Capitulo treinta y cinco

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Es un lindo lugar su voz es suave, suena feliz. La alegría era algo común en ella, pero la felicidad era algo que no sabia que podía reconocer en su voz,

Lo es respondí aunque no con el mismo entusiasmo. No podía negar que el lugar era realmente hermoso. Una imagen que nunca podría borrar de mi memoria. Tan pacífico como nunca nada se sintió.

¿A donde irás? sus ojos se encontraron con los míos y por muy molesta que su sonrisa fuera me fue inevitable no imitar el gesto.

Buena pregunta respondí. Negó con la cabeza y una pequeña risa salió de sus labios, divertida ante mi falta de plan, algo poco común en mi.

Me gustaría estar en China informo igual de entusiasmada incluso aunque yo no se lo pregunte.

¿China? pregunte incrédula aunque sueno más como una burla.

—Podría ser interesante. —Se encogió de hombros como si no fuera la gran cosa, aunque su sonrisa decía algo diferente.

—Las asiáticas no son lo tuyo —me burle.

—No lo sabes. —Dijo entre una risa corta.

—Claro que lo sé. Lo intentaste una vez rió. Miro una vez más el hermoso lugar frente a nuestro ojos. Yo hice lo mismo. No hubieron más palabras. Sólo éramos dos personas observando un hermoso lugar que parecía traer paz.

La brisa movía mi cabello aunque no pudiera sentirla, el sol brillaba en su punto y a la lejanía podíamos apreciar el océano. Dos árboles nos daban sombra y eran los únicos que estaban tan cerca de esa vista. El resto solo era un gran terreno sin arboles.

Era hermoso, pacífico y solitario, justo lo que necesite en ese preciso momento. La imagen que evocó cuando no quiero pensar en nada mas.




—¿Estas segura de que estará bien? —Antonne pregunta mientras me ayuda a limpiar las heridas en las manos de Jennifer.

—Eso espero —respondo.

—Isabella. Esto no es normal —dice vendando las manos d Jennifer.

—Lo es tratándose de ella —respondo. Aunque se que no es así. He pasado el tiempo suficiente con Jennifer para saberlo. Una cosa es que en sus momentos más vulnerables, cuando los recuerdos la atormentan se haga daño aun sin desearlo, pero algo muy diferente es este tipo de daño. Esto no es algo que ella inconscientemente se haya provocado, esto es diferente.

Después de escuchar su grito, mi nombre salió de sus labios en un llanto lastimero en el que pedía ayuda. No únicamente a mi, sino también a sus padres, cosa que siempre sucede cuando está realmente aterrada. Y la imagen con la que me tope al entrar en su habitación es algo por lo cual estar aterrada.

Sus manos bañadas en sangre y con lo que parecían cortes profundos. Su mirada aterrada y sus ojos verdes llenos de lágrimas que no podía contener. En un susurro lleno de horror susurro un "ayúdame" apenas audible. Y cuando me acerqué a ella, cuando intente ayudarla como lo pedía. Su ataque llego. Pronto la sangre empezó a salir de mi nariz pero pude acercarme antes de que hiciera algo mas y se hiciera mas daño. Y como pude inserte en ella una imagen que pudiera darle calma. Funcionó pues se calmó y empezó a decir de forma frenética que lo sentía. Que no sabía que le ocurría. Fue ahí cuando descubrí que no era como antes. Que eso no era normal.

Sangre Azul(Completa)Where stories live. Discover now