53. Mommy and daddy are at home.

41 4 0
                                    

~Harper~

– Volvemos a vernos... Cupido. —Dice una voz femenina a mi espalda, haciéndome girar.

– Nyx. ¿Dónde estamos? ¿Dónde está Brandon?

– Tu prometido está ocupado en estos momentos... Y, ¿esto? Es la Oscuridad que hay en tu interior... Aquí se almacenan todas esas cosas malas que has sentido o vivido alguna vez.

– Vaya, supongo que por eso estás aquí.

– Muy graciosa, Harper...

– ¿Qué es lo que quieres de mí? Primero me atropellas, luego me visitas al hospital fingiendo ser una enfermera y diciéndome que eres amiga de mis padres biológicos...

– ¿Todavía no te ha quedado claro? —Me pregunta, con una siniestra sonrisa— Te quiero a ti, angelito. Tu verdadera naturaleza puede cambiar el universo entero. Y quiero que me ayuden a detener a personas malas que injustamente nos encerraron a mi hermano y a mí en un lugar espantoso.

– Sé que fuisteis encarcelados en Tártaro por masacres y crímenes atroces, Nyx, no vas a engañarme...

De repente, se oye un grito desgarrador, que pone todas las células de mi cuerpo en alerta. Una cegadora luz parece brillar a lo lejos, invadiendo la oscuridad que nos rodea a Nyx y a mí, afectándole gravemente. El grito no suena con la voz de Brandon, pero, por un segundo, he temido que sea él quién está gritando. Es entonces cuando aparece un hombre a mi lado, con quemaduras graves por el cuerpo.

– ¡Nyx! ¡El maldito ese ha conseguido tocarme! ¡Mira lo que me ha hecho! ¡Ese chico no es mortal, te lo digo yo! —«¿Ese chico? ¿Brandon?»— ¡No lo he podido someter así que será mejor que nos vayamos antes de que nos ataque otra vez!

– Oh, Azazel... —«¿Azazel? ¿Dónde he oído ese nombre antes?»— Qué quejica eres. Pero tienes razón, yo también he sentido algo... En fin, volveremos a vernos, Cupido.

Ambos desaparecen, haciendo que la oscuridad a mi alrededor se desvanezca. La imagen de la sala en la que estoy se va haciendo cada vez más clara y me encuentro con brazos sentado junto a mí, rodeándome entre sus brazos. Al parecer, lleva rato intentando despertarme.

– Dios... Estás bien... ¿Tú también has tenido que enfrentarte a tus más oscuros miedos?

– No, exactamente. Me he encontrado con Nyx. Parece que quiere vengarse de los que la encerraron con su hermano Erebo en Tártaro y quiere usarme para ello.

– Ya veo... Al menos, sabemos lo que busca. ¿Sabes quién era el otro que me atacó?

– Seguramente Azazel. Voy a preguntarle a Thomas por él, por que me suena haber escuchado su nombre antes.

– ¿Azazel? A mí también me suena...

Salimos de la sala, encontrando el aparcamiento completamente desalojado. No sé cuánto hemos estado con esos dos, pero parece haber sido el suficiente para que la gente se marche a ver la carrera esta noche. El camino de vuelta nos lo pasamos escuchando música, saltando de emisora a emisora, en completo silencio. Antes de recibir un mensaje de Thomas, pero, busco en internet información sobre el acompañante de Nyx.

– A ver... Azazel es el líder de los Grigori, ángeles caídos creadores de los Nephilim. Al parecer cayó durante la rebelión de Lucifer y fue quien enseñó a los hombres a forjar las armas para la guerra y a las mujeres las artes del ocultismo.

– Espera un momento... ¿Me estás diciendo que he sido atacado por un ángel caído del levítico? ¡Estamos hablando del tercer libro de la Biblia!

– Eso parece... Lo que no entiendo, es que quiere de Nyx y por qué una diosa griega iba a querer algo de un ángel. Según tengo entendido por Thomas, los dioses apenas se comunican con los ángeles por la diferencia de rango en las esferas celestiales...

– Esto es de locos... —Susurra una y otra vez el rubio, con la mirada fija en la carretera.

– ¿Estás bien? —Le pregunto, haciendo que reaccione a mi voz.

– Sí, sí, es solo que... Bueno, esto se sale de mi línea de comprensión. Que seas Cupido, vale. Pero esto...

– Si te sirve de consuelo, también se sale de la mía. Hasta hace un año solo era una chica con el don de ver el hilo rojo del Destino y ayudar a espíritus a cruzar la luz. Ahora nos persiguen demonios de los inicios de los Tiempos. Es nuevo para mí.

Antes de poderme responder, Brandon aparca frente a mi casa. Al bajarnos del coche, nos reciben unas gritos de discusión que me dejan en shock. Mis padres nunca se han peleado, pero ahora parecen estar gritándose el uno al otro. Hasta que se escucha una voz masculina muy grave y solemne que no reconozco.

– ¡Solo os pedimos una cosa! ¡No sabéis la suerte que habéis tenido de que convenciéramos al Consejo para investigar nosotros el suceso! —Grita ahora una mujer, realmente cabreada.

– ¡Harper es Cupido! ¿¡Qué le íbamos a hacer!? —Exclama Thomas, quien parece también estar ahí. Abro la puerta, escuchando las voces mucho más fuertes que como se oyen en el exterior— ¡Su misión es ayudar a los espíritus a cruzar al Otro Lado! ¡Además, les ha hecho un favor mandando todas esas almas al Cielo!

– ¡Y ellos no lo niegan! ¡Pero no es normal que 240 almas crucen al Otro Lado de golpe sin que los arcángeles se pregunten qué ha ocurrido!

– ¿Mamá? —Pregunto, acallando las voces— ¿Papá? ¿Quién está ahí?

– ¡No vengas, Harper! —Exclama mi padre— ¡No pasa nada!

– ¡Ven, Harper, no hagas caso a este impostor! —Exclama mi... ¿padre? «¿Qué está pasando aquí?».

– ¡No le hagas caso, cielo! ¡Él no sabe qué pasó la primera vez que vimos NFL!

Ese es mi verdadero padre. Así que el otro, sea quien sea, parece haber copiado su voz un instante para atraerme a la cocina, donde parecen estar todos reunidos en la acalorada discusión que todavía me tiene perpleja.

– Pues iré yo.

– ¡Quieto aquí! —Exclama Thomas, mientras siento una fuerte ráfaga de aire que me impulsa hacia atrás, aunque lucho con todas mis fuerzas por no ceder. Thomas aparece enfrente de mí, como si hubiera sido llevado por el viento. Tiene sujeto a un hombre del cuello que no reconozco. «¿Será el farsante que se ha hecho pasar por mi padre?»— ¿A dónde crees que vas? Estamos rompiendo nuestra promesa... Os habéis delantado un cumpleaños, solo tiene diecisiete.

El hombre frente a mí sonríe, de una forma que se me hace familiar. Como si mucho tiempo atrás hubiera visto esa sonrisa en algún lado. Thomas se adelanta un paso, dándome hueco para poder mirar al desconocido de arriba abajo.

Es alto. Casi tan alto como Thomas, que incluso le saca un poco más de cabeza ahora que está echado hacia delante, con las puntillas en alto. Su cabello es castaño claro y sus ojos de un verde jade muy parecidos a los míos. Se nota que lleva afeitado muy poco tiempo, puesto a que tiene marcado el pelo de la barba que empieza a salir por toda la mandíbula y la barbilla.

– Es cierto, pero va a casarse, ¿verdad? ¿No podemos felicitarla por eso?

– ¿¡Qué está pasando!? ¿¡Quién eres y qué haces en mi casa!? —Le pregunto, lanzándolo lejos con una flecha de luz que ni se molesta en esquivar.

Mientras el hombre frena, quedando suspendido en el aire, veo como una mujer aparece a su lado. Una hermosa mujer que me es familiar. Que me recuerda a una época remota de la que no tengo recuerdos. Como un viejo memento que te produce una intensa nostalgia a pesar de no recordar cómo lo obtuviste o cuánto tiempo lleva contigo.

– Hola, Harper... —Dice dicha mujer, acompañada de mis padres— Qué grande estás... Pensar que la última vez que te vi eras tan pequeña... Parecías tan frágil...

– ¿Cómo? —Pregunto yo, en shock— ¿Q-quiénes sois?

– Cielo... —Dice mi padre, haciéndome fijar mis ojos en los suyos— Ellos son tus padres biológicos.

Stay By My Side (DLMG#2) [Remastered]Where stories live. Discover now