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[Haneul]

Habíamos decidido ir a la playa bastante tarde, y aún cuando estaba atardeciendo había mucha gente. Namjoon quería darse un baño, yo decidí esperar. 

Recostada en una hamaca observé a mi dios salir del agua. El agua chocando contra sus piernas, y las gotas de agua resbalando por sus perfectos pectorales y abdominales. Con sus grandes y venosas manos se peinó su pelo morado hacia atrás, y aún habiendo hecho eso algún que otro mechón caía por su frente. 

-¿Por qué no vienes? El agua no está fría. 

-Voy enseguida. 

Me levanté e intenté quitarme la camiseta, pero la muy puta había encogido la última vez que la lavé, no podía quitármela. Joder, ¿por qué tiene que pasarme esto a mí? Y además en público.

-Joonie... ayúdame, por favor. 

-¿Qué pasa?

-No puedo quitarme la camiseta... Por favor... 

Oí su risita por lo bajo. Intentó quitar mi camiseta varias veces, pero era demasiado apretada y no podía.

-Haneul, no te enfades.

-¿Porqué me enfadaría?

-Por esto.

Namjoon cogió ambos extremos de mi camisa y la rasgó hasta tal punto que pudo quitármela. 

-Ya está, problema resuelto. - me cogió en brazos y me elevó. - Vamos.

Me llevó hasta el mar y me tiró al agua. 

-¡KIM NAMJOON! Vas a pagar por eso. 

Comenzamos a perseguirnos por la orilla del mar, riendo como niños pequeños, riendo como personas felices. Era feliz, era feliz con él, muy muy muy muy feliz. Tanta es la felicidad que me causa, que es aterrador lo que sentiré cuando se vaya. 

De tanto que nos reíamos Namjoon terminó cayendo sobre mí en la arena.

-¿Deberíamos convertir esto en una película?

Agarré su nuca entre mis manos y lo acerqué cayendo en sus labios, en sus dulces labios. Una ola pasó sobre nosotros, mojándonos más, pero poco nos importaba, pues seguimos besándonos a pesar de que la gente ya empezaba a mirar con curiosidad. 

-¿Por qué no volvemos al hotel? - me preguntó separándose de mis labios. 

-Está bien.

(...) 

Los dos estábamos sobre la cama, con aún los trajes de baño puestos. Los besos de Namjoon eran matadores, te dejaban sin aliento ni consciencia. Esas mordidas en mi cuello me hacían enloquecer. 

Recorrió con la punta de su nariz todo mi cuerpo, desde mi cuello hasta que llegó a mis pies, donde se quedó con la cabeza y la mirada bajas.

Me levanté de la cama.

-¿Namjoon? ¿Qué haces?

-Así es como me tienes Jung Haneul, me tienes rendido tus pies. 

-...

-Cuanto más lo pienso más sentido tiene. He estado toda la eternidad esperando algo, deseando sentir amor, odio, tristeza o cualquier sentimiento humano. Y después... te miré a los ojos por primera vez y mi corazón dio tal vuelco que pensé que iba a dejar de respirar. 

-...

-Por eso te digo, estoy rendido ante ti. Puedes pedirme cualquier cosa, puedes hacerme cualquier cosa o puedes decirme cualquier cosa, incluso mataría por ti... Lo que quiero decir es... es...

-Ya sé lo que quieres decir, y yo también te amo, muchísimo, muchísimo. 

-Es bueno que lo sepas. Porque ahora...

Namjoon me tomó de las caderas y me giró, quedándome boca abajo. Besó a lo largo de mi espalda hasta llegar al nudo de mi bañador, y con los dientes lo deshizo. Me volvió a girar, dispuesto a atacar primero, pero...

-Alto ahí vaquero, - cogí un preservativo de esos tantos que Namjoon había traído. - no quiero un hijo. 

(...)

La ropa en el suelo y los gemidos en el aire. La candente sensación se esparcía por toda la habitación.  

-Jung Haneul. - su gemido ronco ensordeció mis oídos. 

-Por favor, hazlo ya.

Los besos cesaron, y la sensación placentera de Namjoon entrando en mí me invadió por completo. Mis gemidos fueron cayados por el suave roce de los labios de Namjoon contra los míos. 

Ese sentimiento, golpeándome el pecho, haciéndome perder los estribos, y la sensación de ser amado, iba a extrañarla. 

Comenzó a moverse lentamente, como siempre, siendo cuidadoso. Los besos y las marcas que dejaba en mi cuello me volvían loca. Me agarré con firmeza a sus hombros a medida que subía el ritmo de sus embestidas. Solté un grito agudo cuando finalmente dio con el punto justo.

-Lo encontré. - susurró sonriendo. 

Esa noche, lo hicimos tantas veces, nos amamos de mil maneras distintas. 

Y nos amaríamos de otras mil formas más.


LOS DIOSES TAMBIÉN AMAN » KIM NAMJOON «Where stories live. Discover now