62. Past, Present, Future.

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A la mañana siguiente, el sol radiante brilla con fuerza a través del gran ventanal que ocupa casi toda la pared frente a la cama. Forzando mis ojos para que se queden cerrados, muevo mi mano a mi derecha, en busca de Brandon, encontrándome con la funda del colchón algo arrugada. «¿Dónde estará?» me pregunto, al mismo tiempo que dulce olor del desayuno me da la respuesta.

Envuelta únicamente con la fina sábana marcando toda mi figura, abro los ojos y me levanto de la cama, saliendo al balcón por la puerta abierta, encontrándome con la bella imagen del lago en su esplendor mañanero y a Brandon arreglado de cuello para arriba, aunque todavía en ropa interior.

– Buenos días, preciosa... —Me susurra el muchacho al oído, al acercarse a mí para besar mis labios.

– Buenos días, precioso. El desayuno huele muy bien...

– Pues espera a probarlo... Está delicioso.

Sonriendo, me siento en otra de las sillas que posan junto a la mesa donde hay café recién hecho y el plato de huevos revueltos con tostadas de mermelada de fresa que Brandon ha preparado para que desayunemos los dos. Comienzo a devorar la deliciosa comida preparada por mi prometido, mientras que éste tiene la mirada fija más allá del lago, en dirección al pueblo que no queda muy lejos de aquí.

– Hoy iré a ver a mis tíos, por lo que deberías ir a ver a tu abuela... —Asiento con la cabeza al tener la boca llena y trago sin prisas con tal de poder responder verbalmente a su indicación.

– Ya lo tenía pensado hacer... No sé si se alegrará de verme o me echará en cara que no he ido a verla en seis años, pero bueno.. No puede ser peor que cuando me odiaba por no ser una Avery pura. —Río ante la idea de ver a mi abuela con el ceño fruncido, recordando el verano en el que conocí a Brandon— Ah, por cierto... El desayuno estaba muy malo.

Le doy un tierno beso en los labios mientras que él, cuando nos separamos, muerde suavemente mi labio inferior. Sabiendo que debo prepararme para salir, decido entrar a la habitación para vestirme, sacando algo de ropa de una de las maletas. Una vez lista, salgo de nuevo a la terraza para ver que Brandon, que es un lentorro —o yo una glotona—, todavía está desayunando. Así que me acerco a él para despedirme, no, sin antes darle un gran bocado a su tostada, descubriendo que se trata de una nueva distinta a las dos que tenía en el plato antes.

– Mmm... Mermelada de arándanos.

– Tú preferida. —Dice Brandon, torciendo una sonrisa— Para que no te vayas...

– Y la tuya. —Respondo yo, dándole un beso en la mejilla— Me apetece ir caminando así que tengo un trecho hasta Bridgewater. Nos vemos...

A pesar de decirle que voy a ir caminando, al cabo de un rato de pasear a través del bosque, siendo el camino más rápido, decido usar mis poderes para correr con el viento. Al fin y al cabo, necesito probar cada uno de ellos para ver cómo funcionan, qué efectos tienen y lo peligroso que pueden llegar a ser si pierdo el control.

Porque sí, queremos pasar un verano tranquilo, pero ambos contamos con nuevas habilidades a las que debemos ir acostumbrándonos. Por lo que no está de más ir probándolas de vez en cuando, siempre procurando que no haya nadie cerca que pueda vernos hacerlo.

Llego a Bridgewater mucho antes de lo que pienso, por lo que comienzo a recorrer sus calles, viendo a algunos de sus ciudadanos caminar a mi alrededor. En el fondo, amo este pueblo y es que, aunque se trata de un pueblo bastante pequeño, tal y como su nombre indica, hace la función de puente, ya que solo cuenta con dos salidas: la del este, que lleva a Atlanta y la del oeste que lleva a Nueva Orleans. Mientras que en el norte se encuentra el lago de las Ranas Locas, en el sud se encuentra la playa donde hice la fotografía que a día de hoy todavía conservo. Por lo que, visto desde el cielo, parece un gran puente que separa ambas aguas.

Stay By My Side (DLMG#2) [Remastered]Where stories live. Discover now