Capitulo treinta y dos

513 66 16
                                    



—¡Joder, Jennifer! El maldito timbre ha sonado unas cuatro veces. ¿Podrías sacar tu maldita lengua de la garganta de tu mascota por un segundo? — digo detrás de ella que se encuentra en el sofá compartiendo fluidos con su "novio" ella se sorprende ante mi repentina presencia y cuando me mira se sonroja ante la vergüenza y susurra una disculpa.

Abandono la sala y me dirijo al pasillo que da a la puerta principal y abro recibiendo a una visita no muy grata, la sonrisa en sus rostros es igual de fastidiosa que siempre.

—¡Oh mira, Jennifer! Este día no se puede poner mejor! — grito para ser escuchada por la adolescente.

—¿Es acaso es sarcasmo, Issy? — pregunta Colin con una sonrisa en los labios.

—No, Colin ¿Seria yo capaz de usar ese tono contigo? — mi mano esta en mi pecho fingiendo indignación.

—Es bueno verte — besa mi mejilla y entra a casa sin esperar mi invitación ¡Genial se siente como en casa! ¿Que mas podría pedir? Me percato de que la mirada de Calum, quien al igual que cuando hay demasiada gente, esta silencioso. Sus ojos son dos rendijas pequeñas y la curiosidad pinta su rostro. Sacude la cabeza saliendo de su pequeño trance y me sonríe tímidamente, besa mi mejilla y entra a casa detrás de su hermano y Layla quien intenta besar mi mejilla de igual forma, pero tras recibir una —no muy amigable — mirada de mi parte lo piensa mejor.

Dustin parece pensar que decir pero no lo hace, no luce feliz, pero tampoco podría decir que esta molesto. Pasan, lo que parecen ser unos minutos antes de besar de igual forma mi mejilla sin decir nada y entrar en casa.

Sus pasos se pierden dentro de la casa y luego escucho como se unen en una conversación muy alta, escucho las risas que, al tan solo entrar el grupo deja salir, Colin me grita para que entre, pero no le respondo, mi vista esta posada en las casas frente a mi, las he observado tantas veces que podrías poner un caballete y un lienzo, prepararme con pincel y pintura y hacerme dibujarlas con los ojos cerrados, recordando las veces que años atrás las vi pasar de un terreno vació y casas pequeñas, a hermosas y lóbregas construcciones dejando una imagen tan majestuosa en esta estación del año.

Una vez mas Colin grita mi nombre y miro dentro de la casa, a pesar de que no puedo verlos. Una sonrisa se forma en mis labios y mi vista vuelve al frente, sin mirar un lugar en especifico.

—¿Así que querías que yo supiera que estas ahí? — Hablo a la nada — Debes alejarte un poco mas, lo sabes — susurro la ultima palabra. Escucho su ronca risa a la lejanía. En el momento en el que abrí la puerta lo pude sentir, y sin importar cuanto pase siempre sabre que es él, su aura, su esencia es algo que conozco tan bien, podría decirse que siempre esta conmigo, y no se si es intencional o no.

Me giro dispuesta a entrar a casa y la imagen frente a mi me sorprende de gran manera, al estar tan concentrada en Antonne, me he distraído lo suficiente como para ignorar la presencia detrás de mi, que me mira con el ceño fruncido. Disimulo tanto como puedo mi sorpresa y lo miro igual de seria que siempre.

—¿Con quien hablas? — pregunta el rubio, esta lo suficientemente cerca como para que yo tenga que mirar hacia arriba.

—Con mi conciencia — sus cejas se alzan en sorpresa por mi afirmación, y una sonrisa de lado se forma en sus labios.

—No sabia que aun tenias una — escucho a lo lejos su risa baja y ronca, escuchando lo que el chico frente a mi dice.

—Aveces le gusta hacerme una visita — me encojo de hombros e intento pasarlo, me lo impide, lo observo curiosa.

Sangre Azul(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora