Sangre Azul(Completa)

Capitulo cincuenta y tres

—No lo comprendo. Vuelves al pueblo, me interrogas y cuando te digo que te puedes llevar tu pieza. Me dices que no. Realmente no lo comprendo, Isabella.

—He vuelto porque necesitaba desmentir los rumores que han llegado a mi de tu muerte, y por lo que veo, estas viva. Ahora que lo he hecho, y me he asegurado de que no estás en peligro. Te digo que debes cuidar lo que es mío, al igual que tus padres lo hicieron.

—Esta protegida y segura, nadie podrá hacerse de ella más que yo. Quien intente morirá. Esta segura y en algún momento, cuando mi Anne, este preparada, ella la protegerá como yo lo hago, y como mi madre lo hizo.

—¿Algún día crees que tu hija sea digna de cuidar tal artefacto?

—Mi familia a cuidado lo que es tuyo por generaciones, mi hija no será la excepción.

—Deberías ser un fantasma, tu y ella, como tu madre y todos los que la precedieron lo fueron. He visto que eres capaz de cuidar la daga, pero me pregunto si ella sera capaz, o digna de cuidar ese poder que resguardas.

—Esa vida se vuelve cansada, ser un fantasma no trae mas que soledad y tristeza, no quise esa vida para mi, mucho menos para mi hija. Nunca lo entenderías.

—Logro entender que, si tu muerte es prematura la mía será imposible.

—Estaré bien, no hay enemigos que vengan en mi busca porque no he creado ninguno.

—Tu no tienes enemigos, pero yo tengo un gran número de ellos, y en su mayoría son desconocidos ante mi.

**

Anneliese, yace en el suelo, bañada en su propia sangre, escucho pasos que se aproximan desde algún lugar, pero no me importa de quien se trata, solo abrazo la cabeza de la joven, ahora muerta, y susurro falsas palabras. Incluso cuando no puede escucharme le digo que todo esta bien y que no hay nada que temer, pero sé que mis palabras están tan llenas de mentiras, que nadie lograría creerlas.

**

Las heridas causadas ante el uso de un poder que no le es correspondido causa que la sangre salga de distintas partes de su cuerpo, dictando cuán herida se encuentra, pero sin embargo, no luce en lo más mínimo afectada o adolorida, lo cual le recalca que ya no es humana. No podría serlo.

Da un par de pasos en dirección a su madre, luciendo cual animal preparándose para atacar a su presa, veo la decisión en sus ojos y me pregunto que seria capaz de hacerle a la mujer de cabellos blancos. Me interpongo en su camino protegiendo a la anciana y a los dos chicos. Dustin y Colin, notan mi postura protectora ante el acercamiento de la joven y ambos esconden a la mujer detrás de ellos, igualmente protegiéndola.

La chica observa a Colin y luego su mirada pasa a las dos figuras ocultas en la oscuridad. Una siniestra sonrisa se posa en sus labios. Carente de sentimientos y tan fría que no luce digna de tal angelical rostro. Un gesto completamente ajeno a la Anneliese que conocí tantos años atrás.

Me observa una vez más y su gesto se descompone un poco, como quien recuerda algo malo. Soy el recuerdo que quiere borrar y alejar de su memoria, pero soy tan fuerte e importante que le es imposible. Me guarda en un lugar en su mente, y me convierto en la única razón del porque trata de repetir un escenario que ya vivimos.