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HOSEOK EN LA IMÁGEN DE ARRIBA

...

Acabo con mi presa en unos segundos, la he casado hace algunos minutos, tan solo un pequeño venado, la noche está cayendo y la visibilidad es cada vez menos, dejo el cuerpo tirado en el césped y me dirijo al que lleva siendo “Mi hogar” durante algunos meses.

Al entrar en la cueva me tumbo en la cama improvisada que he hecho de hojas para no dormir en la fría tierra de la cueva, cierro mis ojos dispuesta a dormir y espero con ansias que pase la noche.

A la mañana siguiente me siento nuevamente algo cansada, he estado corriendo mucho por largos terrenos, hice una promesa que debo cumplir, pero antes me he dado la tarea de monitorear todo.

Salgo de la cueva sin nada que hacer, me tumbo sobre el césped, hoy no tengo planeado hacer absolutamente nada, menos estando cansada más de lo debido o de lo que estoy acostumbrada.

Vivir en soledad a veces es aburrido, en otras ocasiones extasiantes y otras agobiantes, pero dentro de todo, en estos momentos en los que soy capaz de pensar sin nada que tener algo que me distraiga, es reconfortante y me hace feliz.

Bajo la mirada observando el pelaje que recubre mis patas, tan blanco como la nieve, son fuertes y grandes, mis garras pueden desgarrar cualquier cosa.

Cierro mis ojos y recuerdos empiezan aparecer vagamente, la primera que recuerdo es a mi madre, una omega hermosa, su pelaje rubio, casi un color caramelo, fuerte a pesar de su rango, la extraño y mucho.

Mi padre, su pelaje marrón oscuro, como los granos de café o chocolate…. Chocolate, el aroma de mi pequeño hermano y hablando de hermanos, YoonSeok, terco y testarudo, que hasta resulta ganarme y junto a su mate, ¡Vaya chica!

Los extraño, a cada uno y por igual.

Pero ¿A quien me parezco? La verdad no tengo algo que me definiera del todo, no me parezco a ninguno de ellos.

Mi madre con un pelaje rubio caramelo con sus ojos del mismo color, un aroma a pastel o caramelo de igual forma, todo de ella es dulce, pelaje, color de ojos y aroma, hasta su voz y personalidad, tan dulce como un caramelo, al menos que estuviera molesta, un caramelo bastante ácido como para darte una leve descripción.

Mi padre, su pelaje marrón oscuro, con un aroma a tierra húmeda, perfecto para camuflarse en el bosque, sus ojos ámbar, dignos de un alfa grande y fuerte como lo es él.

Y a pesar de mis hermanos venir de la misma procedencia, no me parezco a ellos, me he llegado hasta hacerme la vaga pregunta de qué si en realidad seré hija de ellos, si quiera algún familiar cercano.

Me levanto, no soportando estar un minuto más quieta, los recuerdos empiezan a llegar, esta es la parte tediosa de estar sola, la tragedia que hace meses nos dejo a todos sin hogar sin una manada, aún me persigue.

Empiezo a correr sin un lugar específico al cual llegar, a pesar del cansancio no me molesta, disfruto del mismo, disfruto de la brisa, que una vez más, despeina mi pelaje.

Corro entre árboles, rocas y arbustos que se cruzan a medida que tomo más velocidad, hasta que me detengo en un lago, respiro con dificultad por haber corrido por tanto tiempo, me acerco a la orilla del lago y no dudó en hundir mi lengua para tomar un poco de agua.

A mi espalda escucho un pequeño sollozo, pero no es cercano, alzó mi cabeza y me replanteo en si correr hacia el sonido o en dirección contraria.

DESTINADOS.  •j.jk• Where stories live. Discover now