ᴄᴀᴘ 46: ᴍɪᴇᴅᴏ

220K 12.4K 29.6K
                                    

As

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

As

Es plena madrugada y aun así decido salir a caminar por los alrededores de la viña. Me envuelve la nostalgia al recordar la última vez que estuve aquí con mi familia. Parece que han pasado décadas y no han sido más de cuatro años; pero los días en que iba tras mis hermanos se sienten tan lejanos que parecen irreales. Ahora solo quedamos Gretel y yo, acompañados de esa pequeña, y pronto solo serán ellas dos.

Han pasado cinco días desde que estamos aquí. Me alegra haber traído a Gretel; se la ve muy feliz, y eso me hace sentir más tranquilo. Aunque cada vez pesa más la idea de dejarla, siempre me termino convenciendo de que es lo mejor. La pequeña idiota no deja de reprocharme por mi decisión. Todo el tiempo me recuerda lo mucho que sufrirá Gretel y claro que, de las dos, será ella quien más me extrañe. No sé si debe parecerme divertido o si creer que es patético que ella esté sufriendo por la resolución que he tomado.

A pesar de que llevo tiempo sabiendo sobre el apego que tiene hacia mí, aún no lo entiendo. Entre más desea alejarse, más se adhiere; es gracioso y tierno a la vez, pero también lo odio. Es como si quisiera atarme a ella para consumirme y doblegar mi voluntad, y cuando pienso que puede ser así, solo siento deseos de destruirla, pero soy tan incapaz de hacerlo... que termino siendo yo el patético.

Estoy buscando, casi de manera desesperada, la manera de huir de ellas y de mí mismo, porque siento miedo de lo que llego a pensar, a desear, de todo aquello que quiero hacer y de lo mucho que me gusta. No encuentro mejor manera de detener al demonio en mi interior, que irme de esta vida. Morir no me da miedo, pero me aterra seguir vivo y perder todo rastro de conciencia; que, por mis malas decisiones, Gretel se pierda a sí misma y yo no pueda siquiera arrepentirme por ello, porque estaré deleitándome con la contaminación de su alma.

«Eres un egoísta».

Y no pido perdón por eso.

Continúo caminando entre el viñedo, tratando de no concentrarme en ese tipo de pensamientos. Me pongo en alerta cuando escucho pasos detrás de mí. Llevo mi mano a dónde está mi cuchillo, doy vuelta rápidamente y lo coloco en el cuello del chico que ahora me mira aterrado.

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunto con fastidio tras quitarle el cuchillo de su cuello.

—Dominik, eso me asustó...

—¡Contesta, Eduardo!

—Solo vine a revisar que todo estuviera bien. No te enojes.

—Les dije que no quería verlos por aquí mientras estuviéramos nosotros.

—Sí, pero ya conoces a mi tía, siempre preocupada.

—Dile que no hace falta que se preocupe.

—¿Cuánto tiempo se quedarán?

—Solo dos días más. Espero que sigan cuidando la casa como hasta ahora.

—¿Cuándo volverán?

Besos con sabor a muerte© (18+) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora