29 Desintoxicación

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29 Desintoxicación

Imagine Dragons suena a un volumen moderado por la habitación mientras hago mi desintoxicación anual, lo que en resumidas cuentas es mi espíritu de limpieza tomando el control y haciéndome limpiar todo para deshacerme de toda esa basura que acumulo, y de cada una de esas cosas que me niego a sacar porque siempre le encuentro un valor sentimental o material.

Esto sucede una vez cada mil años y hay que aprovechar.

Le saco la tapa al marcador utilizando los dientes y escribo un gigante letrero con la palabra "ROPA" en la bolsa con el producto de la desintoxicación de mi armario, repito el proceso pero ahora con los zapatos que ya no uso y se encuentran en perfecto estado.

—Gabe. — Miro hacia la puerta y encuentro a Kasch intentando abrirse camino en aglomeración de cajas y bolsas. — ¿Te mudas y no me avisaste?

—No, solo me conecto con mi verdadero yo y me deshago de lo que no me deja fluir. — Mira dentro de la caja que contiene cosas que Al Capone ya no usa y que llevare a un refugio animal para donarlo. — Mi mamá dice que acumular más de lo necesario atrae energías negativas. — Me meto bajo la cama y saco las cestas que tengo para guardar cosas que me da flojera poner en su sitio. — Y justo ahora quiero liberarme de todo eso que no me deja avanzar.

Le arrojo un par de muñecos de goma que alguna vez le compré a mi gato (porque soy antojada y todo lo que veo para él me enamora y se lo compro así sepa que nunca lo va a usar).

Ahora que lo pienso Al Capone está muy mal acostumbrado y todo es mi culpa.

— ¿Y funciona? — Se sienta al borde la cama para ayudarme a sacar las canastas porque mis escuálidas fuerzas no dan para tanto. — ¿Qué es esto?

—Te juro que funciona, por lo menos a mí me funciona. — Me acerco a ver lo que ha captado su atención. — ¡Oh por Dios! — Le arrebato el álbum artesanal hecho con cartulinas negras y decorado diversos mensajes acompañados de dibujos. — Creí que Savannah lo había tirado la última vez que arregló mi cuarto.

Reconozco la caligrafía pequeña y delicada de Jordan en la primera página junto a un dibujo tipo caricatura de mi rostro. Paso suavemente los dedos por la obra de arte que hizo para mí y que dejó en mi puerta antes de irse sin despedirse.

— ¿Quién es Jordan?

—Mi ex novio y mejor amigo. — Paso la página y encuentro la fotografía que nos tomó mi papá en el patio de mi abuela, probablemente teníamos diez años y yo lo estaba utilizando como saco de boxeo. Paso a la siguiente foto de nosotros dos en su cumpleaños. — Ese chico es probablemente el primero que me vio como chica y el primero que se enamoró de mí y de mi salvajismo.

— ¿Y yo?

—Tú eres diferente, tú me conoces en mi versión femenina, el chico en la foto me soportó a pesar de ser víctima de mis golpes y mis travesuras.

Paso una a una las páginas deteniéndome a ver cada imagen, cada dibujo y cada mensaje que Jordan dejo para mí, la foto que cierra la colección es la primera que nos tomamos como novios, él está parado junto a mí con su brazo sobre mis hombros y yo abrazando su cintura.

¿El problema? No, no es la foto, bueno sí, en parte lo es, pero más allá de eso es el motivo tras la imagen y el ser que nos acompaña: Adam.

— ¿Ese es el hermano de Aria? — Cierro el álbum y lo regreso al fondo de la cesta. — ¿Él conoce a tu exnovio?

—No solo lo conoce, es su hermano mayor.

¿Jordan sabía que su hermano me gustaba? No.

¿Jordan se enteró de la peor manera posible de mi obsesión por Adam? Sí.

El Hermano de mi ExWhere stories live. Discover now