|•28•|

10K 1.1K 244
                                    

Jimin me invita a entrar y me acompaña hasta el salón, todos los chicos se encuentran allí, incluso JungKook, todos mantienen una expresión de preocupación y tristeza y realmente soy yo quien se empieza a preocupar ¿Ha pasado algo?

Miro a Jimin, que aún permanece a mi lado, pero éste no me devuelve la mirada, tan solo Ansel me mira y le siento temblar contra mi cadera, apoyo mi mano sobre su oscura melena y le despeino un poco, no sé qué está pasando y me preocupa que todos tengan un aroma tan depresivo y confundido.

Mi loba cambia drásticamente de alegría a tristeza ¿Hemos sido muy crueles con los asesinatos? ¿Sanguinarias? ¿Me tienen miedo? ¿Soy una amenaza, piensan que puedo perder el control con ellos o cualquier otro de la manada? ¡Demonios!  ¡¿QUÉ?!

Las preguntas me llenan la cabeza al punto de sinceramente no saber nada.

—Aysel... — Jin me mira en primer lugar y corre a abrazarme, pero Namjoon le detiene sujetándole del brazo. —Suéltame Namjoon. —  le gruñe, pero éste niega y vuelve a sentarle en el sofá.

¿Porque no le deja acercarse?

Y-yo... No lo lastimare.

 —Jimin, ven aquí. — Jimin obedece ante la orden del líder y se queda de pie junto a HoSeok, tengo la sensación de que he hecho algo extremadamente malo, pero no sé qué puede ser. Porque a pesar de que me haga una idea, no lo entiendo.

Tal vez es porque ya se han enterado de la muerte que le he dado a Yoochun, tal vez es por haber estado a punto de perder el control el día anterior y no solo estar apunto de matar a uno de los Alfas, sino al líder y por supuesto, a mi pequeño sobrino... tal vez... tal vez...

Mis ojos se llenan de lágrimas que intento reprimir por todos los medios, no me han dicho nada como para provocarme el llanto que lucha por salir, pero es tal el rechazo que siento en este momento que me temo que no seré capaz de aguantar las lágrimas por mucho tiempo.

  — ¿Pod-Podéis al menos dec-decirme qué he hecho? —  pregunto y mi voz sale completamente rota y ahogada por culpa del llanto reprimido, me maldigo por eso, la irónia de parecer tan fuerte es realmente ser débil.

Ansel se abraza aún más fuerte a mí y ejerce demasiada fuerza en las heridas que, no sé por qué, aún no han sanado.

Ahogo el gemido de dolor para no asustar al pequeño.

El silencio de la habitación es demasiado intenso y doloroso para mí, no me quieren ahí, no hace falta que me lo digan, aunque sé que no lo van a hacer, agacho mi cabeza y cierro los ojos, mi cabello, ahora suelto, cubre mi rostro, que comienza a empaparse por culpa de las lágrimas.

  —No llores. —  es JungKook quien habla. —  Esto será más difícil de decir si lloras. —  alzo la cabeza y le miro, en su mirada hay tristeza. ¿Pero es eso la mejor consolación? ¿Al menos un intento de eso?

Niego con la cabeza y vuelvo a agacharla, me alejo un paso pequeño de Ansel y miro en su dirección, su rostro está bañado en lágrimas y no puede dejar de hipar, sus ojos oscuros están rojos y su cara hinchada por el llanto. No sé qué hacer.

  —Aysel. —  Namjoon se levanta del sofá en el que me daba la espalda y se gira en mi dirección. —No es necesario que te victimices. — aún con los ojos aguados los abro hasta que me duelen, abro mi boca e intento hablar, pero no me sale nada.

No me estoy victimizando, odio llorar y mucho más frente a la gente, parezco más débil de lo que soy ya de por sí, ni si quiera sé de qué están hablando y la sorpresa no hace más que aumentar cuando siento otras dos miradas sobre mí. Yoongi y Hoseok me miran de la misma forma que JungKook, con tristeza.

DESTINADOS.  •j.jk• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora