ᴄᴀᴘ 44: sᴇɴᴛɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ᴄᴏɴғᴜsᴏs

Start from the beginning
                                    

—Zac, tú me caes bien, pero ya no quiero que seas novio de Aisa, porque ella es de mi hermano. —Mi boca se abre ante las palabras de Gretel y Zac eleva la ceja, la mini-As olvida que Zac no sabe de quién es hermana.

—No entiendo. —Zac me mira y busca explicaciones.

—Gretel, ¿puedes dejarnos un momento a solas?

—¡No! —grita y se cruza de brazos.

—Por favor —pido.

—No, porque se van a besar y no quiero que se besen.

—No nos vamos a besar —digo, y Zac suspira con pesar.

—Ella es de mi hermano, Zac, no la beses —dice mientras camina hacia la puerta, y antes de salir le dedica una última mirada amenazadora.

Cuando la puerta se cierra, un silencio muy incómodo nos rodea a Zac y a mí. Observo mis uñas y él mueve sus pies, ambos también de manera incómoda. Se acerca más a mí, y después con algo de inseguridad toma mis manos entre las suyas. Nos miramos y mis ojos se cristalizan. De inmediato me abraza. A pesar de mis sospechas hacia él, siento cierto grado de tranquilidad. Es como un sexto sentido que me dice que no debo temer de él. ¡Es Zac! Y en estos momentos solo estamos compartiendo el dolor de una pérdida. Solo necesito su consuelo, que el peso de mi corazón disminuya y sus brazos ayudan mucho.

—No sabía que Gretel tuviera un hermano —dice, después de un rato.

—Pues lo tiene.

—No es hija de Marc, ¿cierto?

—No.

—¿Puedo saber quién es su hermano?

—No lo sé.

—Aisa...

—Zac, necesito que hablemos sobre nosotros —digo y al instante se pone tenso.

—Vas a pedirme que terminemos —afirma en vez de preguntar—. Sé que llevas días queriendo terminar conmigo y también sé que es por Dominik.

—No es por él. —Me alejo de sus brazos.

—¿No? —Levanta la ceja en señal de incredulidad—. Aisa, no soy tonto ni ciego. Puedo ver cómo te brillan los ojos y la forma en que sonríes cada vez que lo ves. Con tan solo hablar de él, tu cara se ilumina. —No sé qué decirle—. Yo no quiero que terminemos, Aisa, pero tampoco te voy a obligar a estar a mi lado si tú no me quieres...

—¡Sí te quiero! —me apresuro a decir—, pero...

—Solo como a un amigo. Sí, ya me sé ese cuento.

—Zac...

—Aisa. —Toma mi barbilla y la levanta—. El día que nos hicimos novios te prometí que te protegería. No lo he hecho muy bien hasta ahora, pero no por eso voy a dejar que te destruyas. Si quieres terminar conmigo porque no te gusto o porque no me quieres, está bien, lo acepto. Pero no puedo hacerlo si lo haces para irte con ese chico, porque él no es bueno y solo te perjudicará si continúas a su lado.

—¿Cómo has llegado a esa conclusión? No lo conoces.

—Sé lo suficiente.

—No sabes nada, él no...

—Aisa, no tienes argumentos válidos para defenderlo, y yo tengo muchos para demostrar lo mala persona que es.

—¿De qué estás hablando? —Entorno los ojos.

—Tú sabes perfectamente de qué hablo, Aisa.

—No lo sé.

—Que quieras evadir el asunto es solo problema tuyo.

Besos con sabor a muerte© (18+) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Where stories live. Discover now