30 Caos I

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30 Caos I

Tarareo la canción que suena en mi teléfono mientras termino de alisarme el cabello frente al espejo del baño. En el cuarto de al lado escucho a Gunner discutir con su abeja reina por hacer trampa mientras jugaban uno, en la habitación de al frente se escucha a Helena riendo como retrasada de los chistes malos que le cuenta Frank y en el piso de abajo escucho a Ryder tocando la batería junto a Maddox.

¿Y Savannah?

Bueno, Savannah ahora mismo está mirándome con ganas de matarme mientras devora una copa de helado de vainilla con galletas de chocolate.

— ¿Quieres llevarte esa cosa de aquí? Me vas a hacer vomitar.

Odio la vainilla y no es un capricho de niña mimada como creen muchos, no, mi problema con esa cosa es debido a que cuando tenía trece años el idiota de Jordan me intoxicó con un postre de vainilla que llevaba un mes en su refrigerador.

Ahora no solo le tengo fastidio a la vainilla sino también fobia a las agujas porque la intoxicación fue tan grave que estuve una semana hospitalizada y me convirtieron en un colador humano.

—Te miro como se me dé la gana. — Ruedo los ojos. — Yo me quería quedar a cenar con ellos, Gabrielle.

—Y yo te dije que tenía cosas que hacer aquí. — Utilizo la plancha como micrófono para unirme a la nota alta de Ozzy. — Además era solo chop suey, ya supéralo, si quieres te pido uno y ya.

—Pero nosotros queríamos ese chop suey que le ayudaste a preparar a Adam. — Me callo solo porque no quiero escuchar de nuevo sus quejas sobre como deje a mi sobrino con hambre. — ¿Desde cuándo un chico te habla y tu corres?

—No voy a hablar contigo sobre Kasch. — Termino con el cabello y empiezo a maquillarme. — Si corro o no cada vez que me llama no es tu problema.

Bufa y sigue comiendo como si no hubiera un mañana, me quedo viéndola a través del espejo y me detengo en su vientre abultado, es inevitable no pensar en Blake, así como es inevitable pensar en el hecho de que en unos meses tendré para el resto de la vida a un mini Thompson en mi familia y llamándome tía hasta el final de mis días.

—Seguro tuviste que pensar mucho para elegir ese disfraz ¿No? — Lo dice con maldad porque ella sabe que quien lo eligió fue Kasch y acepté solo para que pudiéramos combinar. — De ángel, seguro nadie se lo espera.

— ¿Puedo saber cuál es tu maldito problema con Kasch? — Dejo de aplicarme el rímel. — ¿Lo que quieres es que te admita que somos algo? Sí, lo somos, ¿Me gusta? Sí, me encanta, ¿Sé en lo que me estoy metiendo? Sí... no, no sé, pero no me importa, me gusta estar con él, me siento cómoda con él y si no te gusta no es mi problema.

—Este es mi problema. — Me señala de arriba abajo. — Que tú no eres esto. — Me doy vuelta y continúo maquillándome. — ¿Recuerdas la época en que vivías, morías y resucitabas por Adam Wittmore?

— ¿Qué rayos tiene... — Veo el reflejo de Kas en mi habitación. Savannah hija de su santa madre. — Hola, Jones. — El demonio que mi sobrino tiene por madre se marcha con su helado no sin antes sonreírme con superioridad y darle una mala mirada a mi novio. — Ya casi termino.

Voy a matar a Savannah.

¿Por qué? No hizo nada malo, solo dijo algo que todo el que te conoce sabe: Tienes un fuerte crush hacia Adam Wittmore y todo lo que provenga de él.

—Tu hermana es mi fan número uno. — Se para en el umbral de la puerta. — Así que el hermano de tu ex era tu crush.

Ella hace arder el mundo y me deja a mí ardiendo con él sin piedad.

El Hermano de mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora