|•44•|

10.4K 883 111
                                    


Termino de vestirme, el celo por fin a terminado, me siento completamente yo, tengo todo el control de la situación, de mis actos, mis sentimientos, pensamientos y palabras, miro hacia JungKook, que está terminando de recoger la manta que hemos estado usando como cama estos últimos cuatro días, su camiseta básica se pega a su espalda, donde veo la pequeña marca de mis garras, tal vez esta última vez me pase un poco arañándole, pero se sintió mil veces mejor que nunca.

Me gustaría quedarme más y disfrutar como es debido del bosque, pero ahora tengo una manada a la que pertenezco y una familia a la que he vuelto y también un pequeño menor del que cuidar mientras esté en mi cuidado, me duele ser consciente de que le he dejado ir con un alfa y un beta a los que a penas conozco y de los que no me fío demasiado, pero eso es mejor que lo que podría haberle pasado estando aquí.

Caminamos hasta el coche, nos espera un buen camino de regreso a la aldea y tengo demasiadas ganas de ver a todos, JungKook arranca el coche y nos ponemos de camino a la aldea, donde nos esperan todos.

El camino dura lo mismo que cuando vinimos, con la diferencia de que, esta vez, ninguno de los dos hablamos, yo no encuentro las palabras exactas ni tampoco sé qué se supone que debo hacer, miro por la ventanilla del coche, disfruto del paisaje que se mueve a toda velocidad por el coche, me hubiese gustado volver a la aldea con mi forma animal, realmente me hubiese gustado hacerlo.

Hecho de menos los días de soledad, en los que mis pensamientos podían volar sin dificultad por mi mente; hecho de menos sentir el césped bajo mis patas, correr por el bosque con la única intención de sentirme yo misma, hecho de menos el lago, los animales, la vegetación, todo y sin embargo, no cambiaría lo que tengo ahora por volver al principio, tengo lo que perdí y hasta un como más.

Siento la mano de JungKook sujetar la mía y darme un pequeño apretón que no sé cómo interpretar, se lo devuelvo, aún con la mirada en la ventanilla, el bosque ya deja un pequeño camino de tierra que deja claro que ya falta poco para llegar a la aldea, inspiro por la nariz, pero no encuentro ese leve olor a chocolate que he olido durante estos tres días, tal vez ese olor sólo haya sido una paranoia mía, JungKook no tiene aroma, al igual que yo.

Llegamos a la aldea, JungKook aparca frente a mi casa. Veo a mi novio bajar del coche y seguido le imito, al bajar me golpean varios aromas al mismo tiempo, cojo con rapidez el cubrebocas de mi mochila y me lo pongo, los fuertes aromas se hacen más débiles y consigo respirar con tranquilidad, creo que esto es lo peor de vivir en la aldea, lo único que sí cambiaría.

La puerta de mi casa se abre veo salir a un pequeño lobezno de pelaje cobrizo, que en seguida corre en mi dirección, instintivamente también tomo mi forma animal, dejando la mochila en el suelo y quitándome el cubrebocas que acabo de ponerme. Siento mis huesos crujir y mi piel desgarrarse, no duele, se siente bien.

Espero a que Ansel llegue a mí para hundir mi hocico en su cabeza, cuello y espalda, quiero asegurarme de que sigue oliendo exactamente igual. Respiro más tranquila cuando me doy cuenta de que su aroma es exactamente el mismo, él hunde su hocico en mi cuello y le escucho inhalar con fuerza, tal vez está haciendo lo mismo que yo.

Y mi loba se siente a gusto de que el pequeño se sel primero en recibirme.

(...)

Cuando por fin entro en casa, seguida de JungKook y con Ansel a mi lado veo a los seis Alfas, a Lisa, Rosé, Jennie y Jisoo, además de la Señora Yon junto a mi madre, está ultima corre a abrazarme con extrema rapidez y cariño, sin importarle lo que diran, dejo que mi hocico acaricie su cuello mientras sus brazos rodean el mío.

—¿Estás bien? ¿JungKook no te ha hecho nada? — me río ante sus palabras, si ella supiese que he sido yo quien le ha hecho cosas a él seguramente se cabrearía bastante.

DESTINADOS.  •j.jk• Où les histoires vivent. Découvrez maintenant