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[Namjoon]

No es que sea un adicto al sexo, un pervertido o un depravado. Pero, Haneul sabía como provocarme. Sabía que estaba teniendo un dilema en mi cabeza solo porque esa caja estaba a la derecha de la pizza que estábamos comiendo tumbados en mi cama mientas veíamos una película romántica de esas que le gustan a Haneul.

Flashback:

Después de estar dándonos besos durante varios minutos decidí que debíamos irnos. Arranqué el motor y puse rumbo a mi casa. Pero a mitad de camino Haneul vio algo que llamó su atención.

-Joonie, ¿podemos parar en la farmacia?

-Claro, ¿por qué?

-Se me han acabado las pastillas que regulan mi pulso. No quiero desmayarme otra vez, así que necesito comprarlas.

-Oh...

-Y también voy por condones.

-¿Qué?

Haneul abrió la puerta y bajó del coche. Fue hasta la farmacia dando saltitos como una niña pequeña e inocente, pero era completamente contradictorio teniendo en cuenta lo que tiene intención de comprar. Volvió con la bolsa en la mano, y yo me quedé mirándola como si hubiera visto un fantasma.

-¿Qué te pasa? - preguntó - ¿Nunca has visto una caja de condones?

-...

-No me mires así, no quiero quedarme embarazada, al menos no ahora.

-Eh...

-¿Por qué no vamos por una pizza?

Fin del flashback


Y así es como hemos acabado comiendo pizza en mi cómoda cama y viendo una película. Haneul estaba super-tranquila. Pero yo estaba tirándome de los pelos (no literalmente) porque había una caja de condones en la mesilla al lado de mi cama y porque Haneul tenía una mano peligrosamente apoyada en la parte superior de mi muslo.

-Sé lo que estás intentando hacer... Y te está funcionando. - dije cambiando mi atención a ella.

-¿De qué hablas? Yo no estoy intentando hacer nada?

-Me estás provocando.

-No te provoco.

-Sí lo haces.

-No.

-Sí.

-No

-¡Sí!

-¡No!

Preferí callar antes de empezar a discutir por algo absurdo. Deslicé mis manos por mi abdomen, agarré el borde de mi camiseta y me la quité lanzándola al suelo.

-¿Qué haces? - preguntó asustada.

-Ahorrarte trabajo.

Cogí la caja de pizza en la que quedaba solo un trozo y migajas y la arrojé al suelo. Apagué la televisión.

-Ey, quería ver eso. - se quejó.

-Tú misma te lo has buscado.

Agarré su muslo y tiré de él para hacerla caer en la cama boca arriba conmigo sobre ella. Tenía por seguro que Haneul sabía lo que iba a pasar, lo teníamos pendiente. Atrapé sus labios entre los míos. Hace menos de dos horas me dijo que mis labios sabían a fresesa con chocolate, pero yo no le dije a ella que los suyos sabían a vainilla y cava (para los que no sepáis qué es el cava es una bebida típica española parecida al champán que se suele beber en Navidad). Deslicé mis dedos por sus brazos hasta llegar a sus manos, manos cuales subía hasta posarlas por encima de su cabeza dejándola así sin la opción de moverse.

En cuanto se dio cuenta de lo que estaba haciendo se apartó rompiendo el beso y dejándome con ganas de más.

-Déjame tocarte... - susurró intentado soltarse de mi agarré.

-No me gusta que me toquen, mi cicatriz...

-No tocaré tu cicatriz... Puedo apañarme con el resto.

-Está bien...

Poco a poco fui soltando sus muñecas, las cuales habían quedado un poco rojas tras haber aplicado mi fuerza sobre ellas. Arrastó sus dedos desde mi "V", pasando por mis abdominales, rozando mis pectorales, acariciando mis labios y peinando mi pelo hasta quedan enredados en mi cuello.

-¿Por qué no dejas que toque tu cicatriz? - soltó en un susurro.

-Porque hay heridas que no sanan nunca...

Haneul cayó en un silencio cuando luchaba por retener las lágrimas en sus ojos, cosa que no consiguió. Estaba llorando, sollozando silenciosamente. Tiró de mi cuello para poder abrazarme y llorar contra mi hombro.

-¿Quién te hizo eso?

-Ya no importa, está en el pasado...

Después de limpiar sus lágrimas con mis pulgares, agarré su cintura haciendo que se sentara sobre mi regazo. Necesitaba que se calmara, no podía verla sufriendo. Agarré el bodre de su camiseta y se la quité cuidadosamente lanzándola a cualquier parte de la habitación y volver a fijar mi atención en ella. Delineé su mandíbula con mi nariz, notando como se estremecía bajo mi tacto. Escondí mi cara en su cuello, aspirando profundamente su aroma, dejando que me poseyera la lujuria y el deseo.

Dejando salir al Namjoon que había estado toda la eternidad escondiendo y que solo Haneul conocería.


LOS DIOSES TAMBIÉN AMAN » KIM NAMJOON «Where stories live. Discover now