· 48 ·

289 44 2
                                    

[Haneul]

Desperté la mañana del uno de septiembre desnuda en una cama, acompañada de un hombre al que, seguramente, no volvería a ver jamás.

Namjoon dormía plácidamente, bocabajo, dejándome ver la gigante cicatriz que todavía llevaba, y que llevaría para siempre. 

Había descubierto que a Namjoon le gustaba que le acariciara la espalda, siempre con cuidado. Las yemas de mis dedos rozaron la amplia marca, relajándolo y a la vez, estimulándolo para que se despertara.

-Me encanta cuando haces eso...

Funcionó.

-Ya lo sé, esa es la única razón por la que lo hago. Todavía es temprano, vayamos a ver el amanecer.

-Bien.

Rápidamente os vestimos y desayunamos, cogimos el coche y Nam condujo hasta una montaña a las afueras de Seúl. 

Todo se veía precioso desde aquí, la ciudad se estaba despertando. Las luces de los apartamentos se comenzaban a encender, y  la gente salía de sus casas con dirección a su trabajo. Los niños se quejaban a sus padres porque hoy no querían ir al colegio, y otros afortunados simplemente se quedaban durmiendo hasta que sus ojos se abrieran por la luz que entraba por sus ventanas. 

-Haneul, en cualquier momento...

-En cualquier momento puedes irte, ya lo sé. He intentado prepararme para ello, pero no he podido. Incluso cuando te vayas, voy a seguir pensando que estás aquí. 

Estuvimos mirando al horizonte hasta que el sol comenzó a parecer por detrás de los edificios.

-Es precioso... - susurró. 

-Sí, es precioso... 

Me giré para poder mirarlo, y la realidad me cayó como un balde de agua fría. Estaba, desapareciendo, pequeños chachitos se iban con el viento. Literalmente, se estaba desintegrando. Dejando que su ser se esparciesen en el aire.

Sabiendo lo que se venía, rompí a llorar.

-No, por favor, no... - agarré su cara en mis manos, notando como lentamente se iba. - Todavía es muy pronto, por favor, no puedes irte ahora.

-Haneul... - acarició mi mejilla - la vida contigo, ha sido perfecta.

-No digas eso, parece que te estás despidiendo. - Por mucho que quisiera parar de llorar, mis lágrimas corrían libremente por mis mejillas. - Todavía tenemos que hacer muchas cosas.

-Cada minuto a tu lado me a llenado de alegría, sino hubiera sido porque te he conocido, me habría perdido muchas cosas maravillosas. He estado tanto tiempo esperando a algo, alguien que cambiara mi forma de verlo todo, y llegaste tú y rompiste todos mis esquemas. 

-Todavía tenemos que... que... que tener hijos, imagínatelo, una niña o un niño con el pelo morado durmiendo entre nosotros. 

-Jung Haneul, ahora tienes que dejarme ir. Si supieras todas las cosas que causas en mí... Estoy tan enamorado de ti, que aunque pasen las años, los siglos e incluso los milenios, te seguiré amando justo como lo hago ahora.

-Por favor, no. No. No. Por favor...

-Voy a recordarte así, hermosa, fuerte, sensible, cariñosa... Eres tenaz, sé que puedes superar esto, sé que eres capaz de pasar página; y estoy seguro de que lo harás. 

-Kim Namjoon, no te atrevas a dejarme.

-Recuerda, somos almas gemelas, y eso significa que tú eres yo, y que yo soy tú. Por eso siempre tendrás un pedazo de mí contigo. Te estoy diciendo, ahora mismo, en este instante, que te amo con locura y devoción, y que nada en el universo podrá sacarte de mi corazón. Te estoy diciendo que, los dioses también aman...

LOS DIOSES TAMBIÉN AMAN » KIM NAMJOON «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora