedist-Ah. — gime, no sé qué he hecho con mis caderas pero le ha gustado y pienso repetirlo hasta que se deje llevar y olvide mis palabras.

—Te pedí que usaras protección... —  sigo susurrándole cerca del oído, sus manos se han movido hacia mi cadera y es él quien maneja ahora los movimientos. —quiero más, lo quiero y estoy consiente para permitirlo, tus palabras fueron, que no harias nada que yo no quisiera... Jungkook-Ah, lo quiero. — gimo, el roce de su erección cubierta con mi intimidad desnuda es lo mejor que he sentido hasta ahora.

—No-o. — niega, pero sus manos siguen moviendo mi cadera.

—Tu cuerpo no dice lo mismo que tu boca. —  va a responderme, lo sé, pero no quiero que me contradiga más, sólo quiero que se entregue a mí, yo haré lo mismo, le quiero a él, le quiero.              

Nuestras lenguas chocan y pelean, sus manos se mueven escurridizas hacia mi intimidad, creo que le tengo, pero creo mal, rompe el beso y aleja su mano de golpe.

—Créeme que no hay nada que desee más que estar dentro de tí, —  sus palabras me encienden aún más. —pero quiero que pase cuando seas cien por ciento consciente. No quiero marcarte mientras estás en tu celo. — ¿Marcarme? ¿Quién ha dicho nada de marcas?

—No quiero una marca, te quiero a tí, en mí.— sus ojos se abren, ¿He dicho algo malo? me alejo de él, me quito de encima y me cubro con las mantas por completo, esto es lo que más odio, me vuelvo emocionalmente inestable, no me gusta esto. —Lo siento. —  me disculpo, su mirada me ha mostrado dolor y terror, no quiero que me mire así.

JungKook sale de la cueva, me deja sola, no quiero que se vaya, pero tengo miedo de seguirle, no quiero que me mire como lo ha hecho hace un momento, quiero que me mire con sus ojos ámbar y me llene con él, no quiero una marca ahora, pero eso no significa que no la quiera, al  igual que eso no significa que no tenga el deseo de marcarle, por que claro que lo tengo y aunque esto no se lógico, mi loba hace que lo quiera, me dice de alguna manera, que yo igual puedo marcarle, aún más cuando tengo un poco de las tres jerarquías, en la que predomina más el rango de Alfa, así que cada vez que me acerco a su cuello tengo que controlarme para no clavar mis colmillos en su músculo.

Una hora más tarde JungKook entra de nuevo en la cueva, lleva dos conejos en sus manos, comienza a cocinarlos, pero sigue sin mirarme, sigue sin decirme nada ¿Cuánto mal le han hecho mis palabras? Tengo miedo de que mi respuesta le haya cabreado y ya no quiera acercarse a mí. 

—Aysel, no estoy cabreado. — ¿Me ha leído el pensamiento? —Hueles a miedo, no me gusta ese olor. — se queja antes de mirarme, sus ojos siguen apagados, el ámbar a desaparecido y siento a mi Alfa triste.

—Tú hueles a tristeza y chocolate. — respondo, abrazándome más a mí misma. —No me gusta el olor a tristeza. Lo siento. — vuelvo a disculparme, una pequeña lágrima resbala por mi mejilla ¿Ahora por qué estoy llorando? Sufrir un celo es peor que sufrir un mal de amores o un corazón roto. Bueno, es igual de malo, pero en escalas diferentes.

—¿Chocolate? — pregunta y yo asiento con mi cabeza, me pego a la pared de la cueva, no quiero que se cabree. —Pero yo no tengo aroma.

—Es muy leve, — digo, mirándole por fin, se ha acercado a mí y ahora está justo en frente, su cabeza a unos centímetros de la mía. —es difícil olerlo, tengo que concentrarme mucho cuando estás a unos metros, pero si huelo en tu cuello... el aroma es más fuerte. — su mano acaricia mi mejilla, me dejo hacer y apoyo mi cabeza en su mano, me encanta su tacto a pesar de la fuerte sensación de excitación que recibe mi cuerpo.

DESTINADOS.  •j.jk• Onde histórias criam vida. Descubra agora