El Hermano de mi Ex

8 Chica Vainilla

8 Chica vainilla

El ser humano es masoquista por naturaleza.

No le encuentro otra razón para estar escuchando música de Orange Rain mientras veo fotografías y vídeos que hice junto a Blake; mentiría si dijera que no duele, lo hace y mucho, borrar a una persona de tu historia no es fácil, aún más si ese ser dejó una huella tan profunda en ti, es demasiado complejo de superar si él fue, es y será siempre una parte trascendental en tu vida. Hacerme a la idea de que no lo volveré a ver, duele.

Y duele aún más por la forma en que nuestra historia terminó.

Ser la hija de quien soy siempre pesó, no faltaba la chica que se acerca a mí por el simple hecho de que mi mamá era alguien que aparecía en portadas de revistas y tenía acceso a las colecciones de las mejores marcas, no faltaban los que se acercaban por el simple hecho que mi papá es una especie de dios del rock y me daba entradas para los conciertos de la banda.

Ser la hija de Nikki y Victoria siempre pesó, luego del divorcio lo hizo aún más.

Pero con Blake nunca fue así, a él le gustó Gabrielle, no la hija de... y creo que eso fue lo que me gustó de él, que desde el primer día quiso conocerme a mí, no hubo preguntas sobre mi familia o lo maravillosa que debía ser mi vida teniéndolos a ellos.

¿Pero qué estás diciendo, Gabrielle?

¿Acaso piensas quedarte toda la vida aquí encerrada sobreviviendo a base de helado y llorando por el infiel de tu ex?,

Sé que prometí jamás llorar por un chico que no fuera mi papá o mi hermano, pero no puedo, ¡Fueron dos años! ¡Dos putos años de mi vida compartiendo junto a él risas y lágrimas entiéndeme un poco, por favor!

No, no puedo entenderte, en el mundo hay miles de millones de hombres, todos tienen el mismo paquete entre las piernas ¿Y tú te hechas a morir por el idiota de Blake?

Es que tú no entiendes...

¿Qué no entiendo? ¿Qué estas echando por la borda tu dignidad mientras lloras por un chico que no valoro todo lo que hiciste por él? Porque te recuerdo que tú te arrojaste al vacío por él, fuiste al infierno para rescatarlo, tú te tomaste el papel de su ángel de la guarda para salvarlo del caótico mundo en que vivía.

Mi debate interior llega a su fin con el sonido de fuertes golpes en la puerta, hago a un lado mi madriguera de mantas para ir a gritar al ser que se atrevió a interrumpirme a pesar de que fui muy clara cuando dije que no quería que nadie me molestara. –Dije que no quiero ver a nadie...

-Pues te jodes y a mi si me vas a escuchar. –Me da un empujón y entra sin ser invitada. -¿A caso tienes una rata muerta aquí? –Presiona su nariz mientras hace un gesto de asco. -¿Qué huele tan mal?

-Mi cuerpo descomponiéndose entre lágrimas y desamor. –La rubia destruye mi fortaleza al arrojarse sobre la cama sin ningún cuidado. -¿Qué haces aquí, Ariaelle?

-Llevas una semana sin responder mis llamadas. –Me acuesto a su lado y hago un ovillo nuevamente bajo la frazada de ponys de mi hermana. –Hay un humano cercano a ti que está muy preocupado por verte en este estado. –Se gira a verme y sonríe. –Ese humano me llamó y me dejó entrar a tu casa sin problema.

Voy a matar a Nikki.

-No sé qué te dijo pero no...

-Pero nada. –Pasa sobre mí y toma mi teléfono móvil. –Levántate. –Niego. –Dije que te levantes. –Me saca la manta. –La Gabrielle que conozco desde que usábamos pañales jamás lloraría por un chico. –Con una agilidad asombrosa abre el teléfono y le saca la pequeña tarjeta de la línea telefónica. –Regla número uno: no le atiendes las llamadas. –Me alarmo al verla tomar unas tijeras del escritorio de Abby. –Te llamará por dos motivos, para darte patéticas excusas sobre su "error" o porque está ebrio, se siente solo y mágicamente se dio cuenta de cuanto le importas.