Me gusta demasiado tener a mi pequeño sobrino y a mi pareja junto a mí, aunque a veces creo que es muy rápido, que todo va demasiado deprisa como para poder controlar lo que quiero, pienso o hago.

Y mi loba hace la ilusión de su cachorro, de imagina viviendo con Jungkook, teniendo sus hijos y todo es confuso y su imaginación va por la nubes y debo estar aclarándole constantemente que Ansel es nuestro sobrino, tiene sus padres y aunque pase mucho tiempo conmigo, sigue siendo lo que es, mi sobrino y la adopción ni familia adoptiva está en los planes, ni hoy ni nunca.

Llaman a la puerta del baño y casi al instante, invito a pasar a Ansel, pues su aroma llega desde la puerta, el lobezno entra, completamente feliz y sonriente.

—¿Cómo es la escuela, Noona? —  su pregunta enfría mi buen humor, nunca he estado en una escuela, todo lo que sé lo he ido aprendiendo a lo largo de los años en el bosque, no sé nada de ciencia, tecnología ni cosas que aparentemente son importantes para el día a día, solo sé de supervivencia.

Nuestra aldea no era moderna, las pequeñas clases que recibíamos era para aprender lo necesario, lenguajes, modales, matemáticas y ese tipo de cosas y eso era a través de alguna maestra que salió a la ciudad para mezclarse con humanos y dar clases a una pequeña cantidad a lobeznos en algún Prado tranquilo lejos del bullicio de la aldea.

—No lo sé enano, nunca he ido a la escuela.— Ansel salta en su lugar, justo antes de agarrar su cepillo. — Al menos no a una como la que tiene esta aldea.

—Lo siento Noona, se me había olvidado... — parece arrepentido de algo que no entiendo, le miro por el espejo y cuando he terminado de hacerme mi coleta cojo el cepillo que él no ha cogido aún, mientras lo ayudo a subir a su banquillo para ayudarlo en la altura, en su baño también hay uno, pero sus cosas están acá, le gusta que le peine y estar compartiendo conmigo y el Alfa en todo lo que puede.

—No hay problema con ello, incluso a mí se me olvida a veces. — me mira a través del espejo y mientras comienzo a peinarle le sonrío. —Llevo aquí ya varios meses y todo se me hace tan conocido y familiar que es como si me hubiese criado aquí. 

—¿De verdad? —  Ansel parece muy emocionado, no puedo quitar la sonrisa de mi rostro cuando asiento con la cabeza.

—Los Alfas me recibieron y me ayudaron como si fuesen mis hermanos y tú, pequeñajo, robaste mi corazón el día en que te encontré. — sus ojos brillan de una forma tan especial que siento mi corazón mucho más cálido. —De hecho, ese día fue mi primer dia en la aldea, yo acababa de llegar esa mañana. — Ansel me mira asombrado y cuando veo que ya he terminado de peinarle dejo el cepillo en su lugar y le doy un leve abrazo al omega, que me devuelve enseguida. — Además los tengo a todos ustedes y fuiste la iniciación del encuentro con mi familia. — esto último lo susurro en su oído solo para él.

(...)

Al salir de casa, nuestra familia nos espera fuera, Ansel corre a los brazos de sus padres quienes lo reciben con los brazos abiertos y luego a sus abuelos, hasta MinHo a venido y viene acompañado por su pareja, quien es un gran beta, un poco más alto que él, pero bastante atractivo y su olor a toronja, ese olor cítrico combina bastante bien con su aroma a chocolate.

El echo de que sea hombre no me afecta ni me molesta en nada, puedo ver cómo hacen un hermosa pareja, Chou es un poco mayor que MinHo, pero el ser un poco maduro le sienta bien a mi hermanito, veo como el mayor le tiene amor, aprecio y saber soportarlo en sus malas, así como calmarlo, me cae bastante bien y a mi loba también.

Todos parecen amarlo, hasta el pequeño Ansel, Chou es alto, flaco, pero musculoso, sus ojos son de un verde esmeralda brillante, así como hermoso, su cabello castaño tiene ondas y es algo largo, pero le queda bien con su rostro perfilado y la pequeña coleta que se hace en la parte superior hace que su rostro tenga más ángulos, se ve completamente serio, pero una vez que le conoces es todo lo contrario, tiene una gran sonrisa que hace de una de sus mejillas un pequeño huequito y puedo ver cómo cuida de MinHo, sin apartar la mirada o las manos de él y me doy cuenta rápidamente que Chou es el mate de mi hermano.

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