DESTINADOS. •j.jk•

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El día de partida ha llegado, en el coche de los Alfas se encuentra mi mochila de viaje, no llevo demasiado, sólo un par de prendas de ropa, miro hacia Ansel, que está en la puerta de casa, acabamos de despedirnos y sin embargo puedo ver cómo la Señora Yon le está sujetando para que no venga corriendo en mi dirección otra vez. Sus ojos están cristalizados y por mucho que le sonrío no deja de llorar, me siento una tía horrible.

El cachorro se quedará en mi casa a cuidado de la señora Yon, mis padres vendrán cada tanto, MinHo, mi hermano menor, vendrá en cuanto pueda, al parecer algo pasó con su pareja, un trabajo para el que fue contratado fuera de la aldea y mi hermano fue para ayudarlo un poco, YoonSeok y Lia se despidieron de él ayer, por lo que están en camino a su trabajo hacia la manada de Pumas, quienes contrataron sus servicios, en especiales los de Lia, quieren restauran el diseño interior de uno de sus santuarios.

Le brindo una sonrisa más, pero sé que ya no puedo fingir más, fingir que no me duele, que no me destroza, no fingir que me estoy desmoronando, en los ojos del pequeño omega me veo reflejada, cuando era pequeña y estando rodeada de todos me sentía sola, en la oscuridad, porque era diferente, porque soy diferente, un niño que ha pasado por mucho en tan solo su corta vida.

Se porque lo cuido, se porque él ha sido más el protagonista que yo, solo yo lo sé y solo yo comprenderé.

Jin toca mi hombro, indicándome de que ha llegado el momento de partir, asiento y me alejo del maletero de la furgoneta, tomo mi forma animal y me estiro un poco antes de ponerme en movimiento, me despido de los Alfas, que ya están sentados en sus lugares, también de mis compañeros de trabajo, que nos acompañarán hasta la entrada del pueblo ajeno, una última mirada hacia mis padres, que ya nos hemos despedido como cinco veces, se que si me vuelvo acercar no me dejaran ir, en especial mi madre.

Jungkook se acerca a mi rápidamente antes de que me aleje, en su forma lobuna, acerca su hocico a mi cuello y siento como olfatea ese punto donde se que algún día él hará una marca y seré por completo suya, que mi alma se enlazará con la de él más de lo que el destino lo ha hecho, siento como da una lamida y cierro mis ojos para acercarme de igual forma a su cuello, no habla, pero sé que me dice que me cuide, que lo busque si algo pasa, si me siento mal, en estos dos días el descanso no me ha hecho bien.

No he podido dormir, mi loba ha estado ansiosa, en las noches me levantaba dormida, gruñendo y queriendo huir al bosque, si no era por Jungkook que me detenía y lograba calmarme no sabría donde estaría o que haría, porque mi loba lograba tomar el control total, dejándome por fuera, dormida y solo sabía que había pasado de nuevo cuando despertaba desnuda, sudando y en los brazos de Jungkook quien me abrazaba fuerte en un intento de hacer que dejara de temblar.

Cuando se aleja, le doy una mirada significativa, donde puedo ver el gris de mis ojos reflejado en los suyos y sin demorar más y hacer de esto más doloroso así como el viaje más largo, me alejo.

Comienzo a mover mis patas en dirección al bosque, me muevo con agilidad mientras escucho de fondo el motor de los coches que van en dirección a la aldea, mis patas se sienten ligeras, disfruto de la sensación del césped bajo mis patas nuevamente, del barro que mancha levemente mi pelaje por culpa de la lluvia de anoche y mi loba me hace saber que esto lo necesitaba, que ambas lo necesitábamos, con cuerdo con ella, pero sigo algo molesta con ella ¿Qué es lo que le pasa? ¿Qué nos pasa?

Tras un rato corriendo logro escuchar el cauce de un río cercano, tengo demasiada sed por lo que cambio de rumbo para acercarme a él y poder beber durante unos minutos, no soy capaz de recordar si se sentía tan bien sentir los músculos tensos y doloridos por el ejercicio y esfuerzo, pero ahora mismo realmente me gusta. Mientras bebo un poco más escucho la voz de Jin por el pequeño aparato colocado en mi oreja.