CAPITULO 67: DE UN JUICIO QUE NO FUE

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Los personajes empleados en este escrito pertenecen a J. K. Rowling


CAPITULO 67: DE UN JUICIO QUE NO FUE


- Así es Severus, buenos días, se bienvenido a esta sesión extraordinaria del Wizengamot - saludo el ministro con gesto sereno. - permítenos invitarte a tomar asiento en el centro de la sala.

La silla de madera de la que colgaban las cadenas llenó de aprehensión a Hermione, casi no soportó ver a su esposo caminar hasta situarse en ella.

- ¿Cadenas ministro? - dijo con tono ácido Snape.

-Es solo una formalidad. Costumbre - dijo con el ceño fruncido, incomodo ante la situación.

-Y exigencia de alguno de los que conformamos este consejo, no queremos mortífagos sueltos mientras son juzgados - el hombre canoso que hablo desde la ubicación derecha del ministro era un viejo y conocido mago, Kewpie si la memoria no le fallaba, que llevaba más tiempo que nadie formando parte de ese consejo pero que coincidentemente había decidido tomar vacaciones en una muy apartada región de África cuando se dio el regreso de Voldemort. Una sonrisa cínica cruzó el rostro de Snape al sentarse, ahora los cobardes podían salir de sus escondites y fingir moral, dignidad y valor. Despreciable.

Con un revuelo de su capa tomó asiento, colocando las manos en los apoya brazos, en cuanto los asentó las cadenas se alzaron para atraparlo. El tintineo del metal lo empezó a poner de los nervios, pero cerró más sus escudos de oclumancia procurando no dejar ver ni una pizca de sentimientos.

Sin embargo, tan rápido con cobraron vida las cadenas y se lanzaron hacia sus piernas y brazos, estas golpearon contra la madera, atravesando las muñecas y brazos.

- ¿Qué significa esto? - grito Anton Kewpie, levantándose de su asiento y haciendo aspavientos.

-Buen día caballeros, soy el abogado Thomas Lounds, - el hombre bajo se levantó de una de la silla junto a Hermione, dándole una inclinación a ella y a su compañero se dirigió al centro de la sala - represento al Maestro Severus Snape, quien se presenta de manera voluntaria a esta sesión por pedido expreso de Wizengamot.

El bullicio se alzó en la sala con todos los magos y brujas hablando al tiempo. El gesto imperturbable de Snape no se había movido ni un ápice. Hermione se retorcía las manos en su regazo, rogando que todo saliera bien, mientras Snape se hallaba sentado en una vieja silla de madera en el bosque de Hogwarts, en el mismo sitio donde unió su vida a la de su esposa, sus ojos cerrados en absoluta concentración, proyectando su imagen a kilómetros de distancia, en el centro de la sala del Wizengamot.

- ¿Está tratando de tomarnos el pelo abogado? Este hombre no está aquí. Ya todos lo notamos. - hablo vehemente Kewpie.

-Por supuesto que no señor, esa jamás seria mi intención. Mi representado está aquí para escuchar y responder a sus preguntas tal como lo solicitaron.

-Disculpe si no nos creemos su circo abogado pero ese hombre no está aquí, a menos que las cadenas suelan atravesar los cuerpos de las personas y yo no lo recuerde. - hablo el ministro con gesto fastidiado. - El cuerpo de este hombre no está aquí.

-Eso no es del todo cierto. No está completamente de cuerpo presente sin embargo...

En un rápido movimiento, Snape saco su varita y la apunto al piso entre sus pies -El hechizo que broto de la varita de Snape incomodo a más de uno al ver las chispas que generó contra la piedra.

-Como ven, mi representado está lo suficientemente presente para realizar magia y por supuesto su varita está aquí, si es que desean comprobar que el hechizo fue realizado por él. - dijo en abogado con una sonrisa zalamera.

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