ᴄᴀᴘ 39: sᴏsᴘᴇᴄʜᴀs

176K 10.6K 11K
                                    

Aisa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aisa

As aparca la moto a unas cuadras del instituto, bajamos y nos escabullimos con cuidado entre las sombras. La puerta principal está abierta de par en par. As se pone frente a mí, y con señas me dice que le siga. En silencio y con mucho cuidado lo hago: entramos al plantel mientras miramos a todas partes y nos cuidamos de cualquier pequeño movimiento.

—¿Dónde está? —pregunta As.

—No lo sé. —Continuamos escabulléndonos hasta que As se detiene y me hace chocar con su espalda.

—Quédate aquí.

—Pero...

—Guarda silencio y quédate aquí. —Se escabulle y se pierde de mi vista en la oscuridad.

Me quedo quieta, entretanto observo a mi alrededor. Sí que las escuelas dan miedo de noche, igual que los hospitales. Me muevo, sintiéndome muy nerviosa y asustada. Brinco en mi sitio cuando escucho pisadas. Me escondo detrás de unos arbustos y me asomo; un chico corre por uno de los andadores principales.

Siento que el corazón se me va a salir por la boca cuando creo reconocerlo. No solo su complexión, sino por la chamarra que lleva puesta. Cierro los ojos y los abro con la idea de que solo son imaginaciones mías... O, ¿por qué Zac estaría aquí? Observo cómo él sale del plantel y se pierde en la calle. Saco mi celular y le marco, suena una y otra vez hasta que al fin escucho su agitada voz.

—Aisa, ¿qué pasa?

—¿Dónde estás?

—¿Eh?

—Dime dónde estás, Zac.

—Estoy en casa —contesta como si nada—. ¿Por qué?

—Hace un rato te estuve llamando y no me contestaste.

—Lo siento, me estaba bañando.

—¿Por qué no me regresaste la llamada?

—Porque mamá me habló para que bajara a cenar y lo olvidé.

—¿Por qué sonabas agitado cuando contestaste?

—Porque subí corriendo las escaleras, ¿puedes decirme por qué me interrogas?

—¿Has hablado con Amanda y América?

—Sí, hace un rato estaban conmigo. Se fueron a casa de América. Según ellas iban a hacer noche de chicas. Pensé que estarías con ellas.

—He llamado a Amanda y a América, y ninguna me contesta.

—Oh, es que sus celulares no sirven.

—¿Ninguno?

—No, es que por la tarde estaban ayudándome a pintar la casa y estábamos jugando, entonces empujé la mesa donde estaban los teléfonos y ambos cayeron a un bote de pintura.

Besos con sabor a muerte© (18+) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora