· 22 ·

368 34 1
                                    

[Namjoon]

Se acercó a mi oído y dijo - Yo solo hago el amor. - dejó un leve beso en mi cuello y me miró desafiante.

-Te arrepentirás de haber dicho eso...

Acto seguido, agarré a Haneul de una pierna y la puse sobre mi regazo. Coloqué los mechones de su pelo que se habían salido de su lugar al ponerla sobre mí. Mis manos subieron hasta la parte trasera de su cabeza e hice que se inclinara para que pudiera dejarle un suave y casto beso en la frente.

-Creo que me enamoré de ti a primera vista... - solté en un susurro casi inaudible.

Mis manos bajaron de su cabeza hasta su cintura. Se quedaron ahí unos instantes  hasta que se colaron por la camiseta y acariciaron las espalda de Haneul mientras escondía mi nariz en su cuello aspirando profundamente su aroma. Un excitante jadeo salió de los labios de Haneul, que hizo que echara su cabeza hacia atrás.

Volví a bajar ambas manos hasta el borde de su camiseta y empezar a jugar con este mientras mis labios se divertían dando besos húmedos en su cuello y alguna que otra marca que mañana sería terriblemente notoria.

-Namjoon. - un gemido resonó entre las tres paredes y un cristal de mi habitación acompañado de un notorio jadeo al terminar de articular las letras que formaban mi nombre.

Posé suavemente su cuerpo sobre el colchón, viendo como se retorcía de placer antes mis toques. Me puse sobre ella cargando la mayoría de mi peso sobre mis antebrazos. Por fin logré quitarle su camiseta dejándome a la vista un maravilloso abdomen con varios lunares repartidos por su cuerpo, y también dejándola solo en brasier.

Me acerqué otra vez a besarla, para seguir por la fina línea de su mandíbula y llegar al lóbulo de su oreja que lamí con empeño. Las manos de Haneul se movían impacientes sobre mi camiseta. Entendiendo lo que querían hacer, puse mis rodillas a ambos lados de su cadera, permitiéndome levantarme y quitarme la camiseta cómodamente.

Después de lanzar mi camiseta al suelo me encontré con la mirada nerviosa de Haneul que no dejaba de apuntar a mis abdominales.

-¿Te gusta lo que ves? - pregunté gateando hasta ella, quedando justo frente a ella, intimidándola hasta ponerla roja y conseguir que apoyara su cabeza contra en colchón.

-Creo que sí...

-¿Crees?

-Sí...

Junté sus labios con los míos en, ahora sí, un beso apasionado y fogoso. Haneul empezó a acariciar mi espalda y el miedo me invadió, no quería que la tocara, pues si lo hacía puede que muriera de dolor. Todo eso terminó haciendo que rompiera el beso y me quedara sentado.

-¿Qué pasa? - preguntó con confusión.

-Mi... cicatriz...

-Ey... tranquilo...

Haneul se colocó detrás de mí y me estremecí cuando noté su dedo tocar el borde de esa maraca horrible en mi espalda. Lo que fue más sorprendente aún fue cuando comenzó a dejar besos suaves y dulces a lo largo de la marca. Y me sorprendí aún más cuando no me dolió en absoluto. Los besos terminaron en mi cuello, tras mi oreja, y por último en mis labios.

La agarré con fuerza de la cintura y la tiré de vuelta a la cama, dándome ventaja y dejando que me colocara encima.

-Eres muy especial, créeme... - dije.

La besé, y la besé una y otra vez sin descanso. Su cuello, sus labios, sus piernas, su mandíbula, sus clavículas, su abdomen, todo era apetecible ante mi sentido de la lujuria y pedía más, todo yo quería más de ella, o más bien lo quería todo de ella. El único sonido que se oía en todo el piso era el de nuestros labios chocando y graves y no tan graves jadeos saliendo de ambos.

RING RING

Y el momento caliente, erótico pero que no dejaba de ser romántico se jodió cuando el teléfono de Haneul empezó a sonar. Lo cogió y conseguí leer el nombre de Yoonmin. Apagó el teléfono ignorando a su amiga y me volvió a mirar a mí. Ambos seguimos con lo que estábamos haciendo hasta que el teléfono volvió a sonar. Esta vez Haneul cogió el teléfono pensando que sería lo suficientemente importante como para llamar dos veces seguidas.

-Yoonmin, ¿qué pasa?

-Jackson y yo hemos discutido. Tienes que venir, por favor...

-Yoonmin, cálmate.

-Creo que quiere dejarme.

Haneul colgó y se levantó y se puso de nuevo su camiseta. Me dio un beso en la frente. Me explicó lo que había pasado y que su amiga la necesitaba. Lo entendí a la perfección y la llevé hasta su dormitorio. Le di un casto beso en los labios y recordándole que teníamos algo pendiente.

LOS DIOSES TAMBIÉN AMAN » KIM NAMJOON «Where stories live. Discover now