Capítulo 24

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Luego de la ceremonia, entré al edificio plateado de cuatro pisos, muy ancho, ocupando una cuadra entera.

Saludé con una cabezadita a varias personas en la recepción y el pasillo mientras me abrí paso hasta la oficina de Fox. Tenía mamparas de cristal, un gran escritorio, silla giratoria negra y un librero a un costado. Al otro extremo del lugar había una mesa de reuniones para ocho puestos. Al entrar me invitó a pasar a la mesa grande.

― ¿Se encuentra mejor, agente Williams? —Fox me extendió una taza de café. Ocupé una silla del costado y él la cabecera. Teníamos suficiente iluminación natural por la mampara hacia el verde campo— No tuve oportunidad de saludarla hace un rato en el funeral, la vi muy afectada.

― Estaré bien con los días.

― Entiendo que ha de resultar muy duro para usted —entrelazó sus dedos sobre la mesa.

― Ahorremos las condolencias, tenemos asuntos pendientes —crucé los brazos y mantuve las gafas oscuras sobre mis ojos.

― Sí, debemos conversar de varios puntos.

― Pues hable de una vez —no probé aquel café. Me limité a observar a Fox, atenta a lo que me diría.

― Hizo un excelente trabajo durante la misión y eso será muy bien recompensado. Me gusta que siga su instinto a pesar de que le de órdenes contrarias, aunque puede verse como un problema, me doy cuenta que precisamente por eso es una de las mejores.

― No hacen faltan los halagos. Por favor, prosiga.

― Puede que ya no haya peligro de bomba, que hayan eliminado a mucha de la gente de la organización, pero esto no ha acabado y tal vez nunca lo hará. La mafia de Sicilia es muy compleja, grande y más que nada tiene muchos socios. El agente Storm y usted lograron contenerla y acorralarla, el audio que grabaron, ahora nos da una pista de su siguiente ataque. Cumplieron con su deber hasta el final, incluyendo al agente Lark que fue una pieza importantísima y sin él no lo hubiesen logrado.

― Estoy de acuerdo.

― Bueno —suspiró—, no sé si alguna vez el agente Storm le habrá comentado sobre una de sus primeras asignaciones.

― Buscar a un infiltrado de «El Sol» en la agencia, si es que a eso se refiere.

― Exactamente. Él también tenía esa sangre rebelde como usted y continuó con el caso de «El Sol» a pesar de los riesgos que eso conllevaba.

― Era de esperarse, ¿no lo cree?

― Aún así, jamás pensamos que lo atraparían de tal forma: amenazándolo con un familiar cercano —arrugué levemente la frente, preguntándome o más bien enterándome que la agencia estaba al tanto—. Nunca nos aproximamos tanto a la organización como en aquella ocasión, así que después de tantos años, vimos en aquel momento una gran oportunidad.

― No puede ser que Storm haya sido el único infiltrado, ¿qué hay de los demás?, ¿por qué no evitarlo y solo salvar a su prima?

― Es cierto, agente Williams, hubiera sido el camino tal vez más corto, pero en las diferentes infiltraciones nuestros agentes han conseguido información de formas sutiles y otras... —se le perdió la mirada ante los recuerdos— no tan cordiales.

Se refería a los crudos interrogatorios que a veces se llevaban a cabo. Infringir tortura en los mafiosos era otra de las formas para hacerlos hablar, si es que no se suicidaban antes.

― Estábamos en una encrucijada —prosiguió Fox—, después de todo, la organización obtuvo una vía de acceso a nuestros secretos, y si él iba a ceder por salvarle la vida, al menos hasta lograr rescatarla, definitivamente él nos serviría igual. Al final del día, nosotros estábamos dispuestos a seguir respaldándolo. Son decisiones complejas de tomar, no se hizo nada a la ligera. El agente Storm fue esa gran oportunidad que estábamos buscando para respirarle sobre el cuello a esos tipos, fue una pieza clave en este caso, y aunque no llegamos a la cabecilla mayor, sí nos aproximamos muchísimo a los más altos rangos, eliminando, gracias a ustedes, a Stevens y McGregor.

― Ya veo, por eso fue tan importante que él se infiltrara —afirmé, descubriendo que había sido todo parte de un inmenso plan.

― Exactamente. Él nos prestó sus servicios, mientras trabajaba para la mafia, y asimismo debió probar su fidelidad a esa organización, dando información nuestra. Se encontró en un dilema complicado que logró manejar bien durante un par de años, y para nosotros fue muy difícil, porque su prima seguía en manos de aquella gente, no capturada, pero sí en extremo vigilada. En las últimas semanas todo tomó un giro distinto, porque la muchacha había sido tomada como rehén. Finalmente, nuestra pesadilla se hacía realidad. Él se enteró apenas unas horas antes.

― ¿Por qué no le avisaron con más anticipación?

― El agente Storm debía mantenerse calmado y frío ante lo que se avecinaba, así que optamos por ocultarle esa información hasta que inevitablemente se enteró.

― ¿Durante cuánto tiempo tuvieron capturada a Milenka?

― Aproximadamente tres semanas, pero nada fue en vano.

― ¿Qué quiere decir? —insistí.

― Logramos salvarla justo el día de la bomba.

― ¿Está viva?

― Y refugiada. Sufrió de heridas y desnutrición, pero estará muy bien. En estos momentos se recupera satisfactoriamente.

― ¿Podría verla, señor?

― No es lo más conveniente. Incluso usted corre peligro aún. Le recomiendo unas prudentes vacaciones, la agencia cubrirá los gastos, desde luego.

― Un momento, ¿y por qué dio una orden de captura para Bruce, Bryan y yo?

― Corrían un severo riesgo y fue mi manera de intentar traerlos de vuelta, claro, yo ignoraba en ese momento que la bomba había sido activada. Hubo una total confusión de órdenes, ya que el General Lovegood tomó parte del caso en aquellas horas y...

― ¿Se armó un tremendo caos en la oficina de mando? —dije inquisitiva.

― Bastante, sí —suspiró—. Fue una extenuante misión, agente Williams, pero supo mantenerse a la altura todo el tiempo.

― Y cuando Bryan pasó a formar parte de «El Sol», ¿todos estaban conscientes del posible final de esto?

― Él más que nadie. Fue muy firme en todo momento y estaba dispuesto a lo que sea con tal de salvar a su prima.

― No tuvo otra opción... —susurré.

― Trabajó muy duro y le brindó a la agencia información en extremo importante. Todo lo que hizo lo valoramos mucho y siempre, siempre —enfatizó— será tomado en cuenta por eso.

― Creo que le tomaré la palabra, Fox. Debo alejarme un tiempo.

― Me parece que es lo mejor.

Mis cicatricesWhere stories live. Discover now