ᴄᴀᴘ 25: ᴇʟ ᴏʙᴊᴇᴛᴏ ᴅᴇ ᴍɪ ᴘʟᴀᴄᴇʀ ʏ ᴅᴇsᴇᴏ

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Aisa

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Aisa

Me siento muy pequeña bajo la mirada de As; tan oscura, intensa y profunda. Empequeñezco ante el arrollador deseo que sus ojos desprenden, pero me engrandezco ante su expresión hambrienta; está hambriento de mí, me lo deja saber, y me lo hace sentir con solo mirarme. Provoca que me encoja y estremezca de placer a la vez que me envanezco al sentir el poder que en mí reside.

—Pequeña... 

Su voz es baja, apenas audible, pero sale en medio de una especie de gemido anhelante, casi doloroso, como si estuviera siendo sometido a una tortura insoportable. Escucharlo así causa en mí una gran impresión. Es la primera vez que lo veo con dicha expresión: sus labios que se abren y cierran, muestran cierta resequedad, como si estuviera sediento... sediento de mí.

—As... —Escuchar mi propia voz produce un choque en mi vientre bajo, una calurosa y bastante agradable sensación me recorre y se acumula en mi entrepierna.

Tampoco puedo negar el deseo que siento por él. Tengo la necesidad de que toque cada rincón de mi cuerpo. Quiero que su lengua tibia roce cada centímetro de piel, y, más que nada, lo quiero a él en el centro de mi placer.

Sí, lo quiero, lo necesito completamente, tanto así que duele, y duele más porque mi mente me lo reprocha: no me permite olvidar a Zac, y me somete a una batalla entre el deber y el deseo. Reprimo un gemido de frustración, pues, sabiendo lo que debo hacer y queriendo tomar la decisión correcta a base del deber, trato de zafarme de él, pero no lo consigo; me aprisiona bajo su cuerpo; con una mano somete mis muñecas y con la otra vuelve a levantar mi sudadera.

Quiero suplicar que se detenga, pero cuando apenas abro la boca ya ha logrado sacármela por completo. Chillo al quedar expuesta ante él, ya que no tengo sostén. Sus lujuriosos ojos me contemplan con intenso deseo. Me reprendo a mí misma por el fuego en mis venas y el insaciable anhelo de que me tome. Jadeo cuando su boca cubre uno de mis senos y muerde mi pezón con algo de rudeza. Suelta mis manos y se coloca a horcajadas sobre mí. Me remuevo, pero su cuerpo hace demasiada presión sobre el mío y no consigo zafarme.

—Pequeña, hoy voy a demostrarte a quién perteneces en realidad. —Su voz ronca y profunda me hace temblar—. Voy a dejar impregnadas mis caricias y besos en tu cuerpo de tal manera que jamás podrás olvidarlas. No importa el tiempo que pase ni cuántos novios tengas, nunca vas a olvidarte de mí, y cuando intentes estar con otro, tu cuerpo no lo aceptará, porque anhelará ser tocado solo por mí. Voy a hacer que me desees por el resto de tu vida. Porque eres y siempre serás mía.

Quiero gritarle que ya lo deseo solo a él y que no solo mi deseo y mi placer le pertenecen, sino también mi existencia misma. Soy solamente suya, tan suya... a un nivel que, alguien que no esté quemándose en este paraíso infernal, no podrá jamás entenderlo.

—As...

Con esa sonrisa cínica y llena de arrogancia tan típica de él, se inclina hacia mí y entierra su rostro en mi cuello. Aspira el aroma de mi cabello y muerde el lóbulo de mi oreja antes de susurrarme:

Besos con sabor a muerte© (18+) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora