El Hermano de mi Ex

62 No funcionamos

62 No funcionamos

Nota: Hay un cap antes de este por si Wattpad no les avisa.

ADAM

Soy un novio de mierda.

No necesito que alguien me lo diga, estoy consciente de ello. Lo sé hace mucho, por algo la mayoría de mis relaciones fracasaron y la más larga fue la que tuve con Sierra, siempre fuimos de idas y vueltas y al final terminamos de la peor manera. Y aquí voy de nuevo directo a otro fracaso y lo peor de todo es que esta vez creí que sí funcionaria.

Admito que gran parte de la responsabilidad dentro de este desastre es mía y ahora debo asumirla.

Dejo de dilatar el asunto y voy directo hacía la única persona en la sala de espera, verla ahí sólo me hace sentir peor, ella me necesitaba, me buscó y yo no estuve para apoyarla, todas las llamadas y mensajes que me escribió son prueba fehaciente de que soy el peor novio de todos. Los hospitales parecen ser un punto estratégico en mi historia con Gabrielle, por un motivo u otro siempre terminamos en uno.  Cuando me siento a su lado sólo mueve los ojos siguiendo cada una de mis acciones y luego regresa la mirada al televisor en la pared.

Vale, está enojada y es entendible.

Dejo el vaso con la bebida en la mesa junto a ella y luego la caja de donas. Debo estar demasiado desesperado si decidí acudir a su amor por la comida poco sana para que me perdone, y la verdad es que sí, me siento culpable y no quiero perderla. Sé que la situación es más complicada de lo que esperaba cuando no toma nada y continúa viendo los dibujos animados.

— ¿Y tu mamá?

—Viene en camino con mi tío.

Se sube la capucha de la sudadera y se hace un ovillo en el sillón. No dice nada más y debo continuar rompiendo el hielo.

— ¿Y tu papá y tus hermanos?

No pregunto por Savannah en específico, de ella averigüe tan pronto llegué y me crucé con su novio antes de que entrara al quirófano.

—Mi papá está de gira pero está intentando conseguir un vuelo, Helena y Abby vienen en camino y Ryder fue a la casa a traer las cosas que Sav y la bebé necesitan. Natalia vino hace un rato pero tuvo que irse.

Esa es una de las muchas razones por las que me llamaba con tanta insistencia, está sola y asustada, además quería compartir este momento especial para ella conmigo, y no sólo no conteste las llamadas y mensajes sino que también la dejé plantada, se suponía que hoy desayunaríamos juntos pero es poco más de medio día y hasta ahora me aparezco.

—Hudson...

—No quiero hablar, Adam, — no aparta la mirada de la pantalla, — no ahora, no es el momento ni el lugar para hacerlo.

Asiento y me quedo tras de ella sentado a su lado, en ningún momento se gira y se queda dándome la espalda. Gabrielle es compleja, temperamental y al parecer también soberbia; sé que cometí un error y no he manejado lo nuestro con mucha seriedad últimamente, pero no debería comportarse como una niña caprichosa... o tal vez el problema sea sólo yo y mi falta de paciencia y disposición para lidiar con todo lo que implica tener una relación.

Mientras se decide a hablarme aprovecho el tiempo para leer documentos del trabajo, no sé cuánto tiempo pasa pero detengo la lectura cuando siento el sillón moverse en el momento en que se levanta, guardo el teléfono, recojo las donas y el café para luego ir tras ella, se acerca a la estación de enfermería del piso, pregunta algo, luego da media vuelta y se marcha hacia el elevador.