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Me desperezo sentada en mi cama, apenas he podido dormir esta noche, por lo que, llegadas las diez de la mañana me levanto de la cama y bajo a la cocina, noto cómo mi cuello está algo tenso por la forma en la que he dormido he intento moverlo de lado a lado y un poco en círculos para que este deje de dolerme.

Llego a la cocina y me preparo algo de café, no tengo cuerpo para comer algo sólido ahora mismo por lo que prescindo de cualquier alimento.

Hecho el café en una taza y me siento en la barra, el cafe está ardiendo así que espero un poco a que se enfríe para darle el primer sorbo.

Mi cabeza aún da vueltas en lo sucedido el día de ayer, pero decido no darle más importancia, necesito centrarme en Ansel, que, en una o dos horas, vendrá conmigo.

Deseo verle corretear por todo el salón, jugar con él y consentirle todo lo que quiera, me cuesta tener paciencia porque, si por mi fuera, lo buscaría en este preciso instante, pero tras haberle preguntado a Jimin hace unos días, me quedó en claro que no puedo hasta llegada las once y media o las doce.

Me bebo el café amargo y doy un pequeño suspiro de descanso, cuando probé el café por primera vez pude jurar que sería incapaz de beber algo tan amargo, pero sin embargo, el café amargo se ha vuelto una de mis cosas favoritas, así siempre lo ha tomado papá, lo recuerdo de cuando era una chiquilla.

Probaba el café de papá y mis caras eran todo un poema, no me gustaba, me gustaba muy dulce tal como lo tomaba mamá, pero ahora mis gustos han cambiado, ahora entiendo a papá cuando me decía que ayudaba a desestresarlo, lo calmaba, hasta me decía que lograba quitarle algunos dolores de cabeza.

Dejo la taza en el fregadero y subo las escaleras hasta mi habitación, me quito el pijama y me visto con unos vaqueros de color negro y la camiseta que me regaló el día anterior Hoseok.

A pesar de quedarme algo grande, logro ajustarla y me queda perfecta, me gusta mucho, la verdad.

Miro la hora, son las once así que voy bien de tiempo, cojo la mochila que me regaló YoonGi y meto las llaves y la cartera, conecto los audífonos a mi móvil y pongo la playlist que hice junto a Lisa y Rosé, me calzo, me pongo el cubrebocas y creo que ya es el momento de salir en camino a por Ansel.

YoonSeok y Lia, han salido de la aldea, me habían informado de que a parte de que mis padres estén tardando mucho en volver, Namjoon ha pedido un favor de ellos a las aldeas vecinas.

No me preocupo del todo, YoonSeok cuidara bien de sí mismo y de Lía, además de que no creo que Namjoon, le haya pedido un favor que tiente contra sus vidas.

YoonSeok es parte del grupo de construcción de la aldea y Lia trabaja en conjunto con el grupo al ser diseñadora de interiores, por lo que es común que Namjoon los envié a aldeas vecinas para comercializar materiales para la construcción, así como para realizar algunos trabajos a algunas manadas que han visto su trabajo y quieren contratarlos.

Hasta donde sé, solo van a la manada de osos, con la cual ya han ido varias veces y se llevan bastante bien, mis padres también han ido, así que por esa parte estoy tranquila.

Por lo que, Ansel, ha pasado la noche en el orfanato y aunque se que no es la primera vez, estoy decidida a que esto ya no siga siendo así.

Ansel se queda en el orfanato como si este fuera su niñera, cuando sus padres o algún familiar no está, pero ahora, estoy yo y no quiero que siga pasándola así, se que al pequeño le gusta, están sus amigos y ha crecido la mayor parte de su vida ahí, pero aún así, eso ha creado también que él pequeño sea algo inseguro y siempre piense que están dejándolo o que no volverán por él, por qué la Señora Yon, que está a cargo del orfanato, me lo ha informado un poco.

DESTINADOS.  •j.jk• Where stories live. Discover now