37. Men don't cry, right?

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~Brandon~

Estoy yendo a casa, escuchando como Kyle habla animadamente sobre su noche de pasión con una de las animadoras mientras que su hermano Michael se ríe sin parar. De repente, mi corazón se encoge, asfixiándose con algo que lo aprieta con demasiada fuerza.

«Es tu hilo del Destino. Algo va mal con Harper y, al estar conectados, tú también lo estás sintiendo...» dice la voz profunda y gloriosa que me genera esas extrañas visiones, como si se trataran de recuerdos fragmentados.

Mi cara se palidece al escuchar las palabras «algo va mal con Harper», a la vez que siento una punzada en el corazón que me hace encogerme, dejando caer la mochila que cuelga de mi brazo.

– Ey, ¿qué pasa, tío? Brad, estás pálido...

– Es Harper... Algo no va bien...

Salgo corriendo, obligando a mis dos mejores amigos a venir detrás mío. Uno de ellos, no sé muy bien quién, toma mi mochila del suelo para llevarla consigo. Corro lo más rápido que puedo, llegando directamente al Mercy Hospital. Veo a Jayden caminar de un lado a otro, fuera de control. Al verme, abre los ojos de par en par antes de esconder su mirada, palideciendo. Corro hasta él, llevándome la bronca por parte de una de las enfermeras y lo agarro del cuello de la camiseta, obligándolo a mirarme a los ojos.

– ¿¡Dónde está Harper, Jayden!? ¿Está grave? ¿Le has hecho algo?

– ¿Cómo sabes que está herida y que está aquí? —Pregunta, aunque yo no respondo. No sé por qué lo sé. Es como si nuestro hilo me lo hiciera sentir lo que está sintiendo ella en este momento— No he sido yo. Un coche la ha atropellado. Iba muy deprisa y no ha podido frenar a tiempo. El conductor ha ido a por un café, está de los nervios.

– ¿¡Dónde está ella!? —Exclamo.

– Los de trauma la están revisando. Aun así, no parece muy grave.

– Vete. —Le digo, seco. Me mira fijamente— Yo me quedo. —No se mueve— Jayden, yo me quedo.

– Está bien. —Responde, sin mirarme.

Jayden se marcha y mis amigos me dan una mirada fulminante. Si las miradas pudieran matar, estas dos me habrían enterrado por sí solas.

– Te has pasado... —Comenta Kyle, dejando mi mochila en la silla a mi lado— ¿No ves que está realmente mal? Supongo que él estaba delante cuando pasó.

– Pues que la hubiera salvado. —Respondo, con ira en cada palabra— Cuando me lesioné, también estuvo a punto de verse involucrada en un atropello. Pero la salvé.

– No es tan fácil, Brad... —Dice Michael, buscando tranquilizarme— Puede que no le diera tiempo. No estábamos ahí para saber lo que pasó...

– Da igual, Mitch. Será mejor que vayamos tirando. Salúdala de nuestra parte, ¿sí? Por cierto, ¿no deberías llamar a sus padres? —Y dicho eso, los gemelos se alejan, saliendo por la puerta y desapareciendo de mi vista una vez ésta se cierra.

Los chicos tienen razón en una cosa: Tengo que llamar a los padres de Harper y avisarlos de lo que ha sucedido. Abro la mochila y saco mi teléfono, viendo que no me queda mucha batería. Marco el número del padre de Harper y espero a que me descuelgue.

– ¿Brandon? ¿Qué ocurre?

– Señor Avery, necesito que su esposa y usted vengan al hospital de inmediato. Es Harper. Ha sufrido un accidente... —Las últimas palabras quiebran mi voz, haciéndome incapaz de terminar la frase.

– ¿¡Que ha pasado qué!? ¡Vamos enseguida!

Cuelgo la llamada, sintiendo algo frío en mi mejilla. Una solitaria lágrima se ha aventurado a recorrer las tierras inhóspitas de mi piel, en busca de la libertad que le ofrece no estar aglutinada dentro de mis ojos. El frescor eriza cada centímetro de mi cuerpo, haciéndome temblar por un escalofrío.

Stay By My Side (DLMG#2) [Remastered]Where stories live. Discover now