51. Wrecking ball.

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Abro los ojos con lentitud, despertándome con toda tranquilidad. Brandon se ha quedado a dormir —o, más bien dicho, dormido después de tanto estudiar— y se encuentra abrazado a mí, con la ropa medio quitar, el cabello alborotado y con importantes lagañas alrededor de sus grandes ojos azules.

– Buenos días, príncipe... —Le digo, haciéndolo revolverse entre mis sábanas— Vamos... Tenemos el examen de Cálculo Avanzado.

Sus ojos se abren de golpe, levantándose exasperado y haciendo volar las sábanas. Al mirar hacia el reloj, yo no puedo evitar reír a carcajadas. Al verme, sonríe maliciosamente, tirándose a mí para comenzar a hacerme cosquillas.

– ¡No! ¡Para! ¡Brandon! —Digo, luchando inútilmente por no reír.

– ¡Nunca! ¡Por darme el susto de mi vida al pensar que llegábamos tarde al examen!

– Yo nunca he dicho eso... T-tú lo has pensado solo... —Finalmente se detiene, besándome fugazmente en los labios.

Así pues, nos preparamos para el día tan intenso que nos espera hoy. El recuerdo de la llamada de Oliver Hudson todavía recorre mi mente, mientras veo a Brandon entrar en el baño para ducharse y arreglarse. Es cierto que yo no tengo pensado ir a Siracusa porque la carrera de Periodismo, aunque es sorprendente, no me llama mucho la atención. Al menos, en cómo está planteada allí. Acostumbrada y muy segura de quererme dedicar al periodismo de investigación ordinario, no veo muy factible el programa de periodismo llevado a cabo por Lorraine Branham.

Aun así, Brandon y yo hemos decidido no preocuparnos por ella hasta que no tuviéramos que realmente separarnos al acabar el próximo año de instituto. Al fin y al cabo, estamos prometidos y unidos por el hilo rojo del Destino, por lo que no importa dónde estemos, estamos predestinados a volver a encontrarnos.

Escucho la puerta del buzón cerrarse y corro escaleras abajo antes de que mi madre —quien ya ha comenzado a salir— abra la puerta. La adelanto con rapidez, dándome media vuelta para colocar mis dedos sobre su pecho, paralizándola en el acto.

– No pasa nada, mamá... Deja que los nervios escapen de tu cuerpo a cada respiración profunda... —Mi madre me obedece, permitiéndome abrir el buzón para coger las cartas de su interior, antes de volver a recuperar el control de su propio cuerpo.

– ¡Harper Marie Avery! ¡Eso es hacer trampas! —No puedo evitar reír, viendo como mi padre se asoma por la puerta, riendo también por la escena que estamos montando.

– Ten. Estas son para vosotros.

Yo me quedo con las cuatro cartas de las Universidades a las que he mandado solicitud: La Universidad de Nueva York (NYU), la Universidad de Maryland (UM), la Universidad de Florida (UF) y la Universidad Estatal de Idaho (ISU). Todas ellas bastante lejos de aquí pero no muy lejos de Siracusa, en el caso de que Brandon decida irse allí ahora que tiene la oportunidad.

«Estimada señorita Harper, sentimos informarle que su solicitud ha sido rechazada...»

«Estimada señorita Harper, sentimos informarle que su solicitud ha sido rechazada...»

«Estimada señorita Harper, sentimos informarle que su solicitud ha sido rechazada...»

«Estimada señorita Harper, sentimos informarle que su solicitud ha sido rechazada...»

Pestañeo varias veces seguidas, leyendo una y otra vez el principio de cada una de las cartas, leyendo exactamente las mismas palabras. He sido rechazada en las cuatro universidades que más me gustaban. He sido rechazada en las cuatro universidades preferentes a las que ir tanto por mí como por Brandon.

Stay By My Side (DLMG#2) [Remastered]Where stories live. Discover now