ᴄᴀᴘ 22: ᴇɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴏs ɪɴᴇsᴘᴇʀᴀᴅᴏs

9.4K 695 177
                                    

As

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

As

Ha pasado una semana desde que la pequeña idiota se fue, y yo me encuentro cada día más y más desesperado. Solo pierdo el tiempo al recorrer una y otra vez las escenas del crimen, buscando algo que tal vez dejé pasar, pero no encuentro nada. El maldito impostor parece estarse escondiendo y yo no logro dar con el lugar correcto para encontrarme con él. Solo se sigue burlando de mí; tengo la impresión de estar siguiendo pistas falsas.

—¡Ese maldito imbécil! ¡En cuanto lo tenga enfrente lo mataré!

Cuando llegué a esta ciudad lo hice solo para ir en busca de Marcos y su esposa, pero antes de siquiera haber llegado, ya se había anunciado un asesinato supuestamente cometido por mí; tal hecho me tomó por sorpresa. Llegué a pensar que podría usarlo como señuelo y distraer a aquellos que me siguen la pista, pero no me agradó que algún cobarde se ocultara tras mi nombre para cometer sus fechorías.

La manera en que actúa, en que asesina, es como si se burlara de mí, como si quisiera decirme que él es capaz de ir más allá de lo que yo me permito hacer y no hacer. Como si con mucha sutilidad me dijera: «Soy mejor que tú». La idea me hacer hervir la sangre. Tal vez solo debería marcharme en busca de Fernando; él es más importante, pero no tengo idea de dónde está, y en vez de buscarlo y completar mi venganza, sigo perdiendo mi tiempo en este lugar, buscando a un maldito obsesionado.

Llego al hospital, colmado de energía negativa. Ahora que la chiquilla ya no está, no tengo con quién sacarla, y aunque podría nada más ir y buscar una víctima, no quiero caer y ceder ante esa idea, porque entonces no podré detenerme nunca más.

Abro la puerta de mi habitación, y, tras cruzarla, un escalofrío recorre toda mi piel. Sujeto con fuerza mi cuchillo y me quedo estático mirando la silueta frente a mí. Mi sorpresa es evidente, no esperaba encontrarme de frente conmigo mismo.

—Hasta que llegas —dice con una voz distorsionada—. Como no has podido encontrarme, he venido yo por ti.

—Qué amable de tu parte —sonrío—, me has ahorrado la molestia de buscarte. Ahora puedo matarte sin problema.

Tengo la intención de abalanzarme sobre él, pero me detengo cuando le veo sacar un arma de fuego, para después apuntarme con ella. Aunque no pretendo dejarme intimidar, sí prefiero ir con cuidado; no lo conozco, no sé de sus habilidades y no hay mucho lugar para cubrirme; además, a él no le tiembla la mano como sucedió con Marcos. Este no dudará en volarme los sesos si le doy un motivo.

—No me obligues a acabar contigo antes de que siquiera comience la verdadera diversión.

—Las armas de fuego son de cobardes.

—Solo soy precavido. No es mi intención subestimarte. Deberías ser agradecido.

—¿Cómo diste con este lugar? —inquiero. Me molesta la idea de que ya me tuviera ubicado mucho antes de que yo lograra encontrarlo.

Besos con sabor a muerte© (18+) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora