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[Namjoon]

¿Cómo demonios podía saber Haneul que soy un dios? 

Ella no debía saberlo, era imposible que lo supiera. Yo no se lo he dicho, y es muy improbable que lo haya descubierto ella sola. 

Anoche Haneul estaba tan borracha, que tuve que llevármela a casa antes de que matara a alguien. Ella durmió plácidamente, pero yo me estaba taladrando la cabeza intentando averiguar como demonios sabe ella lo que soy. 

Haneul empezó a removerse entre las sábanas blancas. Se movió hacia mí y me abrazó por el torso, apoyando su cabeza en mi pecho. 

-Siento que me va a explotar la cabeza.

-Eso te pasa por emborracharte. - golpeé su frente con el dedo índice. - ¿Recuerdas algo de lo que pasó ayer?

-Sí, estuvimos hablando en el bar y te dije un montón de cosas vergonzosas como que me quería casar contigo, y después me llevaste a casa.

-¿Nada más?

-No... 

-¿Segura?

-Sí. Oye, ¿no me estarás ocultando algo, verdad?

-Claro que no.

Haneul parecía no saber nada, eso era un alivio. Entonces, ¿por qué había dicho? Es como si alguien la estuviera controlando...

¡MALDITO VIEJO!

Sé que había sido el viejo, el muy idiota. ¿Cómo se le ocurre hacerme eso? No podía meterse en la vida que llevo aquí, cuando me dejó bajar me prometió que no haría nada. A excepción de cuando hizo que Haneul despertara, eso queda a parte. 

-Haneul, vamos, te llevaré a la universidad. 

-¿Qué? ¿Por qué? Quiero quedarme contigo.

-Tengo que hacer una cosa, después iré a recogerte e iremos al cine, ¿qué te parece?

-Vale, pero no tardes mucho.

Haneul se incorporó y me dio un piquito en los labios, y luego otro, y otro, y otro, y así hasta acabar besándonos de forma hambrienta. 

-Namjoon...

-¿Sí? - mis besos bajaron ahora a su cuello.

-Dijiste que tenías algo que hacer.

-Cierto. 

(...)

De nuevo en el lugar donde todo es blanco y los únicos habitantes son almas. 

De nuevo en el paraíso.

Ya me daba igual si no me dejaban entrar, debía hablar con el viejo. Entré en la habitación y el hombre sentado en el trono me recibió con cara de pasividad.

-Namjoon, ¿no te quedan ocho meses?

-Sí, pero quiero saber algo. - dije haciéndome el sueco. - ¿Cómo es que mi novia, a la que nunca le he hablado sobre esto, una noche me dice que no le importa que me vaya, aunque sea un dios?

-...

-Pero, lo más gracioso es que esta mañana le he preguntado y, no sabía nada. Tú no tendrás nada que ver con eso, ¿verdad?

-Si ya sabes que fui yo, ¿para qué vienes y me lo preguntas haciéndome perder el tiempo?

-¿Perder el tiempo, tú? Oh vamos no te quejes, que queda todo el tiempo del mundo, literalmente. Solo vengo a preguntar. ¿¡POR QUÉ!?

-Namjoon, no me voy a arriesgar a que te enamores más de ella. Al final, vas a volver, pero volverás con el corazón roto.

-¿Crees que yo no pienso en eso? Estoy constantemente mirando el calendario, contando los días que faltan para que me vaya, contando los días que me quedan con ella. Yo mismo me arriesgué al comenzar algo con ella. Pero si no lo hubiera hecho, si hubiera vuelto habiendo desaprovechado la oportunidad de estar con Haneul, habría sido mucho pero de lo que volveré después de haberme enamorado. 

-Namjoon...

-Ya sé que tengo que volver, créeme, lo sé muy bien. Así que, por favor, déjame disfrutar. 

-Seguiré haciéndolo.

-Entonces yo mismo le diré lo que soy, le diré que so un dios.

-Namjoon, no puedes hacer eso. Está prohibido.

-Me da igual. Al fin y al cabo muchas cosas son mentira, supuestamente los dioses no nos enamoramos, pero yo soy la viva prueba de que eso no es verdad. Así que se lo diré, confía en mí, no se lo dirá a nadie.

-¿Cómo sabes eso?

-Porque ella jamás me traicionaría.

-Namjoon, no lo hagas.

Haneul tenía que saberlo. Sino, después de mi partida me buscaría por el mundo entero si hiciera falta. Un humano no desaparece sin más de la faz de la Tierra, un dios sí. 

No sabía las consecuencias que conllevarían decírselo a Haneul, pero lo haría. Tenía suficientes pruebas para hacerle creerlo. El día del incidente con ese tipo, mi cicatriz, mi pelo morado e incluso la razón por la que está recuperándose tan rápido de su enfermedad. 

No puedo seguir mintiéndole. 

Y, así, al final de su vida, nos volveremos a encontrar.

LOS DIOSES TAMBIÉN AMAN » KIM NAMJOON «Where stories live. Discover now