ᴄᴀᴘ 44: sᴇɴᴛɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ᴄᴏɴғᴜsᴏs

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—¿Y tú? ¿Odias a mi hermano? ¿Quieres matarlo?

—No, Gretel... yo no odio a tu hermano y tampoco quiero matarlo. —Bueno, solo a veces.

—Pero escuché que dijiste que mi hermano es un idiota.

—Bueno, es la verdad. Tu hermano es un idiota, pero eso no significa que lo odie.

—¿Por qué no podemos irnos a vivir con él?

—Ya sabes que está ocupado. Tiene cosas que hacer.

—Yo solo quiero estar con él. Lo extraño mucho. —Los ojos de Gretel se cristalizan. Gatea sobre la cama hasta llegar a mi lado—. Ya no quiero estar lejos de mi hermano.

—Cuando lo veas tienes que decirle eso —le digo acariciando su cabello—. Tienes que hacerle saber lo mucho que lo quieres y le necesitas. Tal vez así lo convenzas de que se quede a tu lado.

—¿Cuándo podré verlo?

—Mañana te llevaré.

—¡Sí! —Gretel sonríe con emoción y deja de lado su tristeza—. Aisa, yo voy a convencer a mi hermano para que me deje quedar a vivir a su lado, pero tú tienes que enamorarlo—. No puedo evitar sonreír ante sus palabras.

—Gretel...

—¡Por favor, Aisa! —Se avienta sobre mí y rodea mi cuello con sus brazos—. ¡Yo quiero que tú y Dominik se hagan novios y se casen!

—Gretel, eso nunca va a pasar.

—¿Por qué no?

—Dominik y yo solo somos... ¿amigos? —La verdad no sé muy bien qué somos.

—Pero a ti te gusta y tú le gustas a él.

—No es así.

—¡Que sí! —Gretel empuña sus manos y me mira con el ceño fruncido.

—¿Cómo puedes saber tú eso? Solo eres una niña.

—Pero no soy tonta y conozco a mi hermano... ¡Tú le gustas!

—Bueno, tal vez sí le gusto —digo, recordando que el mismo As me lo dijo—, pero eso no significa que me quiera como su novia y mucho menos que nos casemos.

—¡Tienes que ponerte muy hermosa para hacer que se enamore de ti!

—Ay, no sé, dudo que eso pase.

La mini-As se cruza de brazos y se muestra molesta conmigo. Río por la miradita asesina que me echa, pero por más que ella desee que yo me quede con su hermano eso no es posible. Él está empeñado en morir y parece que no hay forma en que yo le pueda convencer de que no lo haga. Si su hermana no le basta para seguir viviendo, ¿qué me hace pensar qué lo hará por mí? Esa última idea me hace sentir tan miserable.

—Aisa... —Miro hacia la puerta cuando esta se abre y Marc se asoma—. Zac está aquí.

—Dile que pase. —Me reincorporo para recargarme en el respaldo.

—No te ves muy bien —dice Zac cuando entra. Después se sienta a la orilla de la cama.

—No me siento bien —digo, incómoda. Algo ha cambiado entre nosotros. La manera en que lo veo ahora no es la misma desde aquella vez que le vi salir del instituto. No quería enfrentarlo, porque tengo miedo de la verdad, pero es algo que tengo que hacer.

—¡Zac! —Gretel se avienta a sus brazos, pero después se aleja y le dedica una mirada recelosa.

—¿Qué pasa? —pregunta Zac, confundido. Ni yo entiendo por qué la mira así.

Besos con sabor a muerte© (18+) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Where stories live. Discover now