ᴄᴀᴘ 15: sɪɴ sᴇɴᴛɪᴅᴏ

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Aisa

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Aisa

Pasan las horas y sigo despierta sin poder entender el comportamiento de As. Me siento estúpida. Él me rechazó, ¿no? ¿Por qué se fue tan de repente? ¿Hice algo mal? Quiero preguntarle, pero no me animo a verlo en estos momentos. ¿¡Cómo se atrevió a dejarme así!? ¡Estúpido As!

Aguzo mis sentidos cuando escucho la puerta de al lado abrirse y cerrarse. Luego se escuchan pasos que se alejan por todo el largo del pasillo. Me asomo y compruebo que As se está yendo, ¿a dónde? Son casi las dos de la madrugada... ¿A dónde va tan tarde?

«De seguro va a asesinar».

Por supuesto, él es un asesino... ¡No, culpa, no vengas ahora!

Me hago ovillo sobre la cama y cierro los ojos. De inmediato su cuerpo aparece en mi mente. Mis manos se queman ante el recuerdo del tacto de su tibia piel. Con solo repasar las caricias en mi mente, mi cuerpo vuelve a arder. Estoy frustrada y confundida, algo molesta conmigo misma; me dejé llevar, dejando todo mi orgullo de lado, y al final he terminado con tremenda decepción.

Sigo sin entender qué fue lo que pasó. Cuando As se levantó y se fue, su boca estaba torcida en una mueca de desagrado, pero tan solo momentos atrás parecía disfrutarlo. ¿Qué fue lo que cambió?

—Se fue justo después de que lo besé. ¿Le resultaría desagradable?

La idea de que así sea hace que algo dentro de mí se estruje. Sentir sus labios, probar sus besos, ha sido una de las experiencias más excitantes de mi vida, pero tal vez para él no fue así.

Toco mis labios y sonrío; aún puedo sentir los suyos; aún tengo su sabor en mi boca, el dulce sabor a muerte. Delirante y adictivo, como la más mortífera droga.

Me sentí elevar sin darme cuenta

de que en realidad caía.

Necesito sacarlo de mi cabeza, pero lo único que mi mente proyecta son cortos y saltados recuerdos de su cuerpo bajo el toque de mis manos. Puedo verlo perfectamente, como si lo tuviera frente a mí justo ahora. Abro los ojos al revivir la imagen de la cicatriz en su costado.

De pronto mi mente me transporta a aquel día que le conocí; él se desmayó por la herida. Ésta parecía ser bastante profunda, aunque ya tenía días con ella, más de una semana creo que dijo. ¿Cómo se la haría? ¿Tuvo un accidente, o será que alguien logró herirlo? De ser así, debió ser una gran batalla.

Él estaba muy agotado, e incluso quedó a mi merced por unos cuantos minutos... cosa que desperdicié como nunca, pero... ¿Más de una semana? Me reclino de un tirón y arrugo el entrecejo. No, no tiene sentido; la herida de As era seria. Solo bastó un leve movimiento para que esta se abriera y él cayera desmayado.

—¡No tiene sentido! —exclamo, y me pongo de pie.

Yo me encontré con As la séptima noche después de que asesinó a mi familia. Él ya tenía la herida y ésta ya llevaba ahí más de una semana. ¿Entonces cómo fue que...? La noche que encontré muerta a mi familia, la puerta de la casa estaba abierta; la mesa estaba servida y había cuatro platos, no había ningún tipo de desorden y no parecía haber nada raro.

Besos con sabor a muerte© (18+) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora